LIBRO VIII

CASICIACO

Entonces en medio de aquella encarnizada pelea con mi alma en los interiores de mi casa y que yo había atizado con decisión en la intimidad de mi propio corazón alterado tanto mi rostro como mi mente abordé a Alipio exclamando: ”Pero qué os pasa? ¿Qué significan esas palabras que acabas de oír ?Se levantan los indoctos y conquistan el cielo y ahí tienes :nosotros con toda nuestra ciencia ,pero sin corazón ,nos revolcamos en la carne y en la sangre…Mi lenguaje en estos momentos no era el acostumbrado .La frente ,las mejillas ,los ojos ,el color ,la modulación de la voz reflejan el estado de mi ánimo con mayor claridad que las palabras que lograba articular…

Hice un montón  de cosas en las que no era lo mismo querer que poder .Sin embargo, aquello que ejercía sobre mí un atractivo incomparablemente mayor no entraba en el campo de mi acción. el caso es que yo lo habría podido hacer cuando hubiera querido ,porque de quererlo lo habría podido ,no me cabe la menor duda….Mi cuerpo obedecía al deseo más tenue del alma, moviendo los miembros da la menor insinuación .Obedecía al alma con más facilidad que el alma se obedece a sí misma para actuar en la voluntad sola una voluntad grande y suya

(VIII,8,19-20)

VOLUNTAD(Patología)

En resumidas cuentas, no es absurdo querer en parte y en parte no querer ,sino que de lo que se trata más bien es de una enfermedad del espíritu ,porque no se levanta todo él empujado por la verdad ,sino  avasallado por la costumbre .Y por eso hay dos voluntades ,porque una de ellas no es total ,no está completa y lo que le falta a na lo tiene la otra (VIII,9,21)

BATALLA DECISIVA

Me retenían frivolidades de frivolidades y vanidades de desatinados. Esas viejas amigas tiraban del vestido de mi carne y me decían :”Con que nos dejas ,¿eh? Es cierto que a partir de ahora ya nunca vamos a estar contigo ?¿Es cierto que a partir de ahora nunca jamás te será lícito esto y lo otro?…Ya no me replicaban cara a cara ni de frente sino que musitaban a mis espaldas, tirándome pellizcos furtivos al alejarme para que volviese la cara hacia ellas .De todos modos me retardaban en mis vacilaciones e romper con ellas y de quitármelas de encima .Eran un valladar que me impedía dar el salto hacia donde oía la llamada.La costumbre brutal y agresiva continuaba diciéndome :¿Te crees que podrás vivir sin ellas? Pero estas últimas palabras eras ya muy apagadas .Del lado adonde tenía mi vista y en dirección al punto adonde temía dirigir mis pasos ,iba abriéndose paso la casta majestad de la continencia ,serena y sonriente ,sin malicia. Recatada y suavemente me invitaba a que me acercara a ella sin miedo ,extendiendo su manos piadosas llenas de infinidad de buenos ejemplos ,dispuestas a acogerme y a darme el abrazo..El Señor su Dios me ha entregado a ellos ¿Por qué te apoyas en ti mismo, si careces de estabilidad ?´Lánzate en él. No temas, que no se retirará para que caigas. Lánzate tranquilo, que él te acogerá y te sanará.(VIII,11,25-27)

¡ TOMA Y LEE ¡

Pero cuando desde los fondos más secretos de mi ser, en virtud de una profunda consideración ,amontoné todo aquel cúmulo de miserias mías y las puse a la vista de mi corazón, se formó una borrasca enorme que se resolvió en abundante lluvia de lágrimas. Tal era mi situación que Alipio se dio cuenta cabal de todo por no sé qué expresión que ,según creo, formulé y donde se patentizaba que la inflexión de mi voz estaba preñada de llanto En este estado me puse de pie. El se quedó en el lugar donde estábamos sentados .Me hallaba demasiado aturdido…Solté las riendas de mis lágrimas y se desbordaron los ríos de mis ojos, sacrificio que es aceptable .Si no con estas palabras sí con este sentido te dije cosas como éstas. Y  Tú, Señor, ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo, Señor ,vas a estar eternamente enojado…¿Hasta cuándo voy a seguir diciendo mañana, mañana ?¿Por qué no ahora mismo?¿Por qué no poner fin ahora mismo a mis torpezas?…De repente oigo una voz procedente de la casa vecina ,una voz q no sé si de un niño o de una niña que decía cantando y repitiendo a modo de estribillo :”Toma y lee¡ ¡Toma y lee¡. Fui donde Alipio cogí el códice y leí Nada de comilonas ni borracheras ;nada de lujurias ni desenfrenos…Revestíos de nuestro señor Jesucristo…Al punto nada más acabar la lectura de este pasaje, sentí como si una luz de seguridad se hubiera derramado en mi corazón, ahuyentando todas las tinieblas de mi duda…Acto seguido nos dirigimos los dos hacia mi madre .Se lo cantamos todo. Se llena de alegría. Le contamos cómo ha ocurrido todo :salta de gozo, celebra el triunfo bendiciéndote a ti que eres poderoso para hacer más de lo que pedimos y comprendemos .Estaba viendo con sus propios ojos que le habías concedido más de lo que ella solía pedirte con sollozos y lágrimas piadosas(VIII,12,28-30)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

5 × cinco =

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies