CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

         IV DOMINGO DE ADVIENTO

 

1ªLct.:Isaías 7,10-14:La virgen  concebirá y dará a luz un hijo:Emmanuel.

Sal.23,1-2-3-4ab.5-6:Va a entrar el Señor. El es el Rey de la gloria.

2ªLct.:Rom.1,1-7:Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios.

Evangelio:Mt.1,18-24:Jesús nacerá de Maria ,desposada con José.

 

Junto al pueblo de Israel, experto en esperanza,el profeta Isaías y Juan el Bautista, el más grande de los nacidos de mujer, hoy la Palabra de Dios nos centra en la figura de María Virgen, Madre de Dios y madre nuestra, la madre de Jesucristo, de la estirpe de David según la carne  e Hijo de Dios en el Espíritu Santo.

Hemos escuchado el fragmento del Profeta Isaías con uno tinte eminentemente profético por la solemnidad con que es proferido en un momento doloroso para el rey Ajaz, rey de Judá.Se adelanta el profeta Isaías para que le pida al Señor una señal de que Dios está con él aunque Ajaz no se atreve. Y entones  recibe este excelente augurio: “la virgen está encinta y  da a luz un Hijo a quien le pone por nombre Emmanuel(Dios con nosotros).

La tradición cristiana ha visto aquí una señal de una intervención futura en favor de un nuevo Reino de David y esa es la profecía que el evangelio ve reflejada y realizada en el texto proclamado.

En el fragmento del evangelio de S.Mateo ,se explicita la intervención de Dios, gratuitamente ,en favor de Israel, de los gentiles de la humanidad y se concreta de esta manera tan singular y sobrecogedora sobre unos jóvenes desposados: María y José.

María, la madre de Jesús, desposada con José, antes de vivir juntos ,resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. María asombrada ante del anuncio del arcángel Gabriel y sin palabras para explicarle a José “que era bueno y no quería denunciarla y pensó en abandonarla», se convierte  con su esposo en» peregrinos de la fe» .Ahora María es ya Morada de Dios por el Espíritu.María y José  podrán a su Hijo por  nombre Jesús(Yavé salva) que salvará a su pueblo de los pecados.

Jesús pudo nacer de un matrimonio, cauce hermoso por el que se realiza la fecundidad humana. A esta unión responsable del hombre y la mujer Jesús la elevaría a la categoría de sacramento. Mas de nuevo se pone de relieve que “el Hijo de Dios, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, según  la estirpe humana, es gracia, es don que el hombre no se puede dar a sí mismo, sino que es recibido de Dios. Jesús el Hijo Unigénito de Dios, no podía tener otro Padre que el Altísimo.

Jesús (Yahvé salva), el Hijo de María, esposa de José es el Emmanuel; Dios con nosotros.

Jesús, constituido por el Espíritu Santo, Hijo de David con pleno poder por su resurrección de la muerte, es Nuestro Señor. He aquí el evangelio de la gracia concentrado en el fragmento de la Carta a los Romanos que desplegada a lo largo de 16 capítulos nos muestra la voluntad salvífica de Dios que nos salva del pecado por la muerte y resurrección de Jesucristo, nos constituye en sus hijos llamados a  apropiaros de este don. Ante la gracia salvífica, la fe de apropiación.

En esta brevedad densísima del fragmento escuchado, S. Pablo les dice a los Romanos y  nos dice a nosotros algo bello y confortador: “amados de Dios”. Gracia y paz.

Derrama, Señor ,tu gracia sobre nosotros que por el anuncio del Ángel hemos conocido la Encarnación de tu Hijo. Que el Espíritu Santo que cubrió con su sombra y fecundó con su poder las entrañas de  María ,santifique estos dones sobre el altar  (nosotros con ellos). Hemos recibido la prenda de la salvación y nos proponemos con fervor a celebrar el misterio de Cristo.      

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