VIGÉSIMO SEXTO DOMINGO ORDINARIO

VIGÉSIMO SEXTO DOMINGO ORDINARIO

1ªLct.:Ez.18,25-28:Cuando el malvado se convierta de su maldad, salvará su vida

Sal.24,4bc-5.6.-7.8-9:Recuerda, Señor, que tu misericordia es eterna.

2ªLct.:Filp.2,1-11:Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús.

Evangelio: Mt.21,28-32:Los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del Reino de Dios.

El fragmento del libro del profeta Ezequiel es, en realidad, un canto precioso al hombre libre creado por Dios que puede decir sí al proyecto de Dios sobre su existencia o frustrar su plan huyendo de sus responsabilidad sumergiéndose en el abismo del desorden y pecado. La fuerte conciencia colectiva en el pueblo de Israel propiciaba el que el individuo quedase perdido en el anonimato y como carente de autonomía e individualidad, de ahí que tanto lo bueno como lo malo se atribuyese a la colectividad. Precisamente el profeta Ezequiel nos despierta a la libertad y responsabilidad personal.

Aunque condicionados por nuestras vivencias pasadas, nuestro temperamento y nuestras pasiones hay en nosotros una zona de libertad y responsabilidad y ya no podemos usar la muletilla:”Nuestros padres comieron la fruta y nosotros sufrimos la dentera “.No podemos echar la culpa a los demás de lo que nos sucede.”Cuando el justo se aparta de su justicia, muerte y si se convierte de los delitos cometidos ciertamente vivirá y no morirá”.

Manteniendo la premisa de que “es eterna la misericordia del Señor”, “el Señor manifiesta su poder  con el perdón y la misericordia”,el creyente es llamado a responder a la gracia con su colaboración y por eso con el salmista, bajo la mirada amorosa de Dios suplicar: “Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas, haz que camine con lealtad”.

Cuando el creyente cristiano acoge en su vida a Jesucristo su modo de vivir toma un sentido nuevo y  ensaya a vivir “los cielos nuevos, la tierra nueva, la Jerusalén celeste y gloriosa”, de ahí que su estilo de comportamiento moral tienden a ser como los de Jesús:”un mismo amor y sentir, nada de rivalidades ni envidias sino humildes, verdaderos, fraternos”. Así se resume el talante cristiano:”Tened entre vosotros los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús”.

Jesús sirviéndose otra vez de una parábola concreta este modo de vivir cristiano, partiendo de un ejemplo de la vida ordinaria. Dos hijos y una orden o encomienda a ambos por parte del padre:”Ve a trabajar hoy en la viña”.Dos respuestas. Una negativa, rebelde, primaria, inmediata. Luego la reflexión y la sensatez se imponen en la vida humana digna y responsable. La segunda respuesta afirmativa pero falsa describe los recovecos torcidos de la persona humana, fácil para la hipocresía la apariencia y la inmadurez de un ego siempre hambriento de placer y bienestar. Jesús denuncia la desfachatez e inmadurez del hijo:”Los publicanos y prostitutas los llevan la delantera en el Reino de Dios”.Sí, los pecadores, aquellos que han tocado el fondo del mal, que se han sentido tal mal que al primer soplo del espíritu del bien y del amor ”creyeron en Jesús, se arrepintieron, mientras los inmaduros y arrogantes o vanidosos han continuado con su pecado de impenitencia o resistencia a la fe que implica arrepentimiento y cambio de vida pues “Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti”

Señor, que nuestra oblación te sea grata y   renueve nuestro cuerpo y nuestro espíritu para que participemos de la herencia gloriosa de tu Hijo.”

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