QUINTO DOMINGO DE CUARESMA

QUINTO DOMINGO DE CUARESMA

 

1ªLct.:Ez.37,12-14:Os infundiré mi espíritu y viviréis

Sal.129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8.:Del Señor viene la misericordia y la redención copiosa

2ª Lct.:Rm.8,8-11:El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros.

Evangelio: Jn.11,1-45:Yo soy la resurrección y la vida.

 

A Jesús lo hemos contemplado en el desierto de las tentaciones ordenando a Satanás: ”al Señor tu Dios adorarás y a él solo darás culto” pues “no sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”

Lo hemos contemplado transfigurándose ante sus amigos a quienes mandó: ”no contéis a nadie esta visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos”.

En el tercer domingo de cuaresma Jesús  dirigiéndose a una mujer samaritana a quien ayuda a cambiar su vida desordenada le ofrece :”Si conocieras el donde Dios y quién es el que de pide dame de beber, le pedirías tú y el te daría agua viva”.

El domingo pasado desde el estupor y la sorpresa ante un ciego a quien devuelve la vista, Jesús nos enviaba a la última dimensión de nuestra vida: reconocerlo como el Hijo del Hombre, enviado por Dios. Así: ser creyente es “ver con ojos nuevos”

Hoy contemplamos a Jesucristo realizando un signo portentoso .Después de  asistir al duelo y llanto de la familia por la muerte de su amigo Lázaro y después de haberse conmovido llorando también él, gritó con voz potente: “Lázaro, ven afuera”. Le devolvió la vida a quien de nuevo volvería a morir, como a la hija de Jairo o al hijo de la viuda de Naim.  Devueltos a la vida pero volverían a morir. Como las curaciones, signos poderosos de la presencia del Reino de Dios y barrunto de una nueva creación así será la resurrección de la carne feliz y gloriosa que no podemos imaginar pero sí soñar desde del asombro de los signos y de la autoridad de la Palabra creíble  de Jesús. “Yo soy la resurrección y la vida ,el que cree en mi aunque haya muerto vivirá”

“Muchos judíos habían venido a casa de María al ver lo que había hecho Jesús creyeron en él”.

Una visita a los hospitales siempre supone una cura de humildad para nuestras arrogancias y altanerías. La enfermedad grave nos sobrecoge. Recuerdo el combate espiritual librado por una joven que en un accidente de coche había quedado tetrapléjica. Con qué fe suplicaba a Jesús su curación y cómo después de una oración intensa quedaba tranquila y serena. Al poco tiempo murió habiendo donado sus órganos para ser trasplantados a otros necesitados.

Admiramos a los médicos que con estudio e ingenio investigan la naturaleza humana para conocerla e imitarla y aplicar sus descubrimientos al campo de la salud. Pero hemos de reconocer que nuestro organismo enfermo llega un momento en que no puede dar más de sí, ya no sirve como maravilloso instrumento para contener nuestra alma humana y nos morimos.

Había una niña de 10 años que  con un tumor cerebral decía : “mamá, me confieso y luego dejadme morir”. La misma niña , por la noche, suplicaba a su mamá que llamase a la Hermana Adoración para que la acompañara porque temía que al dormirse se muriera y ella quería vivir. Anhelamos  una vida plena.

Jesús que nos ha llamado amigos con todo su corazón “no puede impedir que muriera este”, que mueras tú, que muera yo. Nos morimos .La amistad con Jesús que nos muestra sus llagas gloriosas como señal de los clavos y del sufrimiento nos indica el camino del morir “para resucitar con El””…pues el que resucitó de entre los muertos a Jesús vivificará vuestros cuerpos mortales por el mismo espíritu que habita en vosotros”

Así como este mundo maravilloso es fruto de acción creadora de Dios,  nuestro cuerpo glorificado será fruto de la acción recreadora de Dios. Acogemos las palabras de Jesús a Marta y las interiorizamos: “-Marta, si crees, verás la gloria  de Dios” ,”el que cree en mi aunque haya muerto vivirá”. El diálogo de gracia de Dios vivo con el creyente va a pasar  de ser sostenido en el tiempo carnal y visible a la eternidad del amor eterno y espiritual.”El verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, hemos contemplado su gloria ya en la tierra y seremos “alabanza eterna de su gloria en el cielo” 

Señor, que vivamos siempre de aquel mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo.

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA

DOMINGO CUARTO DE CUARESMA

 

1ªLct.:1º de Samuel 16,1b.6-7.10-13ª:David es ungido rey de Israel

Sal.22,1-3ª.3b-4.5.6:El Señor es mi Pastor nada me falta.

2ªLct.:Ef.5,8-14:Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.

Evangelio: Jn.9,1-41:Fue ,se lavó y volvió con vista.

 

Este cuarto domingo de cuaresma,- en la tradición litúrgica, “domingo Laetare, domingo de la alegría” porque el camino de la cuaresma penitencial nos lleva a la Vigilia de la Resurrección de Jesucristo que vence a la muerte y al dolor-; nos sitúa hoy para escuchar la Palabra de Dios como lámpara para nuestros ojos y luz en nuestro sendero(Sal.119,105). Podemos cantar en esta Alegre mañana que , “saludamos el gozo de la luz que nos llega resucitada y resucitadora”. Nueva luz, nuevos ojos para el creyente que gratuitamente ha recibido la fe, la iluminación, el bautismo en Jesucristo  

Pepe había sido un joven vitalista, desenfadado que a la edad de 40 años había comenzado a perder la vista hasta quedar completamente ciego .El Señor lo puso en el camino de mi ministerio sacerdotal para acompañarlo en el combate espiritual en que se encontraba y combatir con él en Jesucristo. Recibió una visita especial de un obispo santo que lo confortó y el día de la visita Pepe junto con sus padres hermanos y sobrinos se pusieron de fiesta porque era algo especial aquella visita. En algunos momentos de nuestra conversaciones hasta hacía ejercicio de un sano humor. Otro amigo sacerdote ciego, me confió que a duras penas terminó la carrera sacerdotal quedando ciego.Al principio los golpes que me daba contra puertas y ventanas suponían una gran humillación hasta llegar al equilibrio y serenidad. Impartía muchas tandas de ejercicios espirituales y se le veía “feliz y contento”. Otro sacerdote, Mauro, ciego ya al tiempo de jubilarse junto con José Luis el día de Sta Lucía, patrona de los ciegos celebraban la Eucaristía para los ciegos y en la homilía hasta bromean diciendo que “eran invidentes  transitoriamente” porque esperaban volver a ver y verse en el cielo. ¡Qué acción de gracias los que todavía vemos¡

Hemos escuchado un elocuente evangelio en el que el Señor cura a un ciego.A los que maliciosamente le  preguntan por su nueva situación, el que antes era ciego, responde: sólo sé antes que yo era ciego y ahora veo”.

En esta misma expresión adivinamos todo un mundo cargado de dramatismo en los que no ven y el regocijo y estupor de quienes recobran la vista pudiendo acoger la maravilla de la luz, los colores ,la vida plena.

Un dramaturgo español del siglo pasado , Antonio Buero Vallejo, decía que para definir a Dios la luz es su preferida. Dios es como la luz. Jesús dijo: Yo soy la luz del mundo. En algunos de sus dramas se sirve de algún ciego para describir la realidad humana y el grito de esperanza que late en el corazón. Una reconocida pintora de nuestros días Isabel guerra, monja cisterciense, en sus cuadros pone de relieve la luz y la paz que brotan de las personas que pinta. Luz ,paz, alegría, gozo, fe, visión  esperanza, creación sonora en este domingo “Letare” que nos acerca a la celebración de la Pascua y llena de sentido al itinerario penitencial de la Cuaresma camino de la Resurreción del Señor .

El drama de aquellos judíos, la ceguera de los  mismos encarnando un mundo oscuro de tinieblas se ve en el enfrentamiento con Jesús, luz del mundo. Y comienzan por no aceptar lo evidente, lo que se ve: alguien que no veía ahora ve, pues intuyen que Jesús, autor de signo realizado, les remite a Dios y les llama a convertirse a volverse a Él, aunque se manifiesta su resistencia y oposición: ”vino a los suyos y no lo recibieron”

Las palabras, los gestos, los silencios de Jesús, referidos a la vida ordinaria de los hombres nos trasladan ,a su vez ,a otro plano de la existencia donde recibimos luz, sentido, orientación, gracia. En ese mundo invisible de la luz y de la vida, el creyente aprende a ver más y mejor a interpretar, a caminar en la luz y en la verdad. Aprende a “ver desde su no ver” puesto que Dios, el mundo espiritual, lo invisible no cabe en la mirada limitada de la persona humana.  De ahí la posibilidad de la fe tentada  por la incredulidad y la incredulidad tentada por el «quizá sea real el mundo de lo invisible», de Dios, de la fe.

En el fragmento del Primer libro de Samuel hemos escuchado como después de pasar los siete hijos apreciaba que ninguno de ellos era el elegido sino el último David. Samuel tenía la visión acertada de quién iba a ser ungido e invadido por el Espíritu de Dios

 ¿Qué dices del que te ha abierto los ojos? Que es un profeta. Jamás se oyó decir que nadie que le  abriera los ojos a un ciego si éste no viniera de Dios.

Y luego, lo más sorprendente :¿Crees tú en el Hijo del Hombre?¿Quién es para que crea en Él? Jesús le contestó: El que está hablando ése es. Y he aquí otra gran revelación para el nuevo vidente. De la visión física es ascendido a la visión y confesión de la fe en aquel hombre-divino, Jesús que le ha curado.

El creyente vive una experiencia de relación con Dios de quien parte la iniciativa y a la que responde  con su confianza. Decimos  que ser creyente cristiano es una gracia, un don que se coge en liberad y se ejercita con esperanza y amor 

Me contaba uno compañero de estudios que tuvo un amigo ciego que le confiaba que “veía por dentro” ,había aceptado su condición y se movía con gracia y libertad en la vida.

¿Cuál es el testimonio de nuestra fe? Después de lo que he vivido ,del encuentro con tantos creyentes y tantas personas honradas estimo que lo definitivo es conocer a Jesucristo que me revela al Padre y al Espíritu Santo y me enseña amar ,a perdonar, que me consuela y nada puede llenarme de tanta felicidad como El.

San Pablo en el fragmento de su carta a los Efesios resume la gran catequesis sobre la fe cristiana y el bautismo, sacramento de la iluminación. Antes erais tinieblas y ahora sois luz. ”Caminad como hijos de la luz en bondad, justicia y verdad

“Despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz”.

Se trata de “ver no como los hombres en apariencia sino como Dios  que ve el corazón”

Ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte  de todo corazón.”

Ayúdanos a celebrar estos santos misterios con fe verdadera y saber ofrecértelos por la salvación del mundo.

TERCER DOMINGO DE CUARESMA

TERCER DOMINGO DE CUARESMA

1ªLct.:Ex.17,3-7:Danos agua para beber.

Sal.94,1-2.6-7.8-9:Escucharemos tu voz, Señor.

2ªLct.:Rm.5,1-2.5-8:El amor de Dios derramado en nuestros corazones.

Evangelio: Jn.4,5-42:Un surtidor de agua que salta  hasta la vida eterna.

 

El relato del libro del Éxodo describe la situación desesperada de los israelitas y Moisés “que se mueren de sed” tentando a Dios con una pregunta inquietante:”¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?.¿No es verdad que en nuestro foro interno en alguna ocasión, en situaciones dolorosas ha pasado por nuestro corazón esta misma pregunta? La presencia del mal sacude la conciencia del hombre que no puede controlar ni dominar lo que es causa del sufrimiento y ardorosamente busca respuestas.

“En un lugar como éste, las palabras fallan; al final, sólo puede haber un silencio seco, un silencio que en sí mismo es un grito de corazón a Dios: ¿Por qué, Señor, permaneciste en silencio? ¿Cómo pudiste tolerar esto?”, expresó Benedicto XVI el 28 de mayo de 2006.

San Pablo en el fragmento de la carta a los Romanos se muestra contento, justificado, lleno de gracia, porque “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado”.Y lo que se le ha pedido es “creer” ”la fe”.A la tentación de ¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?, S. Pablo responde que lo asombroso de nuestro Dios, la prueba de que Dios nos ama y está con nosotros-algo inaudito  e inesperado -es que siendo injustos y pecadores, un justo, Jesús, murió por nosotros” .Por eso:” Venid, aclamemos al Señor, no endurezcáis el corazón porque El es  nuestro Dios”.

La paciencia y la intercesión de Moisés ante Dios, su liderazgo y pastoreo con el rebelde pueblo de Israel encuentra su perfección en Jesús tal como hoy lo muestra en el Evangelio. 

El encuentro de Jesús con la samaritana ha dado ocasión a los escritores espirituales para unos sabrosos comentarios y lúcidas interpretaciones. San Agustín ve en la mujer samaritana la figura de la Iglesia aún no santa que recibe el don del Espíritu Santo, el agua viva.Y además es figura de la Iglesia de pueblos extranjeros, no judíos.

Nosotros mismos en este tiempo de cuaresma, de conversión y penitencia, de escucha asidua de la Palabra de Dios nos sentimos sorprendidos por este diálogo en que captamos el sentido pedagógico de Dios y de Jesús que conduce suavemente a la persona al ámbito de la fe que salva.

Jesús, Dios sediento de agua y necesitado de ayuda para beber desafía los imponderables de la convivencia y se dirige a una mujer, samaritana, enemiga de los judíos.

Atravesado este primer umbral,  haciéndola caer en la cuenta de la realidad de la sed y la necesidad de beber le impulsa a reconocer otra necesidad no menos real que la anterior reprimida o camuflada entre deseos, desdenes, autosuficiencias que desvían la atención:” Si conocieras el don de Dios y quién te dice dame de beber, le pedirías el agua viva”.

Así es nuestra condición humana. Vemos la realidad inmediata, nos conformamos con lo que entra por nuestros sentidos que en tantas ocasiones también nos engañan en su apariencia hasta que otras personas nos ayudan a descubrir los matices y detalles de la realidad. Nos ayudan a conocer mejor la vida, su riqueza. ¡Cuánto no debemos a nuestros padres, maestros, gentes de bien.

Jesús lleva a la mujer hasta el fondo de sí misma, le ayuda conocerse y a reconocerse ,y al convertirse y  cambiar, al experimentar convirtiéndose y fiándose la exclamación sublime:”¡He visto al Mesías¡”.

Da testimonio de la visto, creído y experimentado y sus convecinos también se sienten sorprendidos: ”ya no creemos por lo que nos dices sino por lo que vemos”.

Jesús, hoy también está aquí presente resucitado aunque velado bajo tantos signos y símbolos eucarísticos: palabra, pan, vino, color, vosotros mismos, yo mismo…

Hemos de reconocer que cautivados por lo inmediato ,somos perezosos ,nos resistimos al mundo de lo invisible porque nos supone esfuerzo.

Seguramente que hemos oído hablar de los pescadores de perlas que se lanzan hasta el fondo en el agua que tira de ellos hacia arriba. Ellos bucean y bucean e intentan con gran esfuerzo llegar hasta el fondo para pescar una perla que los llena de alegría y                 satisfacción.

El camino creyente a veces se hace fatigoso pues nos resistimos a ir donde el Señor nos quiere para hacernos felices dándonos el agua viva. De ahí que nos ofrece el don del Espíritu Santo.

Pedimos al Señor nos ayude a realizar la experiencia de caminar con El siendo restaurados por su misericordia. Haz, Señor que cada uno nos convirtamos en surtidor d agua que salta hasta la vida eterna. Que se haga realidad en nuestra vida lo que hemos recibido en este sacramento.

 

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA

             SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA

 

1º1ª Lct.:Génesis 12,1-4ª:Vocación de Abrahán, padre del pueblo de Dios.

Sal.32,4-5.18-19.20 y 22:Que tu misericordia venga sobre nosotros.

2ªLct.:2ªTimoteo.1,8b-10:Dios nos llama y nos ilumina

Evangelio: Mateo,17,1-9:Su rostro resplandeció como el sol.

 

El pasado domingo contemplábamos a Jesús en el desierto sometido a la tentación de abandonar el camino de Dios  por el placer, tener y poder .Mas su alimento es cumplir la voluntad del Padre y así responde a las insinuaciones del  al maligno: Sólo a Dios adorarás.

Hoy seguimos a Jesús que sube al monte Tabor acompañado de Pedro, Santiago y Juan y ante ellos  se Trasfigura:” su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz”. Recuerdo la preciosa escena de la película “Jesucristo Superstar” en que la imagen de Jesús azotado y flagelado se va transformando en un Jesús radiante y majestuoso y transcendente que abraza a todo el mundo.

Se les aparecieron dos figuras relevantes de la Antigua alianza: Moisés a quien el Señor le entrego la Ley y Elías, el profeta de fuego .Pedro, admirado exclama:¡Qué bien se está aquí¡ Es como decir: podríamos vivir siempre así: ”hagamos tres tiendas” para vivir eternamente felices.

Al mismo tiempo se oye la voz del Padre: ESTE ES MI HIJO, ESCUCHADLE. Recordad  estas palabras cuando Jesús recibió el Bautismo en el Jordán: ¡Este es mi Hijo¡

Este Hijo, Jesús, ahora transfigurado, lleno de gloria, adelantando su Resurrección, es quien dice a sus discípulos: Vamos a Jerusalén a morir. Ellos no lo entienden y menos Pedro a quien Jesús recrimina: Apártate de mi Satanás. Como no entendieron cuando discutían sobre quién sería el primero en el reino y tuvo que mostrarles a un niño para tener un corazón sencillo como él o “el que quiera ser el primero sea vuestro servidor”

Jesús les abre un tanto el horizonte para que gusten del futuro de Dios y vuelvan fortalecidos a anunciar “el evangelio de la gracia de Jesucristo que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal”(2ªTim.1,8b-10)

En la encíclica Spe Salvi, Benedicto XVI sintetiza la sustancia de la esperanza diciendo:” La fe no es solamente un tender de la persona hacia lo que ha de venir, y que está todavía totalmente ausente; la fe nos da algo. Nos da ya ahora algo de la realidad esperada, y esta realidad presente constituye para nosotros una « prueba » de lo que aún no se ve. Ésta atrae al futuro dentro del presente, de modo que el futuro ya no es el puro « todavía-no ». El hecho de que este futuro exista cambia el presente; el presente está marcado por la realidad futura, y así las realidades futuras repercuten en las presentes y las presentes en las futuras.

Nuestro caminar cristiano no es primero un superar obstáculos, órdenes y leyes para conseguir el cielo, la gracia. Recibimos la gracia, la luz, la transfiguración, momentos de luz y de gozo para que en el camino de la vida surcado por dificultades y oscuridades no nos escandalice la cruz de Jesús y sea el impulso para llegar como Jesús a dar la vida por amor. Es bueno sentarse con Jesús y en momentos de gracia y plenitud también poder decir:!qué viene  se está aquí” y ver realizadas sus palabras: Venid a mi si os sentís cansados y agobiados que yo os aliviaré”. A veces nos puede ocurrir en la iglesia, en la oración solitaria o a veces en el fárrago del trabajo cotidiano que experimentamos “un no sé qué que queda balbuciendo” como diría Juan de la cruz. Son hermosos los testimonios de hombres y mujeres, de cualquier estado y condición social que aunque fugaz han experimentado ese toque de Dios imborrable felizmente para toda la vida .Un montañero en una altura elevada con algún dedo congelado ha sido tocado por Dios.

Como Israel, como Abraham impulsado por Dios a salir de su casa y de su tierra en pos de la tierra prometida, así también nosotros somos llamados realizar la experiencia de Dios, a gustar a Dios, a dejarnos transfigurar por El como Agustín, Francisco, Teresa de Ávila y de Calcuta y tantos otros para que sin huir de nuestras responsabilidades diarias podamos transfigurar el mundo “  tomando parte en las duras trabajos el evangelio”, pues Dios nos dio su gracia por Jesucristo que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal”

Martin Luther King, el líder de los derechos de los negros escribía:”Días difíciles…Pero no significa nada, he estado en la cumbre de la montaña… Como a todos los hombres me gustaría vivir largos años..Es bello ser viejo…Pero no me preocupo…Sólo quiero hacer la voluntad de Dios…Él me ha permitido ascender a la montaña., he mirado,  he visto la tierra prometida. No temo. Mis ojos han visto la gloria del Reino de Dios que viene ¡Qué hermoso es estar aquí¡ Dag  Hammarskjoeld ,Secretario general de la ONU (1953-1961) escribe así en su diario espiritual:»La experiencia interna del amor de Dios es el más profundo sentido de alegría y plenitud que un ser humano puede tener – nada lo supera. Todas las demás experiencias de amor, aunque sean hermosas, son como reflejos o recordatorios de la cosa real.» (

Hagamos la experiencia .Contemplemos al Señor.

“Señor, que nos has mandado escuchar a tu Hijo ,el predilecto, alimenta nuestro espíritu con tu palabra; así con mirada limpia, contemplaremos gozosos la gloria de tu rostro”

“Señor, te damos gracias porque al darnos en este sacramento el cuerpo glorioso de tu Hijo nos haces ya partícipes en este mundo, de los bienes eternos de tu reino”.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies