FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

.BAUTISMO DEL SEÑOR

1ªLct.:Isa.42,1-4.6-7:Mirad a mi siervo  a quien prefiero

Sal.28,1ª.2.3ac-4.3b y 9b-10:El Señor bendice a su pueblo con la paz.

2ªLct.:Hechos10,34-38:Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu Santo

Evangelio: Mt.3,13-17:Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios bajaba sobre él..

 

El días 6 de enero,ayer, celebramos la Epifanía o Manifestación del Señor a los pueblos gentiles, no judíos, en las personas de unos magos de Oriente que guiados por una estrella llegaron a Belén a adorar a Jesús. En la oración colecta de ese día le pedíamos al Señor que los que le conocemos por la fe lleguemos un día a «contemplar cara a cara la hermosura infinita de su gloria».

Hoy, Jesús, el Señor se manifiesta al pueblo judío como el Mesías, el ungido, el esperado. Y esto acontece en el Jordán donde Juan Bautista predica un bautismo de penitencia y perdón de los pecados.

Acompañados por el evangelista S.Marcos seguimos a Jesús para presenciar la escena. Se acerca Jesús desde Nazareth a Galilea para que lo bautice Juan y apenas salió del agua vio rasgarse el cielo y al Espíritu Santo bajar sobre él como una paloma. Y se oyó una voz del cielo: Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.

Jesús ,que no tenía pecado ,se puso en la fila de los pecadores para cargar con los pecados del mundo, para ser bautizado en la iniquidad y devolver a los hombres la santidad.Los Santos Padres se expresan diciendo :”bautizado Jesús, la aguas del Jordán quedaron perfumadas para dar vida” .

“Vio rasgarse el cielo para que descendiera el Espíritu Santo “.Se convertirá en el amigo inseparable en su misión evangelizadora. Jesús ha recibido una unción o efusión del Espíritu Santo en la eternidad. El amor del Padre y el Hijo es el Espíritu Santo. Recibe una segunda unción en el tiempo al ser concebido por obra y gracia del Espíritu Santo en el seno de María. Y ahora, en el Jordán, como solemne manifestación al pueblo de Israel: Éste al que no merezco ni agacharme para desatarle las correas de las sandalias”, ”os bautizará con Espíritu Santo”

“Y este es mi Hijo, mi amado, mi preferido”. Jesús es el Hijo de Dios, aquél que lo invocaba :Abba, palabra talismán, palabra que transformó y conmovió a los apóstoles y a los primeros cristianos que la han conservado en su original arameo:Abba,papaíto¡¡

Y Jesús así, impulsado por el Espíritu Santo fue el Jordán, y ahora al desierto para iniciar un trayecto evangelizador que tan bien nos describe el apóstol Pedro después de haber experimentado Pentecostés: “Jesús ungido por el espíritu santo, pasó haciendo el b ien, curando a los oprimidos por el mal porque Dios estaba con Él.

Pedro retoma la descripción que hace Isaías del Siervo de Dios,  el juicio, el preferido que establecerá el derecho, dulce, paciente y “no apagará el pábilo vacilante…será alianza de un pueblo, luz de las naciones, ..abrirá los ojos, liberará cautivos…

Por eso el cristiano, el ungido con el Espíritu Santo retorna a su bautismo y recuerda que ha sido bautizado en agua y Espíritu Santo. ¿Cuál es la esperanza del hombre, del judío, de nosotros, incapaces de mantener la alianza, sumergidos en el pecado? Es la promesa de “infundiré en vosotros un corazón de carne, un espíritu nuevo que se realizará: ”seréis bautizados en agua con Espíritu Santo”.

Hermanos, hoy somos convocados a una renovación en el Espíritu Santo, a un dejarnos llevar por su acción, a un recrearnos en el Espíritu Santo que nos ama, aconseja, consuela, fortalece, instruye, que nos da el sabor de las cosas de Dios.

En la oración colecta hemos orado:”…en el bautismo de Cristo en el Jodan ,quisiste revelar solemnemente que Él era el Hijo amado, enviándole tu Espíritu santo…concede a tus hijos de adopción, renacidos del agua y el Espíritu Santo perseverar en tu benevolencia”.

“Esos dones en aquel sacrificio con que Cristo purifica el pecado del mundo”. ”Que escuchemos con fe la Palabra de tu Hijo para que podamos llamarnos y ser en verdad hijos tuyos”

SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

1ªLct.Is.60,1-6:La gloria del Señor amanece sobre ti.

Sal.71,2.7-8.10-11-12-13:Se postrarán ante ti los reyes de la tierra.

2Lct.:Ef.3,2-3ª.5-6:Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos

Evangelio. Mt.2,1-12:Venimos de Oriente para adorar al Rey.

“Levántate, brilla Jerusalén, que llega tu luz: la gloria del Señor amanece sobre ti¡ Levanta la vista en torno ¡Entonces lo verás radiante de alegría ;tu corazón se asombrará, se ensanchará”…

Esta palabra de Dios ofrecida por el profeta Isaías propicia un vuelco en el corazón del creyente que prorrumpe el júbilo y anima e impulsa a vivir con sentido optimista. Se trata de un fruto del Espíritu Santo.

Pues el Señor está dispuesto ahora a realizar esta palabra en ti y en mi. Está en medio de nosotros, rodeándonos, caminando  con nosotros, ejercitando su misericordia. Sí, con nosotros que ya hemos vivido bastante, que sabemos lo que dan las cosas, con sus luces y sus desencantos. También nosotros, vosotros que habéis realizado muchas cosas en vuestra profesión y en vuestra familia, hemos de dejar obrar a Dios en nosotros dejarnos llenar de su encanto, de su gloria, de su alegría.

A nosotros tan curtidos por la vida nos conviene renacer a la ingenuidad adulta del evangelio que es buena noticia y a veces fuerte noticia como la sal que sala y cura.

Estamos celebrando la epifanía o la manifestación de Jesús a los pueblos extranjeros. En las figuras entrañables de los magos de Oriente apreciamos el corazón el anhelo, la búsqueda anhelante de la verdad, la luz, la felicidad. Y la estrella que les salió al paso, la corazonada, la intuición que  los guió, ellos es la fe que nos guía a nosotros a Jesucristo, el camino la verdad y la vida. Como a tantos científicos que antes de llegar a sus descubrimientos han hecho un ejercicio de fe científica mediante cálculos, barruntos, intuiciones hasta llegar al descubrimiento y  la formulación concreta.

Cuando nos sintamos desencantados, desilusionados, secos,  identifiquémonos con los personajes mágicos del nacimiento .Ante la revelación de Jesucristo depositemos el oro de las coronas que nos han deslumbrado y no pueden darnos más de lo que son, el incienso de nuestro deseo ilimitado de ser felices que se eleva hasta Dios   y la mirra o perfume de los momentos en que somos delicados y cariñosos  y ungimos los pies del necesitado y  enjugamos las lágrimas de quienes sufren o alegramos la vida de los atribulados.

Postrados de rodillas como los magos suplicamos que “los que ya te conocemos por la fe podamos contemplar un día cara a cara la hermosura infinita de tu gloria”   

Hoy, en los magos de oriente contemplamos  a Dios rico en misericordia que “quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” “que ya no hay judíos y paganos sino que todos somos uno en Cristo que ha roto el muro que dividía a los pueblos” y por eso Jesús clamó. “cuando sea elevado de la tierra atraeré a todos hacia mi”

Esta manifestación de Cristo a los gentiles a los no judíos, esta llamada universal a la vocación cristiana es una llamada personal a redescubrir la dignidad y el honor de creer en Jesucristo de haber experimentado su presencia en nuestra vida, de sentirnos amados por El y de querer que los demás lo conozcan y lo amen.

Que humildemente podamos anunciarlo en el ámbito donde el Señor  nos ha colocado y que nuestro argumento vital y testimonial lo expresemos como Pablo.”Sé de quien me he fiado” 

Señor, concédenos a las que ya te conocemos por la fe  poder»contemplar un día cara a cara  la hermosura infinita de tu gloria»

 

 

 

 

 

 

SOLEMNIDAD DE STA.MARÍA,MADRE DE DIOS

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

1ªLct.:Num.6,22-27:Invocarán mi nombre sobre los israelitas y  yo los bendeciré.

Sal.66,2-3-5.6 y 8:El Señor tenga piedad y nos bendiga.

2ª Lct.:Gal.4,4-7:Dios envió a su Hijo nacido de una mujer.

Evangelio: Lc.2,16-21:Encontraron a María José y al niño.

  Se nos dice en la historia de la Iglesia que al anochecer, enterada la comunidad cristiana de Efeso(431),con antorchas acudió  al lugar donde los padres conciliares habían declarado solemnemente que al ser María, madre de la persona del Verbo, Dios y hombre, María era Madre de Dios, Teotokos.

Al confesar la maternidad divina de María confesamos la humanidad y divinidad de Jesús, el sublime consorcio de Dios que acampó entre nosotros que se hizo hombre,”que por nuestra salvación bajó del cielo.

Nacido de una mujer ,nacido bajo la ley para rescatarnos a los que estaban bajo la ley para que pudieran ser hijos”.

Dios entrando en la corriente de la vida humana, impregnada por la ley del pecado, en su Hijo Jesús, hijo de mujer, quiebra el embrollo y confusión de la humanidad herida para elevarla a la “plenitud de los hijos de Dios si creen en El”.

Una vez más en la Maternidad divina de María celebramos el don, lo que Dios hace por nosotros sin nuestra intervención. Dios viene a nosotros, nos desconcierta su amor, su grandeza ,su entrega.

S.Agustín, se expresa en estos términos ante el misterio de la maternidad divina de María :”antes de dar a luz a su Hijo, ya ha sido discípula de Jesús” Formémosle en nuestro corazón.

María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón. No pura pasividad sino asentimiento y reconocimiento de Dios en sus obras grandes.

María, José, los pastores dando gloria y alabanzas a Dios por lo que habían visto y oído son expresión del estupor la admiración ,el impacto, el fulgor, la gloria que desprende el misterio.

Si no nos  sentimos impactados, admirados ante el misterio quizá tengamos obturados nuestra sensibilidad espiritual para el encanto, lo gratuito, la gracia y  el don.

Si nuestra mirada humana se ilumina más ante una  riqueza humana :dinero, poder, posesión, bienes prestigio que ante un gesto de solidaridad, de perdón, de compasión o caridad, algo falla en nuestra urdimbre humana llamada a ser divinizada por el encanto de Dios hecho hombre.

Ayer, en la oración después de la comunión le pedíamos al Señor que sostenidos por el consuelo de las cosas temporales, nos ayude a aspirar con confianza a los bienes eternos.

La maternidad divina de María, madre de Jesús Dios y hombre, nos recuerda nuestra condición de Hijos de Dios que con confianza claman: Abbá, Padre, papaíto. El misterio de la  Encarnación del Verbo de Dios para salvar a todos los hombres nos indica la dignidad de todos y cada uno los seres humanos. ”Dios se hizo hombre para divinizar al hombre.” Rasgo singular de la religión cristiana. Cuando la Madre Teresa de Calcuta fundó la Congregación de las Misioneras de la Caridad tuvo dificultades con algunos padres de familia, cuyas hijas, antiguas discípulas en el colegio, quisieron seguirla .No entendían aquellos padres que sus hijas fuesen a recoger pobres de entre los parias, castas inferiores en aquella mentalidad hinduista. Todos somos semejantes a Dios. 

Para ello hoy también le pedimos al Señor nos conceda experimentar la intercesión de aquella  de quien hemos recibido a su hijo Jesucristo, el autor de la vida.

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

FIESTA DE LA SAGRADA  FAMILIA

1ªLct.:Eclesiástico 3,3-7.14-17ª:El que teme al Señor honra a sus padres

Sal.127,1-2.3.4-5:Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos

Col.3,12-21:La vida de familia vivida en el Señor.

Evangelio :Lc.2,22-40:Presentación en el templo

La palabra de Dios que ha sido proclamada es como un foco de luz abundante sobre la familia de Nazareth : José, María y Jesús.

El misterio de Dios en la vida de María y José ha dilatado su fe, su visión, su apertura de corazón para acoger la vida de Jesús.

Los sencillos y parcos relatos  que los evangelios nos dan de la Encarnación y nacimiento del Hijo de Dios ponen de manifiesto cómo María y José elaboran en su interior con madurez y fe sincera todo lo que desborda sus cálculos humanos. Sus preguntas, preocupaciones, su temores son guiados por la luz del Espíritu que les ayuda a entregarse a los designios de Dios.

Hoy dos personas santas y justas, Simeón y Ana con su visión creyente, guiados por el Espíritu Santo profieren palabras de esperanza y salvación. Simeón a quien el Espíritu Santo le había revelado que no moriría sin haber visto al Mesías, prorrumpe lleno de plenitud:” Ahora, Señor, según tu promesa puedes dejar a tu siervo irse en paz porque mis ojos han visto a tu Salvador” .Y dirige a la madre una profecía atravesada de dolor porque él, Jesús será signo de contradicción, bandera discutida para los que caigan y se levanten. Igualmente la anciana Ana, llena de Espíritu Santo se siente encantada de ver aquel niño de quien hablará a todos. María y José van recibiendo palabras para madurar, asistiendo a la vida de su hijo Jesús  que va ”creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres” Confortados por el Espíritu Santo contemplamos como  un orden, sentido y pedagogía de Dios en relación a esta bendita familia de Nazaret

Hoy dejamos que la luz del Señor ilumine nuestras familias. Con vosotros nos alegramos por tantos momentos de alegría y éxitos logrados y compartidos en familia. Nos unimos a vuestras dificultades, sufrimientos, incomprensiones, silencios de convivencia. Comprendemos el necesario y a veces dificultoso ejercicio de la autoridad.

En medio de  las convulsiones sociales que afectan a la institución familiar los cristianos estamos a testificar que la unión matrimonial hombre y mujer responsablemente a la vida, elevado a la categoría de sacramento por Jesús ha ayudado a humanizar el amor, la elección y el afecto intersexual con el fruto de los hijos. Con la gracia sacramental de estado ha sido y continúa siendo un ámbito de salud, alegría cariño para los esposos y los hijos.

Ante la plaga de la poligamia en la periferia de Paris, un joven francés de origen africano, Kofi Jumeau comenta:”Yo estaría contra la poligamia incluso en África. He crecido entre cuarenta hermanos nacidos de las once mujeres de mi padre. Todos mis hermanos y yo hemos sido víctimas de la misma descomposición familiar

El cristiano sabe que la familia es un don de Dios que se despliega en el amor, el cuidado, la ternura, la comprensión ,el, sacrificio y se fortalece  en torno al cuarto mandamiento: honrarás a tu padre y a tu madre. La sensibilidad cristiana con nuestros padres se expresa así:”sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras viva; aunque flaquee su mente ten indulgencia, no lo abochornes mientras seas fuerte”

Vuestra presencia vecinal, en tantas ocasiones, los grupos de cáritas que ayudan a las familias, los grupos de matrimonios que preparan a los novios o que se reúnen para compartir  y comunicarse,  son iniciativas para que el  mundo sea más humano y divino que se construye desde la familia.

Que el Señor nos bendiga y nos dé entrañas de misericordia, bondad, humildad, dulzura y comprensión. ”Concédenos, Señor que imitando las virtudes domésticas de la Sagrada Familia, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo” ”Guarda a nuestras familias en tu gracia y tu paz” Nos unimos a la gran jornada familiar .

 

 

NAVIDAD 2023

NAVIDAD 2023

1ªLct.:Isa.52,7-10:Los confines de la tierra verán la victoria de nuestro Dios

Sal,97,1.2.-3ab.3cd-4.5.-6:Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

2ªLct.:Hebreos 1,1-6:Dios nos ha hablado pro su Hijo.

Evangelio: Juan 1,1-18: La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.

 

En el principio del mundo Dios ,con su palabra, creó esta realidad maravillosa donde vivimos. Dijo Dios:”Hágase la luz, el mar, la tierra, el sol, los animales E hizo al hombre a su imagen  y semejanza. Dios con su palabra, con su espíritu ordenó el Caos y lo transformó en Cosmos, lleno de sentido y de orden.

Pero las palabras tan llenas de posibilidades para crear, pueden ser torcidas, manipuladas, mentirosas, malignas y pueden trastornar el orden,  el sentido, pueden matar a la vida.Las palabras destilan vida, amor, encanto, entusiasmo, orden ,sentido. Algunas generan odio, violencia, resentimiento.

En medio de esta ambigüedad de las palabras vuelve a sentirse presente la Palabra de Dios que desde la humildad del profeta anuncia la paz:¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz.¡El Señor consuela a su pueblo.

En la humildad de un niño en Belén” reflejo de su gloria e impronta de su ser”,Dios con su palabra poderosa sostiene el universo”.

La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros y hemos contemplado su gloria. Y en la palabra había vida y la vida era luz de los hombres.

Vino a los suyos y no la recibieron .A los que la recibieron les da poder para ser hijos de Dios. Somos hijos de Dios, hemos sido creados, recreados para la vida, la verdad ,la plenitud. Y en este mundo frágil ,fragmentado, Jesús, la Palabra de Dios hecha carne que curó consoló ,perdonó, murió y resucitó nos dijo que El es “el Camino ,la verdad y la vida”,”quien cree en El tiene vida eterna”

Somos llamados por la Palabra de Dios a ser palabra de comunión , construcción del amor, del bien, de la dignidad de todos los hombres. En «Un hombre para la eternidad» sobre el testimonio de Tomás Moro hay un vibrante diálogo sostenido entre su hija Meg y Tomás Moro. Su hija le presiona para que jure aceptar el nuevo marimonio de Enrique VIII. Y le dice así:-Dios mira más los sentimientos del corazón que las palabras», me has dicho en ocasiones. Di las palabras del juramento y piensa en otra cosa.Y replica Tomás Moro:-¿Y qué es un juramento sino palabras que decimos a Dios». Cuando un hombre presta juramento tiene a su propia persona en sus manos como si fuera agua y si se arriesga a abrir los dedos renuncia a la esperanza de volver a encontrarse. Hay hombres que son capaces de hacerlo pero sería horrible que tu padre fuera uno de ellos. Cuando la injusticia, la maldad están tan presentes en la humanidad más que la verdad y la caridad es preciso rebelarse aún a riesgo de ser héroe.”

Esta palabra de vida que hoy llama a nuestro corazón nos llama a realizar un gesto, una palabra visible de solidaridad y caridad con los necesitados a través  de tantos gestos. Hoy renovamos nuestro propósito de acudir al banquete de la Palabra de Dios. Dice S. Agustín sobre el milagro de la Palabra:

“Hablamos hoy del Verbo de Dios. ¿Cómo podía este Verbo, que creó las cosas y gobierna el universo coartarse y encogerse en las entrañas de la virgen ?¿Cómo podía dejar el mundo y abandonar a los ángeles y para encerrarse en el seno de una mujer ?No sabéis aún meditar en las cosas de Dios. El Verbo de Dios- te hablo, ¡oh hombre ¡,de la omnipotencia del Verbo divino- todo lo podía, porque es omnipotente ;podía quedarse con el Padre y venir a nosotros; podía presentarse corporalmente entre nosotros, y estar latente en sí mismo…¿De qué te maravillas? Te estoy hablando de Dios. El mismo verbo humano puede ayudarnos en este aprieto; aunque muy disímil y no admite por su distancia comparación con Aquél, no obstante eso, nos insinúa una semejanza.Mirad : esta  palabra, este verbo que es os estoy comunicando, ha estado guardado en mi pecho hasta ahora; y en este momento sale de mí para ir a vosotros, pero sin alejarse de mí. Ya comenzáis a participar de los que hasta ahora os faltaba; mas cuando procedió de mí, ofreciéndose a vosotros, no   abandonó el seno de mi espíritu. Mi palabra ha resonado en vuestros oídos sin apartarse de mi corazón .Mi verbo estaba dentro de mí y se encarnó en la voz :el Verbo de Dios estaba en el Padre y se hizo carne”(Serm.119,6,6)

Mi verbo quiere salir a vosotros y no halla un vehículo digno .el vehículo  del Verbo es el sonido de la voz. Lo que pienso dentro de mi, quiero comunicaros y me fallan las palabras. Pues pretendo hablar del Verbo de Dios. He aquí que estoy distribuyendo mi palabra que a todos llega .Mas ¿se divide acaso para esto? Si, en vez de refocilar vuestro espíritu con mi palabra, os repartiese panes, tendríais que dividirlos para que pudiesen llegar a todos. Y he aquí que reparto mi palabra y nadie queda privado de ellas; toda entera llega a todos .Cada uno la recibe entera y todos juntos reciben lo mismo¡ Oh maravillas de mi palabra ¡¿Qué será pues la palabra de Dios? Oíd otra cosa: He hablado y todo lo que os he comunicado a vosotros lo conservo dentro de mi .Ha llegado todo íntegro a nosotros, sin perder yo ni una migaja .Antes de hablar , todo lo tenía yo y vosotros carecíais de ello; he comenzado a hablaros y vosotros a participar de mi palabra sin yo perderla ¿Oh milagro de mi palabra ¡¿Qué es pues la palabra de Dios? De todas las cosas pequeñas conjeturad las grandes(Serm.120,3)

Que el Señor bendiga vuestros hogares, os colme de abundante bendición y ilumine  y unja vuestra palabra para ser constructores de la paz.Señor, concédenos compartir la vida divina de aquel que hoy se ha dignado compartir con el hombre la condición humana.»

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