DOMINGO TRIGÉSIMO PRIMERO
1ªLct.:Sab.11,23-12,2:Te compadeces, Señor, de todos porque amas a todos los seres
Sal.144,1-2.8-9.10-11.13cd-14:Te ensalzaré, Dios mío mi rey.
2ªLct.:2ªTs.1,11-2,2:Que Jesús nuestro Señor sea vuestra gloria y vosotros seáis la gloria de él.
Evang.:Lc.19,1-10:El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
ZAQUEO,QUIERO HOSPEDARME EN TU CASA
El fragmento del libro de la Sabiduría es un cántico primoroso al Señor, Creador de todo lo que existe y Amador de la obra de sus manos. Poder, inteligencia y amor entrelazados distinguen al Dios vivo de Israel. Más aún ,acompaña a la acción de Dios la compasión y el perdón porque los mismos hombres que pecan ”son obra de El” y “amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho”. De ahí que el autor sagrado sugiere la “vista gorda de Dios” ante el hombre que peca :”cierras los ojos a los pecados de los hombres para que se arrepientan”. Y así el poder de Dios es también misericordia: ”te compadeces de todos porque todo lo puedes”. Convocamos a tantas madres que nunca desesperan y confían en el retorno de sus hijos. Dios que “hace la vista gorda” ante el desorden no ignora que el hombre ha de vivir en la verdad y usa de buena pedagogía: ”corriges poco a poco a los que caen, recuerdas su pecado para que se conviertan y crean en ti, Señor”
Este encuentro intenso con Dios creador suscita en el corazón del hombre un himno de alabanza: ”Día tras día te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás”. Clemente ,misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad.
Frente a un Dios del terror o del miedo, de la limitación u opresión, la Palabra de Dios inspirada acentúa aún más que “El Señor es bueno y cariñoso con todas sus criaturas”. Nos regala su fuerza para ser dignos de nuestra vocación y cumplir los buenos deseos y la tarea de la fe”. La fuerza, la gracia no es otro que Jesucristo nuestro Señor que viene a nuestro encuentro.
Ya en alguna ocasión S.Pablo, que habla de la segunda venida de Jesucristo y parece que algunos cristianos estaban alarmados por una venida inminente ,tiene que advertir “que el que no trabaje que no coma, porque hay algunos sin hacer nada” ,nos hemos enterado de que “algunos están de brazos cruzados” (2ª Tes.3,7-12)pensando en el próximo advenimiento del Señor .Para centrar el asunto de la venida del Señor y el encuentro con él, no recurre a argumentos, revelaciones y visiones alarmantes sino a la vivencia digna de vuestra vocación. Eso sí que es serio y entusiasta: vivir con Jesucristo, nuestra gloria hasta que nos encontremos definitivamente con Él.
En la misma tónica de “querer ver a Jesús” “ encontrarse con Jesús” se mueve el conmovedor relato de Zaqueo en evangelio de S.Lucas. Nos ofrece las claves en las que se verifica el encuentro del hombre con Dios y con Jesucristo.
Un hombre, publicano, recaudador de impuestos en el mundo oscuro del negocio y del dinero ha oído hablar de Jesús que se dedica a anunciar el reino de Dios hablando con autoridad y curando a los enfermos y además seguido por mucha gente. Le ha movido la curiosidad , la intuición de la luz y de la alegría y de la paz y desea verlo. En este momento de su vida se pregunta por Jesús:¿Quién es ese hombre?¿Por qué le sigue la gente? O también ¿Quién soy soy?¿Qué me está pasando?
Vemos a Zaqueo ponerse en ridículo subiéndose a un árbol, exponiéndose públicamente para ver pasar a Jesús. Quiere que no se le pase ningún detalle de este gran hombre, de este hombre divino. Y lo que ocurrió fue el desenlace feliz de este encuentro con Jesús que lo transformó y le llevó a reordenar su vida porque “el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba pedido. Cuando hay un encuentro sincero, honrado y honesto con Dios tienden a caer todas nuestras máscaras, ambiciones y mentiras
Un religioso y sacerdote, un gran profesor de filosofía llevaba un grave combate interior de fe.Ya para su tesis doctrial había elegido un estudio sobre Miguel Unamuno, tan atormentado por el asunto de la inmortalidad y su debate lógica y cardiaca.Había decido dejar el sacerdocio y la vida religiosa.Un joven religioso y sacerdote había llegado a su comunidad y a quien el Señor le había renovado y liberado en la fe pero aquél le había ignorad:»vino a los suyos pero no le reconocieron». Un día de vacaciones de Navidad mientras el se debatía en su lucha interior, encontrándose solo en el convento, recibe una llamada urgente y grave: aquel joven había tenido un accidente de coche y había muerto. “Vino a los suyos y no le reconocieron” le vino a la mente pero ahora ahí se desencadenó de nuevo la batalla interior de la fe y esta muerte, la muerte de aquel joven ,reconoció en su testimonio, le llevó a Jesús que realizó en él a una curación integral. Reconocía de nuevo a Jesús como su Señor y se dedicó a anunciarlo con poder y esperanza
Zaqueo se subió a un árbol, sin miedo al ridículo en esta feliz ocasión fue tocado y llamado y salvado: “Hoy ha venido la salvación a esta casa.
También nosotros seguimos a Jesús .El continúa llamados a la conversión, al crecimiento ,a la madurez a saber morir para vivir. Todos somos llamados a una mirada más honda y un conocimiento más íntimo de Jesús.
Hoy con la iglesia ,le pedimos al Señor “una generosa efusión de su misericordia”, que aumente en nosotros la acción de su poder, que su gracia nos disponga a recibir las promesas con que enriquece estos sacramentos que ahora celebramos.
Señor de poder y misericordia que haces dignos y agradables el servicio de tus fieles concédenos caminar hacia los bienes que nos prometes.