DOMINGO IV DE CUARESMA
1ªLec.2º Crónicas 36,14-16:La ira y la misericordia de Dios
Salmo.136,1-2.3.4.5.6.:Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
2ªLect.:De la carta de S. Pablo a los Efesios.
Evangelio: Juan 3,14-21:Dios mandó a su Hijo para que el mundo se salve por él
El autor sagrado del libro de las Crónicas interpreta la situación de exilio en que vive los judíos en Babilonia: habían manchado la casa de Dios y se habían burlado de los mensajeros de Dios; despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas”.
Esta situación de ruina, exilio y desolación, viviendo lejos de Jerusalén , era fruto del pecado y en ella se manifestaba la ira de Dios, es decir,.su santidad detestando y aborreciendo al pueblo de su elección.
Pero la llegada de Ciro ,rey de los persas, es también la ocasión providencial para la manifestación de la misericordia y ternura de Dios siempre dispuesto a la compasión y al perdón. Y he aquí que a un rey persa, no judío, Ciro, le inspira :”El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. El me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en Judá.” Y le impulsa a permitir el regreso de los judíos a su tierra. Es como el reconocimiento por los extraños de la grandeza del Dios de Israel.
¡Que inspiración y belleza la del salmo que hemos proclamado¡ Por una parte el llanto y la nostalgia de Sión; y por otra, el desprecio, la burla de los que les deportaron: ¡Cantadnos un cantar de Sión¡ .Así que en el desconsuelo: el abandono de las cítaras con las que tantas veces habían cantado la alegría de Dios.
Pero la nostalgia, el sentimiento triste por alguna ausencia trae a la memoria la importancia de la persona ausente y entonces: Si me olvido de ti Jerusalén, que se me pegue la lengua al paladar, que se me paralice la mano derecha. Porque en Jerusalén, en el Dios ofendido está la cumbre de mis alegrías.
San Pablo sintetiza también la historia de Dios y el hombre:”Estando muertos por los pecados nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado con El .Así muestra en todos los tiempos la inmensa riqueza de su gracia”. Dios se venga de nuestros pecados y miserias ejercitando su gran misericordia.
San Juan en el evangelio reafirma la voluntad salvífica de Dios.:”Entregó a su Hijo para que no perezca ninguno de los que creen en El.”De manera plástica lo expresa: El Hijo del hombre-como la serpiente alzada en el desierto curaba de las mordeduras de serpientes a los hijos de Israel- será elevado para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Jesús en su diálogo con Nicodemo muestra su conciencia vivísima de ser el Enviado par a salvar al mundo. El como la luz y la verdad es rechazado y en este drama destaca que el hombre en su libertad puede negarse a aceptar a Dios:”el que no cree, ya está condenado porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios”
Este tiempo que aparece frío, incrédulo, autosuficiente, pagado de si mismo ,hostil a los valores del evangelio hemos de acentuar más el anuncio de la gracia de Jesucristo, la locura de la cruz que salva.
Bajo la capa de esplendor, seducción, belleza de nuestro mundo abundante, con los logros positivos que hemos de reconocer, se esconde sufrimiento, amargura, desesperanza. Y hemos de anunciar a Jesucristo con esperanza: El no ha venido al mundo para condenar al mundo sino para que el mundo se salve. Cada uno de vosotros, hoy, mañana es llamado a ser humilde testigo del Señor
Me ha encantado y entusiasmado el testimonio de una mujer africana Margarita Kerentitse a quien en la guerra entre Hutus y Tutsis perdió a 57 familiares y ahora se dedica al cuidado de niños hutus y tutsis para lograr en Ruanda y Burundi la reconciliación de ambos pueblos. Cuenta que en una ocasión llevando a un grupo de niños a un hospicio detuvieron su coche y un niño soldado de 12 años la encañonó. Ella se dirigió con valentía al muchacho:”seguramente has sufrido mucho, deja tu arma y ven con nosotros. Y aquel niño soldado la siguió para ser reeducado”.El amor vence a la muerte. Jesús continúa atrayendo hacia sí a tantos hombres y mujeres que esperan salvación. En esta jornada de misiones diocesanas volvemos a confesar la fe en Jesucristo, miramos a los misioneros
Señor, que reconcilias contigo a los hombres por tu Palabra hecha carne haz que el pueblo cristiano se apresure con fe viva y entrega generosa a celebrar las próximas fiestas pascuales . Ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia”.
Hoy suplicamos de manera especial por los misioneros diocesanos y su empeño pastoral en tierras de misión.