TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

III DOMINGO DE ADVIENTO

1ªLect.:Is.61,1-2a.10-11:Desbordo de gozo con el Señor

Sal.Lc.1,46-48.49-50.53-54:Se alegra mi Espíritu en Dios mi Salvador

2ªLect.:1ªTs.5,16-24:Estad siempre alegres.

Evangelio:Jn.1,6-8.19-28:En medio de vosotros hay uno que no conocéis

Celebramos el tercer domingo de Adviento, domingo “Gaudete”(alegraos), de la alegría. La casulla rosa que hoy podemos usar los sacerdotes expresa el sentimiento de alegría porque el Señor llega.

Y ¿cómo podemos alegrarnos cuando vemos las cosas difíciles que suceden en la vida? La felicidad, la alegría no son ruto de una decisión voluntarista. “Ahora quiero ser feliz y lo soy¡¡, quiero estar contento y lo consigo¡¡¡…No son fruto de una decisión instantánea. La alegría, la felicidad son fruto o ,consecuencia de una serie de ingredientes de la vida. Sin embargo S.Pablo nos amonesta:” Estad alegres en el Señor”, vivid en paz, guardaos de la maldad…” Y en la oración Colecta hemos pedido celebrar las fiestas de Navidad “con alegría desbordante”. En este deseo de la alegría, fruto del Espíritu Santo, fruto del encuentro con el Señor, nos orienta la Palabra del Señor, lámpara, luz en nuestros caminos    

Nuestra esperanza en la venida del Señor, el Mesías, el Cristo, el Ungido, se une a la esperanza del pueblo judío que después de tantas vicisitudes y sufrimientos persiste en esperar un Mesías, un Liberador, un Ungido.

En tiempos de Juan Bautista, en el pueblo judío, continuaban las mismas expectativas ante la venida de un Mesías prometido y el mismo Juan predicando y bautizando con la coherencia de una vida sobria y exigente y a contracorriente despertaba inquietudes e interrogantes sobre su identidad. ¿No serás tú el Mesías?. Yo no soy ni Elías, ni El Mesías .Así de rotunda y veraz era su respuesta. Mi vocación, mi misión es predicar: ”Allanad el camino del Señor”

Y continuaba diciendo” En medio de vosotros hay uno que no conocéis, existía antes que yo y no soy digno de desatar la correa de su sandalia”.El domingo pasado también decía Juan Bautista que Él os bautizará con fuego ,con Espíritu Santo.

¿Qué Mesías, ungido, Cristo, esperaban los judíos? Distintas sensibilidades acentuaban uno u otro carácter diferenciador. Tendría que ser Mesías político o guerrero para liberarlos definitivamente de la opresión de los pueblos extranjeros. Pero el fragmento del profeta Isaías que se ha proclamado el Mesías ,Cristo,Ungiodo aparecerá bajo la condición de Siervo de Yahvé,”enviado para dar la buena noticia a los pobres, a los que sufren”,consolando, liberando, curando hasta desbordar los corazones con el gozo y la exultación jubilosa porque “El Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos”.

Es preciso acercarse a ese Ungido de gracia y salvación, de acercarnos a Él con fe esperanza y amor, de “mirarlo a los ojos”

Cuentan que una aldea fue ocupada por el ejército invasor y se la halló culpable de un delito que nadie reconocía haber cometido .Los jefes militares llamaron al alcalde y al sacerdote de aquella aldea para comunicarles que alguien tenía que pagar por aquel delito. Recientemente también había legado a aquella aldea un hombre bueno y honrado .Durante toda una noche el alcalde y el sacerdote estuvieron dilucidando y sopesando el asunto hasta que decidieron que aquel hombre recién llegado tendría que pagar por todos. Le pidieron perdón y disculpas y aquel  hombre aceptó aquella peligrosa elección. En la noche siguiente todo el pueblo oyó los gritos de dolor de aquel hombre torturado.

Varios años después pasó otro hombre por aquella aldea y dirigiéndose al alcalde y al sacerdote les reprochó aquella trágica elección. Ellos se defendieron diciendo que habían estado toda la noche consultando las sagradas escrituras y al final encontraron la frase:”conviene que alguien muera por el pueblo”.Sí-  respondió el anónimo personaje-mirasteis en las escrituras pero no mirasteis a sus ojos.

Mirar al Mesías, al que viene, mirar a Jesucristo, conocer a Jesucristo “que está en medio de vosotros y lo desconocéis”.

De este mirar, esperar, conocer e intimar con Jesucristo, con constante oración, con acción de gracias, ”guardándonos de toda maldad”, brotará como fruto el gozo, la alegría, el júbilo de quien se siente colmado por en su espíritu por el don de Dios”.

En el camino creyente en este adviento de 2023 voy a decidir acercarme más a Jesucristo, mirarle a los ojos, escuchar su Palabra y pedir con la Iglesia: Concédenos llegar a la Navidad-fiesta de gozo y salvación-y poder celebrarla con alegría desbordante

 

 

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