CUARTO DOMINGO DE CUARESMA

DOMINGO CUARTO DE CUARESMA

 

1ªLct.:1º de Samuel 16,1b.6-7.10-13ª:David es ungido rey de Israel

Sal.22,1-3ª.3b-4.5.6:El Señor es mi Pastor nada me falta.

2ªLct.:Ef.5,8-14:Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.

Evangelio: Jn.9,1-41:Fue ,se lavó y volvió con vista.

 

Este cuarto domingo de cuaresma,- en la tradición litúrgica, “domingo Laetare, domingo de la alegría” porque el camino de la cuaresma penitencial nos lleva a la Vigilia de la Resurrección de Jesucristo que vence a la muerte y al dolor-; nos sitúa hoy para escuchar la Palabra de Dios como lámpara para nuestros ojos y luz en nuestro sendero(Sal.119,105). Podemos cantar en esta Alegre mañana que , “saludamos el gozo de la luz que nos llega resucitada y resucitadora”. Nueva luz, nuevos ojos para el creyente que gratuitamente ha recibido la fe, la iluminación, el bautismo en Jesucristo  

Pepe había sido un joven vitalista, desenfadado que a la edad de 40 años había comenzado a perder la vista hasta quedar completamente ciego .El Señor lo puso en el camino de mi ministerio sacerdotal para acompañarlo en el combate espiritual en que se encontraba y combatir con él en Jesucristo. Recibió una visita especial de un obispo santo que lo confortó y el día de la visita Pepe junto con sus padres hermanos y sobrinos se pusieron de fiesta porque era algo especial aquella visita. En algunos momentos de nuestra conversaciones hasta hacía ejercicio de un sano humor. Otro amigo sacerdote ciego, me confió que a duras penas terminó la carrera sacerdotal quedando ciego.Al principio los golpes que me daba contra puertas y ventanas suponían una gran humillación hasta llegar al equilibrio y serenidad. Impartía muchas tandas de ejercicios espirituales y se le veía “feliz y contento”. Otro sacerdote, Mauro, ciego ya al tiempo de jubilarse junto con José Luis el día de Sta Lucía, patrona de los ciegos celebraban la Eucaristía para los ciegos y en la homilía hasta bromean diciendo que “eran invidentes  transitoriamente” porque esperaban volver a ver y verse en el cielo. ¡Qué acción de gracias los que todavía vemos¡

Hemos escuchado un elocuente evangelio en el que el Señor cura a un ciego.A los que maliciosamente le  preguntan por su nueva situación, el que antes era ciego, responde: sólo sé antes que yo era ciego y ahora veo”.

En esta misma expresión adivinamos todo un mundo cargado de dramatismo en los que no ven y el regocijo y estupor de quienes recobran la vista pudiendo acoger la maravilla de la luz, los colores ,la vida plena.

Un dramaturgo español del siglo pasado , Antonio Buero Vallejo, decía que para definir a Dios la luz es su preferida. Dios es como la luz. Jesús dijo: Yo soy la luz del mundo. En algunos de sus dramas se sirve de algún ciego para describir la realidad humana y el grito de esperanza que late en el corazón. Una reconocida pintora de nuestros días Isabel guerra, monja cisterciense, en sus cuadros pone de relieve la luz y la paz que brotan de las personas que pinta. Luz ,paz, alegría, gozo, fe, visión  esperanza, creación sonora en este domingo “Letare” que nos acerca a la celebración de la Pascua y llena de sentido al itinerario penitencial de la Cuaresma camino de la Resurreción del Señor .

El drama de aquellos judíos, la ceguera de los  mismos encarnando un mundo oscuro de tinieblas se ve en el enfrentamiento con Jesús, luz del mundo. Y comienzan por no aceptar lo evidente, lo que se ve: alguien que no veía ahora ve, pues intuyen que Jesús, autor de signo realizado, les remite a Dios y les llama a convertirse a volverse a Él, aunque se manifiesta su resistencia y oposición: ”vino a los suyos y no lo recibieron”

Las palabras, los gestos, los silencios de Jesús, referidos a la vida ordinaria de los hombres nos trasladan ,a su vez ,a otro plano de la existencia donde recibimos luz, sentido, orientación, gracia. En ese mundo invisible de la luz y de la vida, el creyente aprende a ver más y mejor a interpretar, a caminar en la luz y en la verdad. Aprende a “ver desde su no ver” puesto que Dios, el mundo espiritual, lo invisible no cabe en la mirada limitada de la persona humana.  De ahí la posibilidad de la fe tentada  por la incredulidad y la incredulidad tentada por el «quizá sea real el mundo de lo invisible», de Dios, de la fe.

En el fragmento del Primer libro de Samuel hemos escuchado como después de pasar los siete hijos apreciaba que ninguno de ellos era el elegido sino el último David. Samuel tenía la visión acertada de quién iba a ser ungido e invadido por el Espíritu de Dios

 ¿Qué dices del que te ha abierto los ojos? Que es un profeta. Jamás se oyó decir que nadie que le  abriera los ojos a un ciego si éste no viniera de Dios.

Y luego, lo más sorprendente :¿Crees tú en el Hijo del Hombre?¿Quién es para que crea en Él? Jesús le contestó: El que está hablando ése es. Y he aquí otra gran revelación para el nuevo vidente. De la visión física es ascendido a la visión y confesión de la fe en aquel hombre-divino, Jesús que le ha curado.

El creyente vive una experiencia de relación con Dios de quien parte la iniciativa y a la que responde  con su confianza. Decimos  que ser creyente cristiano es una gracia, un don que se coge en liberad y se ejercita con esperanza y amor 

Me contaba uno compañero de estudios que tuvo un amigo ciego que le confiaba que “veía por dentro” ,había aceptado su condición y se movía con gracia y libertad en la vida.

¿Cuál es el testimonio de nuestra fe? Después de lo que he vivido ,del encuentro con tantos creyentes y tantas personas honradas estimo que lo definitivo es conocer a Jesucristo que me revela al Padre y al Espíritu Santo y me enseña amar ,a perdonar, que me consuela y nada puede llenarme de tanta felicidad como El.

San Pablo en el fragmento de su carta a los Efesios resume la gran catequesis sobre la fe cristiana y el bautismo, sacramento de la iluminación. Antes erais tinieblas y ahora sois luz. ”Caminad como hijos de la luz en bondad, justicia y verdad

“Despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz”.

Se trata de “ver no como los hombres en apariencia sino como Dios  que ve el corazón”

Ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte  de todo corazón.”

Ayúdanos a celebrar estos santos misterios con fe verdadera y saber ofrecértelos por la salvación del mundo.

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