CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS
1ªLct.:2ªCo 5,1.6-10:Tenemos una casa eterna en el cielo
Sal.142,1-2.5-6.7ab.8ab.10:Señor escucha mi oración tú que eres fiel
Evangelio:Jn.14,1-6:En la casa de mi Padre hay muchas estancias
Es conmovedor el homenaje que tantas personas dedican a sus seres queridos difuntos especialmente en estos días. Los cementerios se visten de esplendor por las flores que adornan los lugares donde sólo queda eso :unos restos unas reliquias. Los recuerdos, las oraciones y las acciones de gracias por tantos seres queridos crean un ambiente cálido, habitable, puro y pacífico. Ellos nos han precedido con el testimonio de la fe y del amor y ahora descansan en la paz de Dios.
Nuestra inteligencia, nuestro amor, nuestro recuerdo nos impulsan a homenajear lo mejor de nuestros seres queridos: su amor que nunca puede morir .Nos resistimos a que sea así. Y es que «el amor es más fuerte que la muerte»(Cant.8,6).»Aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad pues la vida de los que en ti creemos no termina se transforma y adquirimos una mansión eterna en el cielo», dice el Prefacio de la Misa de difuntos.
Jesús, el Ungido de Dios “que pasó haciendo el bien y fue crucificando injustamente, ha perforado el muro, el enigma que separa la vida de la muerte y “al tercer día resucitó de entre los muertos”como confesamos en el Credo
En aquellos días de dolor , silencio y ocultamiento en que vivieron sus discípulos, lo inaudito fue que unas mujeres piadosas queriendo homenajear con amor y piedad su cadáver, al llegar a la tumba descubrieron con asombro que el sepulcro estaba vacío y pensaron que alguien había robado su cuerpo. Miraron y un enviado de Dios les abrió más los sentidos del corazón diciéndoles :No está aquí, Jesús vive, ha resucitado. Por eso la tumba donde fue sepultado Jesús no puede acoger el homenaje de las flores. Ha vencido definitivamente a la muerte.
Esta es la buena noticia que el Señor actualiza para nosotros: ”el Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales». El Espíritu del Señor que animaba la creación del mundo, que formó a Jesús en el seno de María, acompañó a Jesús en su acción evangelizadora es el mismo que realizará una nueva creación dando una vida nueva más allá de la muerte a nuestros cuerpos mortales, frágiles y caducos pero portadores de la vida de Dios.
¿Qué hemos de hacer ante la muerte? Cuando en tantas ocasiones lloramos la muerte de nuestros seres queridos como Jesús que lloró por la muerte de su amigo Lázaro, Jesús mismo nos sale a nuestro encuentro para decirnos como a Marta : ”Si crees verás la gloria de Dios…Yo soy la resurrección y la vida ¿crees tú esto?»
En el camino de la fe, Jesús nos va mostrando su gloria y vivifica nuestra memoria y nuestra esperanza para el encuentro definitivo con Él y con nuestros seres queridos.
Que al confesar la resurrección de Jesucristo, tu Hijo, se afiance nuestra esperanza de que todos hijos resucitarán. Que nuestros hermanos difuntos puedan llegar a la mansión de la luz y de la paz