QUINTO DOMINGO DE CUARESMA

                   QUINTO DOMINGO DE CUARESMA

1ªLct.:Isaías 43,16-21: Mirad que realizo algo nuevo.

Sal.125,1-2ab.2cd-3.4-5.6.:El Señor ha estado grande con nosotros  y estamos alegres.

2ªLct.:Filipenses 3,8-14:Todo lo estimo pérdida comparado con Cristo.

Evangelio: Juan 8,1-11:El que esté sin pecado que le tire la primera piedra.

 

  VETE EN PAZ Y NO PEQUES MÁS

 

El profeta Isaías, aludiendo al libro del Éxodo 14,16-21 y recordando la poderosa intervención del Señor que domina el ímpetu del mar y abre un camino a su pueblo y sepulta a los guerreros egipcios, ofrece a su pueblo una esperanza aún más viva :”No recordéis lo antiguo, mirad que hago algo nuevo. Ya está brotando, ¿no lo notáis?» Esta nueva realidad, nueva creación ,tiene visos de un mundo reconciliado pues ”me glorificarán las bestias del campo” y abundante vegetación con agua de vida que calme la sed propiciará también que “el pueblo que yo formé proclamará mi alabanza” :”El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. A estas alturas del tiempo cuaresmal, tiempo de ayuno, oración, limosna, escucha de la palabra ¿cómo resuena en mi corazón este “mirad que realizo algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notáis?” Con el salmista también hemos orado: ”los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares”. ¿Estimamos que el Señor también nos acompaña en las oscuridades y tribulaciones? También con el salmo 33,en estos días hemos orado: «El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos”. En todo caso, elevemos ardientemente esta súplica:” Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb, una tierra desierta que al paso del agua torrencial deja una espléndida vegetación.

Después de tantos avatares sufridos por el apóstol Pablo en su misión con los gentiles, esta es su convicción: ”ganar a Cristo no con mi justicia, sino con la que viene de la fe en Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe”. Dios,  gratuitamente en su Hijo Jesús, nos ofrece la salvación y lo que tenemos que hacer es creer, aceptar, apropiarnos de este don. S.Pablo tenía la convicción de que no es con la ley, el esfuerzo, el mérito propio cómo se alcanza la salvación que es don gratuito de Dios. Esta es la justicia de Dios :la misericordia. Después de sus correrías ¡que grandiosa su confianza: ”todo lo estimo pérdida con tal de llegar al conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor”. Su premio: Jesucristo mismo , su cielo: Jesucristo”. ¡Verdad que merece la pena leer y meditar muchas veces este pasaje de la carta a los Filipenses 3,8-14¡San Pablo no oculta que “para conocerlo a Él y la fuerza de la resurrección”, vive en comunión con sus padecimientos, ”muriendo su misma muerte”. Y cada día, hermanos a través de nuestra actividad diaria, con su carga penitencial, vivimos este misterio de Cristo.

Hoy a Jesús en el evangelio lo apreciamos frente a la miseria de una mujer adúltera desplegando la misericordia. Ante la avalancha de la maldad disfrazada de justicia y derecho ,ante el torbellino de unos potentes acusadores, dispuestos a apedrear a aquella mujer, aplicando la ley de Moisés, Jesús con la parsimonia de un sabio escrutador de corazones penetra en la intimidad de aquellos hombres con finura y energía exquisitas. Creando un muro de contención invisible, se pone a garabatear en el suelo esquivando los dados envenenados que lanzan contra él y la mujer. Y Él con tanta dignidad sentencia :»El que esté libre de pecado que lance la primera piedra” .Se fueron escabullendo y tampoco el condenó a la mujer sino que la liberó del peso del mal y del pecado. Y al liberarla y perdonarla, le dio la gracia de vivir con la dignidad de hija de Dios llamada a dar frutos de caridad.

El camino del bien, de la gracia, de la acción de Dios a favor de los hombres, no es clamoroso, espectacular u opresor sino un camino de amor, de servicio, de sencillez y a veces intensamente doliente. Es el camino de Jesús que “cuando llegue su hora” se entregará como cordero llevado al matadero: ”se sometió incluso a la muerte y muerte de cruz y por eso Dios le dio el nombre sobre todo nombre”

Señor, que tu gracia nos ayude para que vivamos del mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo” “Tú nos has iniciado en la fe cristiana, purifícanos por la acción de este sacrificio” ”Que

nos cuentes siempre entre los miembros de Cristo cuyo cuerpo y sangre hemos recibido”    

 

 

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA

1ªLct.:Josué 5,9ª.10-12:El pueblo de Dios celebra la pascua al entrar en la tierra prometida.

Sal 33,2-3-.4-5.6-7:Gustad y ved qué bueno es el Señor.

2ªLct.:2ªCo 5,17-21:Dios nos ha reconciliado consigo en Cristo

Evangelio: Lc.15,1-3.11-32:Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido

 

Nuestro viaje de peregrinos, catecúmenos o aprendices de discípulos de Jesús, escuchando y viviendo su Palabra, nos ha llevado del desierto de las tentaciones al monte de la Transfiguración o disfrute de estar con el Señor; nos ha acercado a la zarza ardiente donde se manifiesta el Dios vivo trascendente ,  cercano y salvador y nos ha instado a convertirnos para no perecer.

Pues bien, este cuarto domingo de cuaresma también nos acerca a la zarza ardiente de la Eucaristía para ser nutridos y fortalecidos por la Palabra siempre viva y eficaz  y por su cuerpo y sangre   

En la lectura del libro de Josué se nos refiere que el pueblo de Israel celebra la pascua como recuerdo de la liberación del oprobio de Egipto. Es la fiesta principal de este pueblo que ha pasado de la esclavitud de Egipto y se dirige a la tierra prometida Y nos recuerda que la entrada en la tierra prometida supuso el cese del maná, alimento gratuito en el desierto por un alimento nuevo: panes ácimos y espigas, fruto de la tierra. Algo así como un alimento de madurez en que el hombre agradece el don de Dios labrando con su trabajo la tierra nueva y rica de Canaán. De ahí que brote un sentimiento de gozo y admiración por lo bueno que es el Señor: «Proclamad la grandeza del Señor, ensalzad su nombre.  Contempladlo y quedaréis radiantes.

Al creyente cristiano, el apóstol Pablo como a los cristianos de Corinto  ,le recuerda que ha recibido la gracia de Dios ,que es una nueva criatura que ha dejado atrás lo antiguo, lo viejo, lo inmaduro  y ha de desplegar la madurez cristiana. Y le recuerda que esta situación  agraciada ha sido posible porque “al que no había pecado Dios  lo hizo expiar nuestros pecados, para que nosotros unidos a él recibamos la salvación”.

De ahí la palabra ardiente y conmovedora del apóstol ”En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios”, ”Dios nos reconcilió por medio de Cristo y nos encargó el servicio de la reconciliación”.

El verbo reconciliar nos dice el diccionario: volver a las amistades; restablecer la concordia. Es algo más que una paz recuperada entre personas ofendidas o distanciadas. La reconciliación con Dios o con otras personas o conmigo mismo, la concordia afecta a la reconciliación profunda entre las personas. A veces nosotros mismos nos expresamos diciendo: “perdono pero no olvido”, con lo que queda una dosis de resquemor o voluntarismo por el que  el corazón no siente pacificado e integrado, sino que , a pesar de la buena voluntad se siente todavía herido.

Entonces ¿cómo se verifica la reconciliación? ¿Qué hemos de hacer para estar en paz con Dios y con los hermanos y con nosotros mismos? Hemos escuchado la archiconocida parábola del Hijo pródigo o del padre misericordioso que tanto nos conmueve. Un padre bueno y rico y tiene dos hijos. El padre siempre busca el bien de los hijos pero en cierto momento el hijo menor decide recorrer el sólo la aventura de la vida. Dominado por un vitalismo juvenil, siente tantas ganas de vivir movido por el impulso de placer que pidiendo la parte que le corresponde de la fortuna de su padre llega a malgastarlo en los placeres de la vida hasta llegar a la ruina. La necesidad le obliga a realizar trabajos infames “como cuidar cerdos” y a mal comer y mal vivir.. Pero su memoria,  bien por propio egoísmo o por la presencia del amor incondicional de su padre, le recuerda: “lo bien que lo podría pasar en casa del padre” “y su situación de hijo desagradecido”.

Por eso en un arranque de humildad y sinceridad  se dice: Me pondré en camino adonde está mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros”.

Un autor espiritual de nuestros días, Henri Nowen, escribió un libro maravilloso que quizá muchos hayáis leído porque fue un bestseller:”El regreso del hijo pródigo”. De la contemplación del cuadro de Rembrant que se halla en uno de los museos de San Petersburgo se sirvió para analizar los personajes que en él se encuentran .Resalta como el plano central del cuadro las dos manos del padre: una de las manos tiene el tono femenino de acogida, consuelo, perdón y el otro masculino  : fortaleza, sostén, apoyo.

Viene a decirnos que en cada persona se pueden desarrollar cada uno de los personajes de la parábola. Porque si decepcionante es la situación del hijo pequeño sensual, inmaduro , inconsciente e irresponsable, el hijo mayor se muestra como resentido, envidioso de la situación de su hermano. De modo que el Padre al uno le da la medicina del amor y de la comprensión y al otro de la verdad y la alegría de sentirse hijo y hermano: ”Deberías alegrarte porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado”.

A ambos El Padre los lleva al centro de su corazón para reconciliarlos consigo mismo ,con Dios y con el hermano .El Señor nos lleva al corazón para vivir concordes.

Señor, que reconcilias contigo a los hombre por medio de tu Palabra hecha carne, ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte de todo corazón.

¡Qué sabia es nuestra madre la Iglesia que- atendiendo a la recomendación de Jesús: ”antes de acercarte al altar de las ofrendas si tienes algo contra tu hermano ve y reconciliate – nos mueve al comenzar a celebrar la Eucaristía a reconocer nuestros pecados. ¡Qué mejor que la palabra y el cuerpo y sangre de Jesús para crecer en la reconciliación profunda e interior para vivir en paz con nosotros mismos, con nuestros hermanos y con Dios¡

¡Qué llamada más hermosa para acercarnos al sacramento de la Penitencia y vivir profundamente la gracia del perdón de los pecados, reconciliación vivísima y estreno de  un corazón nuevo y un espíritu nuevo

 

TERCER DOMINGO DE CUARESMA

TERCER DOMINGO DE CUARESMA

1ªLct.: Ex.3,1-8ª.13-15: Yo soy me envía a vosotros

Sa.102,1-2.3-4-.6-7.8 y 11:El Señor es  compasivo y misericordioso

2ªLct.:1ªCo.10,1-6.10-12:La vida de Israel en el desierto…

Ev.: Lc.13.1-9:Si no os convertís pereceréis.

¡Qué espléndida y elocuente revelación de Dios a Moisés¡ Desde la zarza ardiendo sin consumirse despierta su admiración y lo eleva a un amistoso y entrañable diálogo.

Trascendente e inaccesible, Dios ,no obstante deja oír su voz como la de un amigo y conocido:¡Moisés¡¡Moisés¡ Y El, Moisés, estupefacto contesta: Aquí estoy.

Esta misteriosa entrevista en una zona misteriosa, aunque real, no se puede traspasar: “No te acerques; quítate las sandalias pues el sito que pisas es sagrado”. Pero una cercanía y familiaridad tan inusual entre los dioses y los hombres pone de manifiesto la exquisitez y sabiduría del Dios de Israel: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob”. Sí, El es el Dios que permanece y vive siempre. Yahvé, Yo soy, El que es. No es una definición que pone límite, ni un concepto filosófico. Es un nombre sobre todo nombre, trascendente, inasible y al mismo tiempo cercano, salvador, que sufre con su pueblo.

Cuando en mayo de 1968 las Universidades de Francia, imbuidas por filosofía freudianas y marxistas creyeron estar en situación óptima para dar un vuelco cultural y social más libre y solidario, a algún estudiante se le ocurrió escribir en un panel esta expresión. DIOS HA MUERTO, dijo Nietzsche. Pero a los pocos días otro estudiante más despierto le arrebató el protagonismo con la frase: NIETZCHE HA MUERTO, dice DIOS. Es decir: La vida triunfó de la muerte, la luz venció al infierno .El que vive está aquí acompañando a la familia humana de generación en generación. Es el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob que supera todas las generaciones

Pues bien, el Dios vivo y trascendente, invisible y audible además revela a Moisés su corazón y sentimientos ante el sufrimiento:” He visto la opresión de  mi pueblo, me he fijado en sus sufrimientos, voy a librarlos”. Y así Yahvé se manifiesta salvador y protector.

Con toda una cascada de epítetos el salmista describe a su Señor: compasivo, misericordioso , lento a la ira, clemente, que perdona y cura.

Pero esta mirada graciosa y tierna de Dios que ama al hombre no se puede desfigurar como si Dios fuera “un abuelito que ignorase las insensateces infantiles de su nieto”.

Dios que llora la suerte de su pueblo esclavizado  es también celoso de su alianza con el pueblo que en el desierto se rebela. Ha recibido el maná, alimento para el camino, y agua de la roca y no ha reconocido a su Señor. La suerte de muchos “que no agradaron al Señor” fue” quedar tendidos en el desierto”. Así interpreta S.Pablo la respuesta rebelde de muchos a la gracia de Dios. Hace caer en la cuenta a la comunidad de Corinto  de las situación de tentación en que podemos encontrarnos en nuestra vida .Y avisa: “El que se cree seguro ¡cuidado no caiga¡

Todos podemos sentirnos tentados, podemos rebelarnos contra Dios que permite situaciones dolorosas y desconcertantes. Una familia a quien a un hijo una hija le sucede una depresión o una enfermedad grave, se siente acosada y turbada y a pedir cuentas a Dios por esta situación. Sorprendidos, desorientados miran al cielo y no perciben una respuesta de auxilio. El Señor se hace presente en el dolor pero se percibe como ausente y carente de sentimientos. La mirada ardiente de Dios resulta dolorosísima e insoportable y sin embargo es El que vive, el Dios de nuestros padres, nuestro Dios que acrisola y limpia nuestros deseos egoístas  e interesadas imágenes que de Él tenemos.

Jesús, en el evangelio, da un toque de alarma. Ante aquellos que se presentaron a Jesús para contarle un suceso luctuoso: la muerte de unos galileos y que ellos atribuían a sus pecados, vuelve a mostrar su sabia pedagogía: no centrarse en la asociación culpa y castigo como cuando le preguntaron sobre aquel ciego:¿quién pecó él o sus padres?.El contestó: ni él ni sus padres. Ahora en su curación se muestran las obras de Dios .Pues en el asunto de los galileos o en el de aquellos que murieron aplastados por la torre de Siloé, no interesa su culpabilidad  o su no culpabilidad. Interesa que “si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera”.

El don gratuito y abundante de la gracia de la salvación de Dios una vez acogido ha de llevar a una respuesta libre y responsable por parte del hombre quien ayudado por la gracia de Dios debe movilizar todas sus resistencias hacia el Dios de la vida. Esta es la conversión ,un cambio profundo en el corazón del hombre “pues Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti” en feliz expresión de S.Agustín.

Sta.Teresa del Niño Jesús confesaba que Dios era misericordioso con ella pues aunque no hubiese cometido crímenes horrendos como  los grandes pecadores a ella Dios la había prevenido por misericordia de haberlos cometido.

Señor, Padre  misericordioso ,mira con amor y restáuranos a los que estamos hundidos  bajo el peso de las culpas .Que nos perdones para que perdonemos. Que se haga realidad  en nuestra vida lo que hemos recibido en este sacramento.    

 

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA

1ª Lct.: Gn.15,5-12.17-18: Dios hace alianza con Abrahán

Sal 26,1.7-8ª.8b.-9abc.13-14: El señor es mi luz  y mi salvación.

2ª Lct.: Filip.3,17-4.1.: Cristo nos transformará según el modelo de su cuerpo glorioso.

Evang.: Lc.9,28b-36: Mientras oraba el aspecto de su rostro cambió.

                           SE TRASNFIGURÓ DELANTE DE ELLOS

¿Qué pueblo hay que tenga un Dios tan cercano como Israel? se preguntarán los pueblos extranjeros. Esta percepción ,  de Yahvé,  Dios  de Israel, es la que se aprecia en el diálogo sostenido con Abrahán. Como si de dos amigos se tratase, Dios insta a Abrahán a contemplar la hermosura de una noche estrellada porque así será su descendencia. Una promesa y una tierra.

Dios amigo cercano y salvador: ”el Señor te sacó de Ur de los caldeos” y al mismo tiempo trascendente pues su revelación se verifica ante un sueño profundo y un  terror intenso. El sentimiento de presencia personal de Dios y su pacto de amistad, su alianza suscita la admiración que el salmista ha logrado expresar: ¡Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que el se escogió como heredad ¡Y es también el salmista quien corrobora que “El Señor es mi luz y mi salvación, el Señor es la defensa de mi vida ¡ El anhelo del hombre: buscad mi rostro y su dicha: el rostro del Señor, “gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.”

Abrahán vive de la fe en Dios de quien se fía y a quien obedece. Y “la fe es garantía de lo que se espera; prueba de las realidades que no se ven”(Hb.11,1)

Nuestro caminar con Jesús hacia la Pascua, ayunando, dando limosna y orando no es rectilíneo y ascendente. Se nos presentan momentos grises, insípidos. Tenemos momentos de desánimo, desierto y también nos sentimos tentados a evitar cualquier aspecto doloroso de nuestra vida.En la segunda lectura que hemos escuchado ,S.Pablo advierte: ”hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo…sólo aspiran a cosas terrenas” Hasta que, de pronto, se siente iluminada nuestra vida, nos sentimos más expeditos y libres, ligeros de equipaje, se nos abre una ventana hacia la gloria de Dios.

Esta es la sorpresa conmovedora que da Jesús hoy en el evangelio a Pedro Santiago y Juan y  que actualiza para nosotros sus amigos. Sube al monte Tabor, se transfigura ante ellos convoca a dos amigos de Dios de la antigua alianza: Moisés y Elías y desencadena también en sus discípulos un sueño reparador y transformante que hace exclamar a Pedro  ¡Qué bien se está aquí¡ Jesús tan pedagogo como siempre les abre el ventanal que abre a su Resurrección y glorificación porque el Amigo, Amado, el Escogido, a quien se ha de escuchar: ”Este es mi Hijo, el amado, escuchadlo”, va a ser juzgado y triturado por el sufrimiento de la cruz. Ellos bajaron y no dijeron nada a nadie

Todos cada uno a su manera hemos vivido y vivimos entre trabajos ocupaciones y preocupaciones, problemas, momentos de alegría y fiesta y satisfacciones humanas .Como creyentes participamos en nuestra día a día de la cruz y la resurrección de Jesucristo. Pero la promesa de Dios, de Jesucristo es firme. Así como es grave y serio dar la vida por otros, sufrir incluso por ellos, así como es grave la cruz y muerte de Jesús es firme y total la promesa de la Resurrección : ”Somos ciudadanos del cielo, moradores de la casa de Dios, caminamos hacia el Padre en el Señor por el Espíritu”. Nuestra vida es como un ensayo, una preparación para la eternidad, para la resurrección: «Cristo nos transformará según el modelo de su cuerpo glorioso». En modo alguno nos inhibe de hacer esta tierra más amable y habitable, mientras anhelamos un cielo y una tierra nueva.

Muchos de vosotros habéis llegado a la jubilación bien merecida y todavía hacéis muchas cosas. La vida os ha purificado y madurado. Sabéis porque cosas importantes merece la pena dar la vida, amar y sufrir. Hasta vuestra mirada irradia serenidad. La vida glorificada del más allá comienza a manifestarse en el aquí. Se cumple la palabra del Apocalipsis:  ”Estos son los que viene de la gran tribulación y ahora están junto al cordero”

Un abad de uno de los monasterios del monte Athos nos ofrece un bellísimo testimonio de la celebración de la Transfiguración del Señor, fiesta que se celebra el 6  de agosto. En la cima del Monte Athos a 2000 metros sobre el nivel del mar , hay una ermita. Allí peregrinan monjes de todos los monasterios de la montaña. Al atardecer por distintos sendas al son del tintineo  de los animales que portan útiles para la celebración, los peregrinos van cantando salmos inspirados. Durante toda la noche una gran Liturgia se celebra en aquella cima conmemorando la Transfiguración del Señor. Cuando regresan a sus monasterios o casas-dice el abad- y aprecian destellos de luz tabórica en sus rostros.

“Señor, alimenta nuestro espíritu con tu palabra; así con mirada limpia, contemplaremos gozosos la gloria de tu rostro.”. ”Al darnos en este sacramento el cuerpo glorioso de tu Hijo nos haces partícipes ya en este mundo e los bienes eternos de tu reino”     

 

 

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

                 PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

 

1ª Lct.: Deuteronomio 26,4-10:Clamamos al Señor, Dios de nuestros padres

Sal.90,1-2.10-11.12-13.14-14:Acompáñame, Señor, en la tribulación

2ªLct.: Rm.10,8-13: Jesús es el Señor.

Evangelio: Lc.4,1-13: El Espíritu le iba llevando  por el desierto.

NO SÓLO DE PAN VIVE EL HOMBRE, TAMBIÉN DE SENTIDO Y AMOR

La lectura del fragmento del libro del Deuteronomio nos narra la ofrenda de la cesta de las primicias a Dios y el origen de la historia del pueblo de Israel: un padre arameo baja a Egipto y se convierte en una raza grande potente y numerosa después de haber sufrido la esclavitud en Egipto. Clamaron al Señor y los libró de la opresión con signos y prodigios. Les ayudó a establecerse en la tierra prometida «donde mana leche y miel» Por eso, he aquí el homenaje a Dios: ofrecen las primicias de los frutos del suelo .Es reconocimiento y acción de gracias de Israel a su Dios. Moisés abrió el álbum familiar: ”Mi padre fue un arameo errante…se sintió esclavo y fue liberado por el poder de Yahvé que los sacó de Egipto.

Con el miércoles de ceniza iniciamos  un proceso catecumenal(de aprendizaje no sólo nocional o de contenidos para aprender, sino vital, sapiencial que afecta a nuestra existencia) que es la Cuaresma. Y en este proceso también nosotros queremos recordar lo esencial de nuestra historia de  hijos de Dios salvados por Jesucristo. De vez en cuando es bueno que cada uno de nosotros hagamos memoria de nuestra vida ,  recordemos aquellos momentos llenos de luz,  gracia y felicidad. San Agustín decía a los catecúmenos que iban ser bautizados en la noche pascual. Aprended de memoria el CREDO, guardadlo en vuestro corazón y que en toda ocasión os sirva de recuerdo y oración. Incluso los momentos difíciles y dolorosos para sentirnos acompañados como el salmista que se sintió la presencia en invitación del Señor: ”Se puso junto a mí, lo libraré, lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré»

Esto es lo que hacemos al comenzar el tiempo litúrgico de Cuaresma, salpicado con el ayuno ,la limosna y la oración para sacudir y aligerar nuestro espíritu y poder celebrar la Pascua de la pasión, muerte y resurrección de Cristo: recordar la historia de Dios con nosotros, historia de amor y salvación. Mas en concreto, como  hemos pedido en la oración Colecta: ”concédenos avanzar en la inteligencia de misterio de Cristo y vivirlo en su plenitud”

Como nos ha terminado de decir S.Pablo: «La palabra está cerca de ti ,la tienes en los labios en tu corazón: Si tus labios profesan que Jesús el Señor y tu corazón cree que Dios lo resucitó te salvarás». ”Por la fe del corazón (confianza, entrega) llegamos a la justicia (nos hace justos, santos, nos libra del pecado, aspecto negativo de la salvación) y por la profesión de los labios (que exterioriza, confirma y encarna y completa la fe, la plenitud de los hijos de Dios, aspecto positivo de la salvación), a la gracia de la salvación.

El Espíritu del Señor nos ha regalado una palabra llena de poder, como la energía atómica contenida en una pequeña masa de uranio  que se puede desencadenar una serie de fisiones  de energía incalculable. Pues esta palabra recibida es Jesucristo crucificado y resucitado es el Señor y lo primero que tienes que hacer es creerlo, acogerlo, apropiártelo con el corazón y expresarlo con palabras como dardos que desencadenan una preciosa energía. Es lo que hacemos después de la consagración en la misa: ”Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven, Señor Jesús 

Somos discípulos de Jesús y ahora, como en su tiempo y como en nuestro tiemplo, le seguimos también guiados por el Espíritu que le conduce desierto para ser sometido a la tentación por Satanás ,el mentiroso, el tentador, viviendo la experiencia del desierto ,la soledad y el ayuno. He aquí la primera tentación: el pan, el alimento, lo primero que está a mano para resolver esa acuciante necesidad: el hambre. «Si eres el Hijo de Dios(si tanto poder tienes)convierte estas piedras en pan. Esta tentación de reducir la vida al alimento corporal y al placer con el espejismo de la felicidad inmediata, lleva al hombre a encerrarse en su propio horizonte y morir de glotonería y hastío. Por eso la respuesta de Jesús es clara, diáfana y sabia: «No sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». El hombre necesita el por qué y el para qué de amar, vivir, sufrir y entregar su vida. Necesita el sentido de su vida que está en dar y en recibir, en compartir, en el vivir con gratuidad y solidaridad. Hace algunos domingos tuvo un eco especial,  la jornada de Manos unidas, campaña contra el hambre donde le plantamos cara al hambre, sembrando, compartiendo, ayudando …también con limosnas». Pero el hambre física nos remite también a la existencia del hambre intelectual , moral, espiritual y al alimento salvífico que necesitamos que no es otro que Jesús el Señor. Así se expresa el documento social del Papa Pablo VI Populorum progresio: necesidad de un desarrollo integral de las personas y de los peublos.

Luego ,segunda tentación, le muestra todos los reinos del mundo que recibirá «si Tú te arrodillas delante de mi». El tener, acaparar, poseer sin medida, sinónimo de felicidad ab soluta..Todos pensamos que poseyendo  bienes abundantes podemos colmar nuestro anhelo de felicidad. pero nuestro corazón no puede ser colmado con cualquier bien pues «nos hiciste, Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta descansar en ti»(S.Agustín). Nuestro corazón  sólo puede ser colmado por el amor infinito. Jesús responde:» Al señor tu Dios adorarás, y a Él solo darás culto La leyenda de los siete tarros  de oro. Todos llenos menos  el séptimo se encontraba medio lleno y el avaro pretendía llenar de una manera imposible. El rey le desengaña pues el espíritu mentiroso es quien le impulsa con un deseo  insaciable.

Una nueva tentación: «Si eres Hijo de Dios»·(si tanto puedes)arrójate de aquí abajo». Como cuando esté en la cruz y le digan: «:Si eres el Hijo de Dios baja de la cruz…»Realiza un gesto prodigioso y te creeremos…Jesús responde: No tentarás al Señor tu Dios».El modo de actuar Dios no es aparatoso sino suave, pedagógico…incluso sufriendo con nosotros en el camino de la vida

Señor, que nuestra vida sea conforme con las ofrendas que inauguran el camino a la Pascua.» El pan del cielo alimenta la fe, consolida la esperanza y fortalece el amor. Haznos sentir hambre de Cristo ,pan vivo y verdadero y nos enseñes a vivir constantemente de toda palabra que sale de tu boca» 

 

 

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