VIGESIMOSÉPTIMO DOMINGO ORDINARIO

VIGÉSIMOSÉPTIMO DOMINGO ORDINARIO

 

1ªLct.:Is.5,1-7:La viña del señor de los ejércitos es la casa de Israel.

Sal.79,9.12.13-4.15-16.19-20:La viña del Señor es la casa de Israel.

2ªLct.:Flp.4,6-9:El Dios de la paz estará con vosotros.

Evangelio. Mt.21,33-43:Arrendará la viña a otros labradores.

 

El profeta Isaías, por medio de una deliciosa alegoría-la viña del Señor, es la casa de Israel-dibuja la historia trágica de Dios con  su pueblo de elección y predilección, no con exclusión de los demás pueblos que también son llamados a Jerusalén. El amor de Dios, tierno y cercano se torna amenazador lamentando la injustica y el desorden.

Este es el fondo alegórico que acompaña la palabra de Jesús, quien de alguna manera vierte sobre los oyentes, en concreto sobre algunas autoridades judías, un atinado reproche. Ellos captan que la parábola se dirige a ellos con un apunte de Jesús:”se os quitará a vosotros el Reino de los cielos y se dará a un pueblo que produzca frutos”.

Esta Palabra continúa actualizándose entre nosotros que somos Iglesia de Jesucristo, viña de Dios, llamados a dar frutos. En algún momento del evangelio Jesús exclamará:¿Cuando venga el Hijo del hombre encontrará  fe en la tierra?.

Hoy Jesús es ignorado(muchos no lo conocen),es rechazado(se persigue a los cristianos) o es manipulado(¿Es un gran hombre, un gran profeta, pero hombre¡¡¡)y hasta los creyentes podemos vivenciar “una fe o religiosidad a la Carta”:¡Esto sí, pero esto otro no. ¡Esto es moderno y progre y lo otro es retrasado, antiguo¡¡

Nuestra fe,entonces ¿es vigorosa, ardiente, contagiosa? O preferimos nuestro propio guiso” de lo que me gusta o me disgusta??

La Palabra de poder que quema y encuentra resistencias es : “la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular .”Jesús sigue vivo entre nosotros, nos da el vino nuevo de  la alegría y esperanza.

Cuenta una leyenda que el Párroco anunció que el próximo domingo, Jesús en persona visitaría la parroquia. Todos anhelaron emocionados y felices este momentos. Llegó el deseado día y Jesús estuvo con ellos compartiendo  gozos y esperanzas, alegrías y tristezas y llegada la noche la gente se prestaba  a que Jesús fuese a su casa pero al final convinieron que  quedase en la iglesia, su casa de verdad. A la mañana siguiente cuando algunos fieles entraron en la iglesia encontraron que estaba empapelada con rótulos que decían Cuidado¡¡Cuidado Cuidado¡¿A quién se le ocurriría esta profanación, esta falta de respeto¡¡¡.Sin embargo la gente comenzó a pensar: Sí,sí.. ¡Cuidado con la Palabra de Dios ¡Cuidado con los sacramentos ¡Cuidado con las personas¡ Cuidado con los pastores¡ Cuidado con tantas cosas…¡¡¡

Hermanos, necesitamos recuperar el vigor de nuestra fe, cuidar de ella. La preciosa fe en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sí ,la fe que confesamos en el Credo Apostólico y en el Credo Niceno-constantinopolitano; la Fe que celebramos en los Sacramentos de vida y salvación ;la fe que vivimos ( los Mandamientos que van desde el  no de lo que nunca debemos hacer al Sí de dar hasta la vida por todos”) y la Oración del Padrenuestro. Nos ha terminado de decir S.Pablo: “En toda ocasión, elevaos por la  oración de súplica y acción de gracias a Dios que os guardará en la paz y os custodiará en Cristo Jesús. Acoged todo lo noble, justo, santo y amable…

Señor, tu amor desborda nuestros méritos y deseos; derrama tu misericordia y libra nuestra conciencia de toda inquietud. Que de tal modo  saciemos nuestra hambre y nuestra sed en los sacramentos que nos transformemos en lo que hemos recibido   

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