QUINTO DOMINGO DE CUARESMA

QUINTO DOMINGO DE CUARESMA

1ªLct.:Isaías 43,16-21: Mirad que realizo algo nuevo.

Sal.125,1-2ab.2cd-3.4-5.6.:El Señor ha estado grande con nosotros  y estamos alegres.

2ªLct.:Filipenses 3,8-14:Todo lo estimo pérdida comparado con Cristo.

Evangelio: Juan 8,1-11:El que esté sin pecado que le tire la primera piedra.

 

Acompañamos a Jesús que ha asumido su destino a la muerte “cumpliendo la voluntad de Dios”, que es su alimento, para dar la vida en recate por muchos y por eso lo imaginamos apurando  los pasos para llegar a Jerusalén donde será juzgado y condenado a una muerte de cruz y al tercer día resucitará.

En este Quinto domingo de Cuaresma nuestra madre la iglesia nos ofrece la Palabra de Dios para iluminar nuestro camino de discípulos de Jesús, iniciados en el conocimiento de quien ,”habiendo amado los suyos que estaban el mundo ,los amó hasta el extremo”, y nosotros que lo amamos a Él, con humildad queremos asumir ,como Él, esta aventura de muerte y resurrección.

El Profeta Isaías, que en tantas ocasiones ha denunciado la tragedia de un pueblo elegido pero infiel, ahora con una explosión de emoción contenida y plena exclama que el Señor ha abierto un camino en el mar. Venciendo a los enemigos abre un horizonte de esperanza y de consuelo y para desperezar a los fatigados y cansados les dice: “mirad que realizo algo nuevo…Está brotando ¿No lo notáis? Una nueva creación brota para el pueblo de Dios, para nosotros discípulos de Jesús, “para que el pueblo que yo formé proclame mi alabanza”.

Este es el fuego que el Señor incendia en nuestro corazón ahora que lo vemos en la seriedad de su enfrentamiento con el mal que le llevará a la muerte de cruz.

Por elevación esa promesa de una feliz esperanza, de un nuevo cielo, una nueva creación, como figura el Antiguo Testamento , sucede como acontecimiento en la vida de Jesús. Su persona, sus palabras, sus curaciones y milagros anuncian el reino de Dios. Es una buena noticia cargada de esperanza. Y la gente se asombra de su autoridad y de sus signos. ¿Quién es Éste?

Y esto es lo que testifica y confirma San Pablo en el fragmento que acabamos de escuchar: ”todo lo estimo pérdida con tal de llegar al conocimiento de Cristo Jesús ,mi Señor. ¡Qué grandiosa confesión de fe y amor de S.Pablo quien también ha dicho: “porque he recibido esta tradición: Jesús murió y resucitó”.

En el camino de Damasco, Jesús le sale al encuentro y cambia su vida. Le inunda con la gracia del Espíritu Santo y le envía a los gentiles a anunciar el evangelio de la gracia. Viajes, naufragios, palizas, persecuciones, por causa de Jesús .Y Él no deja de confesar la grandeza y sublimidad del misterio de Jesucristo. Este es su premio: conocer y amar a Jesús, aunque le queda completar la carrera y espera el encuentro definitivo con Él.

El conocimiento de Jesús implica entrar en comunión con la fuerza de la resurrección. Pablo se siente premiado en el mismo conocer a Jesús.

Y de nuevo en este camino con Jesús a Jerusalén otro flash sobre su persona. Muchos simpatizantes siguen a Jesús pero hay algunos fariseos y autoridades de Israel que se oponen a sus pretensiones de ahí que no ahorran ocasiones para ponerle a prueba.

Le presentan a una mujer sorprendida en flagrante adulterio a la que según ley hay que lapidarla, apedrearla, condenarla. Imaginamos la dignidad y majestuosidad de la humanidad divina de  Jesús que ante esta situación se agacha y comienza a escribir en la arena. S.Agustín sospecha que estaba escribiendo los nombres de los acusadores y sus fechorías y esto les hizo abandonar  la maliciosa jugada .”¡El que esté sin pecado que arroje la primera piedra¡” Se fueron, comenzando por los más viejos. Así que la Misericordia y la miseria cara a cara .Jesús redime con misericordia a la miseria y eleva a la mujer a la dignidad de hija de Dios: “Vete y no peques más”. ¡Sé libre, se digna¡    

Mientras acompañamos a Jesús y sentimos el acoso del mal, de la contradicción, de la persecución suplicamos. “que tu gracia nos ayude a vivir de aquel mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo”. ”Vivir del mismo amor de quien se entregó”. Vivir de Jesús y por Jesús y de su “amor hasta el extremo”.

“Tú que nos ha iniciado en la fe cristiana, purifícanos por la acción de este sacrificio” ”Que nos cuentes siempre entre los miembros de Cristo cuyo cuerpo y sangre hemos comulgado”

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA

 

1ªLct.:Josué 5,9ª.10-12:El pueblo de Dios celebra la pascua al entrar en la tierra prometida.

Sal 33,2-3-.4-5.6-7:Gustad y ved qué bueno es el Señor.

2ªLct.:2ªCo 5,17-21:Dios nos ha reconciliado consigo en Cristo

Evangelio: Lc.15,1-3.11-32:Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido

Nuestro viaje de peregrinos, catecúmenos o aprendices de discípulos de Jesús, escuchando y viviendo su Palabra nos lleva del desierto de las tentaciones al monte de la Transfiguración o disfrute de estar con el Señor, nos ha acercado a la zaza ardiente donde se manifiesta el Dios vivo transcendente ,  cercano y salvador y nos ha instado a convertirnos para no perecer.

Pues bien este cuarto domingo de cuaresma también nos acerca a la zarza ardiente de la Eucaristía para ser nutridos y fortalecidos por la Palabra, siempre viva y eficaz, que   nuestra madre la Iglesia nos ha regalado y entrar en comunión también con Él   por su cuerpo y sangre  . 

En la lectura del libro de Josué se nos refiere que el pueblo de Israel celebra la pascua como recuerdo de la liberación del oprobio de Egipto. Es la fiesta principal de este pueblo que ha pasado de la esclavitud de Egipto y se dirige a la tierra prometida Y nos recuerda que la entrada en la tierra prometida supuso el cese del maná, alimento gratuito en el desierto por un alimento nuevo: panes ácimos y espigas, fruto de la tierra. Algo así como un alimento de madurez en que el hombre agradece el don de Dios labrando con su trabajo la tierra nueva y rica de Canaán. De ahí que brote un sentimiento de gozo y admiración por lo bueno que es el Señor: Proclamad la grandeza del Señor, ensalzad su nombre. Contempladlo y quedaréis radiantes.

Al creyente cristiano, el apóstol Pablo como a los cristianos de Corinto  ,le recuerda que ha recibido la gracia de Dios que es una nueva criatura que ha dejado atrás lo antiguo, lo viejo, lo inmaduro  y ha de desplegar la madurez cristiana. Y le recuerda que esta situación  agraciada ha sido posible porque “al que no había pecado Dios  lo hizo expiar nuestros pecados, para que nosotros unidos a él recibamos la salvación”.

De ahí la palabra ardiente y conmovedora del apóstol ”En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios”, ”Dios nos reconcilió por medio de Cristo y nos encargó el servicio de la reconciliación”.

El verbo reconciliar nos dice el diccionario: volver a las amistades; restablecer la concordia. Es algo más que una paz recuperada entre personas ofendidas o distanciadas. La reconciliación con Dios o con otras personas o conmigo mismo, la concordia afecta a la reconciliación profunda entre las personas. A veces nosotros mismos nos expresamos diciendo: “perdono pero no olvido”, con lo que queda una dosis de resquemor o voluntarismo por el que  el corazón no siente pacificado e integrado, sino que , a pesar de la buena voluntad se siente todavía herido.

Entonces ¿cómo se verifica la reconciliación? ¿Qué hemos de hacer para estar en paz con Dios y con los hermanos y con nosotros mismos? Hemos escuchado la archiconocida parábola del Hijo pródigo o del padre misericordioso que tanto nos conmueve. Un padre bueno y rico y tiene dos hijos. El padre siempre busca el bien de los hijos pero en cierto momento el hijo menor decide recorrer el sólo la aventura de la vida. Dominado por un vitalismo juvenil, siente tantas ganas de vivir movido por el impulso de placer que pidiendo la parte que le corresponde de la fortuna de su padre llega a malgastarlo en los placeres de la vida hasta llegar a la ruina. La necesidad le obliga a realizar trabajos infames “como cuidar cerdos” y a mal comer y mal vivir.. Pero su memoria,  bien por propio egoísmo o por la presencia del amor incondicional de su padre, le recuerda: “lo bien que lo podría pasar en casa del padre” “y su situación de hijo desagradecido”.

Por eso en un arranque de humildad y sinceridad  se dice: Me pondré en camino adonde está mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros”.

Un autor espiritual de nuestros días Henri Nowen, escribió un libro maravilloso que quizá muchos hayáis leído porque fue un bestseller.”El regreso del hijo pródigo”. De la contemplación del cuadro de Rembrant que se halla en uno de los museos de San Petersburgo se sirvió para analizar los personajes que en él se encuentran .Resalta como el plano central del cuadro las dos manos del padre: una de las manos tiene el tono femenino de acogida, consuelo, perdón y el otro masculino  : fortaleza, sostén, apoyo.

Viene a decirnos que en cada persona se pueden desarrollar cada uno de los personajes de la parábola. Porque si decepcionante es la situación del hijo pequeño sensual, inmaduro , inconsciente e irresponsable, el hijo mayor se muestra como resentido, envidioso de la situación de su hermano. De modo que el Padre al uno le da la medicina del amor y de la comprensión y al otro de la verdad y la alegría de sentirse hijo y hermano: ”Deberías alegrarte porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado”.

A ambos El Padre los lleva al centro de su corazón para reconciliarlos consigo mismo ,con Dios y con el hermano .El Señor nos lleva al corazón para vivir concordes.

Señor, que reconcilias contigo a los hombre por medio de tu Palabra hecha carne, ilumina nuestro espíritu con la claridad de tu gracia para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte de todo corazón.

¡Qué sabia es nuestra madre la Iglesia que- atendiendo a la recomendación de Jesús: ”antes de acercarte al altar de las ofrendas si tienes algo contra tu hermano ve y reconciliate – nos mueve al comenzar a celebrar la Eucaristía a reconocer nuestros pecados. ¡Qué mejor que la palabra y el cuerpo y sangre de Jesús para crecer en la reconciliación profunda e interior para vivir en paz con nosotros mismos, con nuestros hermanos y con Dios¡

¡Qué llamada más hermosa para acercarnos al sacramento de la Penitencia y vivir profundamente la gracia del perdón de los pecados, reconciliación vivísima y estreno de  un corazón nuevo y un espíritu nuevo

 

 

 

TERCER DOMINGO DE CUARESMA

TERCER DOMINGO DE CUARESMA

 

1ªLct.: Ex.3,1-8ª.13-15: Yo soy me envía a vosotros

Sa.102,1-2.3-4-.6-7.8 y 11:El Señor es  compasivo y misericordioso

2ªLct.:1ªCo.10,1-6.10-12:La vida de Israel en el desierto

Ev.: Lc.13.1-9:Si no os convertís pereceréis.

 

SI NO OS CONVERTÍS,PERECERÉIS

 

¡Qué espléndida y elocuente revelación de Dios a Moisés¡ Desde la zarza ardiendo sin consumirse despierta su admiración y lo eleva un amistoso y entrañable diálogo.

Trascendente e inaccesible, Dios ,no obstante deja oír su voz como la de un amigo y conocido:¡Moisés¡¡Moisés¡ Y El, Moisés, estupefacto contesta: Aquí estoy.

Esta misteriosa entrevista en una zona misteriosa, aunque real, no se puede traspasar: “No te acerques; quítate las sandalias pues el sito que pisas es sagrado”. Pero una cercanía y familiaridad tan inusual entre los dioses y los hombres pone de manifiesto la exquisitez y sabiduría del Dios de Israel: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob”.Sí, El es el Dios que permanece y vive siempre.

Cuando en mayo de 1968 las Universidades de Francia, imbuidas por filosofía freudianas y marxistas creyeron estar en situación óptima para dar un vuelco cultural y social más libre y solidario, a algún estudiante se le ocurrió escribir en un panel esta expresión. DIOS HA MUERTO, dijo Nietzsche. Pero a los pocos días otro estudiante más despierto le arrebató el protagonismo con la frase: NIETZCHE HA MUERTO, dice DIOS. Es decir: La vida triunfó de la muerte, la luz venció al infierno .El que vive está aquí acompañando a la familia humana de generación en generación.

Pues bien, el Dios vivo y trascendente, invisible y audible además revela a Moisés su corazón y sentimientos ante el sufrimiento:” He visto la opresión de  mi pueblo,me he fijado en sus sufrimientos, voy a librarlos”. Y así Yahvé se manifiesta salvador y protector.

Con toda una cascada de epítetos el salmista describe a su Señor: compasivo, misericordioso ,lento a la ira, clemente, que perdona y cura.

Pero esta mirada graciosa y tierna de Dios que ama al hombre no se puede desfigurar como si Dios fuera “un abuelito que ignorase las insensateces infantiles de su nieto”.

Dios que llora la suerte de su pueblo esclavizado  es también celoso de su alianza con el pueblo que en el desierto se rebela. Ha recibido el maná, alimento para el camino, y agua de la roca y no ha reconocido a su Señor. La suerte de muchos “que no agradaron al Señor” fue” quedar tendidos en el desierto”. Así interpreta S.Pablo la respuesta rebelde de muchos a la gracia de Dios. Hace caer en la cuenta a la comunidad de Corinto  de las situación de tentación en que podemos encontrarnos en nuestra vida. Y avisa: “El que se cree seguro ¡cuidado no caiga¡

Todos podemos sentirnos tentados, podemos rebelarnos contra Dios que permite situaciones dolorosas y desconcertantes. Una familia a quien a un hijo una hija le sucede una depresión o una enfermedad grave se siente acosada y turbada y a pedir cuentas a Dios por esta situación. Sorprendidos, desorientados miran al cielo y no perciben una respuesta de auxilio. El Señor se hace presente en el dolor pero se percibe como ausente y carente de sentimientos. La mirada ardiente de Dios resulta dolorosísima e insoportable y sin embargo es El que vive, el Dios de nuestros padres, nuestro Dios que acrisola y limpia nuestros deseos egoístas   e interesadas imágenes que de El tenemos.

Jesús, en el evangelio, da un toque de alarma. Ante aquellos que se presentaron a Jesús para contarle un suceso luctuoso: la muerte de unos galileos y que ellos atribuían a sus pecados, vuelve a mostrar su sabia pedagogía: no centrarse en la asociación culpa y castigo como cuando le preguntaron sobre aquel ciego:¿quién pecó él o sus padres?.El contestó: ni él ni sus padres. Ahora en su curación se muestran las obras de Dios .Pues en el asunto de los galileos o en el de aquellos que murieron aplastados por la torre de Siloé, no interesa su culpabilidad  o su no culpabilidad. Interesa que “si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera”.

El don gratuito y abundante de la gracia de la salvación de Dios una vez acogido ha de llevar a una respuesta libre y responsable por parte del hombre quien ayudado por la gracia de Dios debe movilizar todas sus resistencias hacia el Dios de la vida. Esta es la conversión ,un cambio profundo en el corazón del hombre “pues Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti” en feliz expresión de S.Agustín.

Sta.Teresa del Niño Jesús confesaba que Dios era misericordioso con ella pues aunque no hubiese cometido crímenes horrendos como  los grandes pecadores a ella Dios la había prevenido por misericordia de haberlos cometido.

Señor, Padre  misericordioso ,mira con amor y restáuranos a los que estamos hundidos  bajo el peso de las culpas .Que nos perdones para que perdonemos. Que se haga realidad d en nuestra vida lo que hemos recibido en este sacramento.    

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ

 

1ºªLct.:Samuel 7,4-5ª.12-14ª.16: El Señor le dará el trono de David su padre

Sal.88,2-3.4-5.17 y 29:Su linaje será perpetuo

2ªLct.:Rom.4,13.16-18.22:Apoyado en la esperanza creyó contra toda esperanza.

Evangelio: Mt.1,16.18-21.24ª.:José hizo lo que le había mandado el ángel del    Señor

 

  JOSÉ UN HOMBRE JUSTO Y FIEL

La Palabra de Dios proclamada nos ha presentado unos itinerarios de fe que comienza con Abraham, padre de los creyentes por su esperanza contra toda esperanza. Se fió de Dios ”que da la vida a los muertos y llama a la existencia a lo que no existe.” ”Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza que seria padre de numerosas naciones” Un creyente sostenido por la gracia”.

Luego, David, el ungido rey, pecador arrepentido, creyente que suplica a Dios  ”renuévame por centro con espíritu firme, no me arrojes lejos de tu rostro” y que una vez reorientada su vida sirve a un pueblo elegido. Y también el Señor aviva su fe y esperanza con la promesa de un trono consolidado para siempre.

Esta experiencia de fe, este creyente fiel y justo, vuelve a aparecer en la persona José de Nazaret, esposo de la virgen , padre legal de Jesús de quien los evangelios apenas nos dan algún detalle. Los suficientes para imaginarnos a un hombre justo desconcertado y turbado-¡no podía ser menos¡-ante el misterioso embarazo de su esposa, María ,a quien para no hacerla sufrir había decidido, ”repudiarla en secreto”.

En sueños percibe el  toque de atención de Dios que le anima a realizar el camino de una noche oscura, sostenido por su  gran fe en el Dios de la vida y por la sincera actitud de fe que intuye en su esposa también sobrepasada por la gracia y el misterio de la concepción de su hijo sin intervención de varón.

Como padre legal y custodio de la familia de Nazaret, el Señor le encomienda los primeros misterios de la salvación de los hombres y así ahora le pedimos que la  iglesia los conserve y los lleve a su plenitud .Establece su patronazgo sobre los hogares, y sobre  encargados de la formación de los futuros ministros de Jesús los seminaristas , luego sacerdotes.

Le urgimos a San José que acompañe y renueve a nuestras familias, que ayude a las familias cristianas , que les ayude en la formación y educación de sus hijos y a personalizar la fe.

Que renueve nuestra fe en Jesucristo y nos haga instrumento de su paz y reconciliación. Concédenos,Señor que podamos servirte en el altar  con un corazón puro como el de S.José que se entregó al servicio de tu Hijo, nacido de María virgen. 

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA

 

1ª Lct.: Gn.15,5-12.17-18: Dios hace alianza con Abrahán

Sal 26,1.7-8ª.8b.-9abc.13-14: El señor es mi luz  y mi salvación.

2ª Lct.: Filip.3,17-4.1.: Cristo nos transformará según el modelo de su cuerpo glorioso.

Evang.: Lc.9,28b-36: Mientras oraba el aspecto de su rostro cambió.

 

SE TRASNFIGURÓ DELANTE DE ELLOS

 

¿Qué pueblo hay que tenga un Dios tan cercano como Israel? se preguntarán los pueblos extranjeros. Esta percepción ,  de Yahvé,  Dios  de Israel, es la que se aprecia en el diálogo sostenido con Abrahán. Como si de dos amigos se tratase, Dios insta a Abrahán a contemplar la hermosura de una noche estrellada porque así será su descendencia. Una promesa y una tierra.

Dios amigo cercano y salvador: ”el Señor te sacó de Ur de los caldeos” y al mismo tiempo trascendente ,pues su revelación se verifica ante un sueño profundo y un  terror intenso. El sentimiento de presencia personal de Dios y su pacto de amistad, su alianza suscita la admiración que el salmista ha logrado expresar: ¡Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que el se escogió como heredad ¡Y es también el salmista quien corrobora que “El Señor es mi luz y mi salvación, el Señor es la defensa de mi vida ¡ El anhelo del hombre: buscar el rostro del Señor, “gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.”

Abrahán vive de la fe en Dios de quien se fía y a quien obedece. Y “la fe es garantía de lo que se espera; prueba de las realidades que no se ven”(Hb.11,1)

Nuestro caminar con Jesús hacia la Pascua, ayunando, dando limosna y orando no es rectilíneo y ascendente. Se nos presentan momentos grises, insípidos. Tenemos momentos de desánimo, desierto y también nos sentimos tentados a evitar cualquier aspecto doloroso de nuestra vida.En la segunda lectura que hemos escuchado ,S.Pablo advierte: ”hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo…sólo aspiran a cosas terrenas” Hasta que, de pronto, se siente iluminada nuestra vida, nos sentimos más expeditos y libres, ligeros de equipaje, se nos abre una ventana hacia la gloria de Dios.

Esta es la sorpresa conmovedora que da Jesús hoy en el evangelio a Pedro Santiago y Juan y  que actualiza para nosotros sus amigos. Sube al monte Tabor, se transfigura ante ellos, convoca a dos amigos de Dios de la antigua alianza: Moisés y Elías y desencadena también en sus discípulos un sueño reparador y transformante que hace exclamar a Pedro  ¡Qué bien se está aquí¡ Jesús tan pedagogo como siempre les abre el ventanal que abre a su Resurrección y glorificación porque el Amigo, Amado, el Escogido, a quien se ha de escuchar: ”Este es mi Hijo, el amado, escuchadlo”, va a ser juzgado y triturado por el sufrimiento de la cruz. Ellos bajaron y no dijeron nada a nadie

Todos cada uno a su manera hemos vivido y vivimos entre trabajos ocupaciones y preocupaciones, problemas, momentos de alegría y fiesta y satisfacciones humanas .Como creyentes participamos en nuestra día a día de la cruz y la resurrección de Jesucristo. Pero la promesa de Dios, de Jesucristo es firme. Así como es grave y serio dar la vida por otros, sufrir incluso por ellos, así como es grave la cruz y muerte de Jesús es firme y total la promesa de la Resurrección : ”Somos ciudadanos del cielo, moradores de la casa de Dios, caminamos hacia el Padre en el Señor por el Espíritu”. Nuestra vida es como un ensayo, una preparación para la eternidad, para la resurrección: «Cristo nos transformará según el modelo de su cuerpo glorioso». En modo alguno nos inhibe de hacer esta tierra más amable y habitable, mientras anhelamos un cielo y una tierra nueva.

Muchos de vosotros habéis llegado a la jubilación bien merecida y todavía hacéis muchas cosas. La vida os ha purificado y madurado. Sabéis porque cosas importantes merece la pena dar la vida, amar y sufrir. Hasta vuestra mirada irradia serenidad. La vida glorificada del más allá comienza a manifestarse en el aquí. Se cumple la palabra del Apocalipsis:  ”Estos son los que viene de la gran tribulación y ahora están junto al cordero”

Un abad de uno de los monasterios del monte Athos nos ofrece un bellísimo testimonio de la celebración de la Transfiguración del Señor, fiesta que se celebra el 6  de agosto. En la cima del Monte Athos a 2000 metros sobre el nivel del mar , hay una ermita. Allí peregrinan monjes de todos los monasterios de la montaña. Al atardecer por distintos sendas al son del tintineo  de los animales que portan útiles para la celebración, los peregrinos van cantando salmos inspirados. Durante toda la noche una gran Liturgia se celebra en aquella cima conmemorando la Transfiguración del Señor. Cuando regresan a sus monasterios o casas-dice el abad- y aprecian destellos de luz tabórica en sus rostros.

“Señor, alimenta nuestro espíritu con tu palabra; así con mirada limpia, contemplaremos gozosos la gloria de tu rostro.” ”Al darnos en este sacramento el cuerpo glorioso de tu Hijo nos haces partícipes ya en este mundo e los bienes eternos de tu reino

 

 

 

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