SOLEMNIDAD DE STA.MARÍA,MADRE DE DIOS

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

1ªLct.:Num.6,22-27:Invocarán mi nombre sobre los israelitas y  yo los bendeciré.

Sal.66,2-3-5.6 y 8:El Señor tenga piedad y nos bendiga.

2ª Lct.:Gal.4,4-7:Dios envió a su Hijo nacido de una mujer.

Evangelio: Lc.2,16-21:Encontraron a María José y al niño.

  Se nos dice en la historia de la Iglesia que al anochecer, enterada la comunidad cristiana de Efeso(431),con antorchas acudió  al lugar donde los padres conciliares habían declarado solemnemente que al ser María, madre de la persona del Verbo, Dios y hombre, María era Madre de Dios, Teotokos.

Al confesar la maternidad divina de María confesamos la humanidad y divinidad de Jesús, el sublime consorcio de Dios que acampó entre nosotros que se hizo hombre,”que por nuestra salvación bajó del cielo.

Nacido de una mujer ,nacido bajo la ley para rescatarnos a los que estaban bajo la ley para que pudieran ser hijos”.

Dios entrando en la corriente de la vida humana, impregnada por la ley del pecado, en su Hijo Jesús, hijo de mujer, quiebra el embrollo y confusión de la humanidad herida para elevarla a la “plenitud de los hijos de Dios si creen en El”.

Una vez más en la Maternidad divina de María celebramos el don, lo que Dios hace por nosotros sin nuestra intervención. Dios viene a nosotros, nos desconcierta su amor, su grandeza ,su entrega.

S.Agustín, se expresa en estos términos ante el misterio de la maternidad divina de María :”antes de dar a luz a su Hijo, ya ha sido discípula de Jesús” Formémosle en nuestro corazón.

María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón. No pura pasividad sino asentimiento y reconocimiento de Dios en sus obras grandes.

María, José, los pastores dando gloria y alabanzas a Dios por lo que habían visto y oído son expresión del estupor la admiración ,el impacto, el fulgor, la gloria que desprende el misterio.

Si no nos  sentimos impactados, admirados ante el misterio quizá tengamos obturados nuestra sensibilidad espiritual para el encanto, lo gratuito, la gracia y  el don.

Si nuestra mirada humana se ilumina más ante una  riqueza humana :dinero, poder, posesión, bienes prestigio que ante un gesto de solidaridad, de perdón, de compasión o caridad, algo falla en nuestra urdimbre humana llamada a ser divinizada por el encanto de Dios hecho hombre.

Ayer, en la oración después de la comunión le pedíamos al Señor que sostenidos por el consuelo de las cosas temporales, nos ayude a aspirar con confianza a los bienes eternos.

La maternidad divina de María, madre de Jesús Dios y hombre, nos recuerda nuestra condición de Hijos de Dios que con confianza claman: Abbá, Padre, papaíto. El misterio de la  Encarnación del Verbo de Dios para salvar a todos los hombres nos indica la dignidad de todos y cada uno los seres humanos. ”Dios se hizo hombre para divinizar al hombre.” Rasgo singular de la religión cristiana. Cuando la Madre Teresa de Calcuta fundó la Congregación de las Misioneras de la Caridad tuvo dificultades con algunos padres de familia, cuyas hijas, antiguas discípulas en el colegio, quisieron seguirla .No entendían aquellos padres que sus hijas fuesen a recoger pobres de entre los parias, castas inferiores en aquella mentalidad hinduista. Todos somos semejantes a Dios. 

Para ello hoy también le pedimos al Señor nos conceda experimentar la intercesión de aquella  de quien hemos recibido a su hijo Jesucristo, el autor de la vida.

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

FIESTA DE LA SAGRADA  FAMILIA

1ªLct.:Eclesiástico 3,3-7.14-17ª:El que teme al Señor honra a sus padres

Sal.127,1-2.3.4-5:Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos

Col.3,12-21:La vida de familia vivida en el Señor.

Evangelio :Lc.2,22-40:Presentación en el templo

La palabra de Dios que ha sido proclamada es como un foco de luz abundante sobre la familia de Nazareth : José, María y Jesús.

El misterio de Dios en la vida de María y José ha dilatado su fe, su visión, su apertura de corazón para acoger la vida de Jesús.

Los sencillos y parcos relatos  que los evangelios nos dan de la Encarnación y nacimiento del Hijo de Dios ponen de manifiesto cómo María y José elaboran en su interior con madurez y fe sincera todo lo que desborda sus cálculos humanos. Sus preguntas, preocupaciones, su temores son guiados por la luz del Espíritu que les ayuda a entregarse a los designios de Dios.

Hoy dos personas santas y justas, Simeón y Ana con su visión creyente, guiados por el Espíritu Santo profieren palabras de esperanza y salvación. Simeón a quien el Espíritu Santo le había revelado que no moriría sin haber visto al Mesías, prorrumpe lleno de plenitud:” Ahora, Señor, según tu promesa puedes dejar a tu siervo irse en paz porque mis ojos han visto a tu Salvador” .Y dirige a la madre una profecía atravesada de dolor porque él, Jesús será signo de contradicción, bandera discutida para los que caigan y se levanten. Igualmente la anciana Ana, llena de Espíritu Santo se siente encantada de ver aquel niño de quien hablará a todos. María y José van recibiendo palabras para madurar, asistiendo a la vida de su hijo Jesús  que va ”creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres” Confortados por el Espíritu Santo contemplamos como  un orden, sentido y pedagogía de Dios en relación a esta bendita familia de Nazaret

Hoy dejamos que la luz del Señor ilumine nuestras familias. Con vosotros nos alegramos por tantos momentos de alegría y éxitos logrados y compartidos en familia. Nos unimos a vuestras dificultades, sufrimientos, incomprensiones, silencios de convivencia. Comprendemos el necesario y a veces dificultoso ejercicio de la autoridad.

En medio de  las convulsiones sociales que afectan a la institución familiar los cristianos estamos a testificar que la unión matrimonial hombre y mujer responsablemente a la vida, elevado a la categoría de sacramento por Jesús ha ayudado a humanizar el amor, la elección y el afecto intersexual con el fruto de los hijos. Con la gracia sacramental de estado ha sido y continúa siendo un ámbito de salud, alegría cariño para los esposos y los hijos.

Ante la plaga de la poligamia en la periferia de Paris, un joven francés de origen africano, Kofi Jumeau comenta:”Yo estaría contra la poligamia incluso en África. He crecido entre cuarenta hermanos nacidos de las once mujeres de mi padre. Todos mis hermanos y yo hemos sido víctimas de la misma descomposición familiar

El cristiano sabe que la familia es un don de Dios que se despliega en el amor, el cuidado, la ternura, la comprensión ,el, sacrificio y se fortalece  en torno al cuarto mandamiento: honrarás a tu padre y a tu madre. La sensibilidad cristiana con nuestros padres se expresa así:”sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras viva; aunque flaquee su mente ten indulgencia, no lo abochornes mientras seas fuerte”

Vuestra presencia vecinal, en tantas ocasiones, los grupos de cáritas que ayudan a las familias, los grupos de matrimonios que preparan a los novios o que se reúnen para compartir  y comunicarse,  son iniciativas para que el  mundo sea más humano y divino que se construye desde la familia.

Que el Señor nos bendiga y nos dé entrañas de misericordia, bondad, humildad, dulzura y comprensión. ”Concédenos, Señor que imitando las virtudes domésticas de la Sagrada Familia, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo” ”Guarda a nuestras familias en tu gracia y tu paz” Nos unimos a la gran jornada familiar .

 

 

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