VIGESIMOCTAVO DOMINGO ORDINARIO

VIGÉSIMO OCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 

1ªLct.:2ºReyes 5,14-17:Volvió Naamán a Eliseo y alabó al Señor

Sal.97.1.2—3ab.3cd-4:El Señor revela a las naciones su justicia.

2ªLct.:2ª de Pablo a Timoteo: Si perseveramos reinaremos con Cristo.

Evangelio: Lucas 17,11-19: ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?

 

TU FE TE HA SALVADO

 

El General sirio Naamán obedeciendo a  Eliseo, el hombre de Dios, se bañó siete veces en el Jordán y “su carne quedó limpia de lepra como la de un niño”.Aquél hombre herido por una gravísima y repugnante enfermedad quedó curado no sin antes haber sostenido el combate de la fe:¿Acaso no son  mejores las aguas del Farfar que las de el Jordán?¿Porqué siete veces y en el Jordán?

Este ilustre personaje resume la lucha que el hombre sostiene consigo mismo: su autonomía, su arrogancia, su complejidad. No cede , no reconoce ni da el brazo a torcer hasta que la realidad misma pone ante sus ojos sus propios límites.¡Es el triunfo de la gracia de Dios que hace nuevas las cosas, que hace nueva la piel y  el corazón del hombre¡

Más aún el reconocimiento de Dios por un hombre extranjero manifiesta que el Dios de Israel es también Señor de todos los pueblos. Así que con el salmista cantamos “un cántico nuevo”,”porque el Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia”

El relato del evangelio según S.Lucas refiriéndonos la curación de diez leprosos pone de relieve la acción sanadora de Jesús que acompaña a su anuncio del Reino de Dios. Las curaciones que realiza Jesús son expresión de que Dios está con nosotros en la lucha contra el mal en sus distintas manifestaciones. ¡Nos imaginamos también el sufrimiento de estos leprosos¡ De ahí la súplica: Jesús, maestro, ten compasión de nosotros¡

Más lo verdaderamente significativo es el asombro de Jesús ante la circunstancia de que de 10 solamente uno y además samaritano, extranjero, vuelva para dar gracias y reconocer la obra de Dios ”alabando a Dios a grandes gritos y echándose por tierra a los pies de Jesús”.

Este samaritano verdaderamente ha sido alcanzado por la salvación plena de Jesús .Ha sido curado en toda su integridad: Tu fe te ha salvado. Los signos que realiza Jesús indican que Dios está actuando. Los realiza para suscitar la fe,” para que viendo creáis” y “creyendo tengáis vida eterna”. Los signos de sanación perforan el muro de este mundo  enfermo, doliente y  nos traslada a una dimensión sana, libre y feliz del hombre, criatura de Dios. Más aún prefiguran el futuro de la persona humana transfigurada, iluminada restaurada por Jesucristo. Son preludio de nuestra feliz resurrección en que quedan redimidas todas las dimensiones del hombre, también la corporal.   

¡Qué extraordinarios avances los de la medicina¡¡Qué estupendo encontrar tantos profesionales: médicos, enfermeras, personal sanitario ¡Pero estamos transidos por una enfermedad mortal y sólo Dios, sólo Jesucristo que continúa vivo y continúa realizando signos de sanción corporal, puede salvarnos íntegramente¡

El domingo pasado al cerrar la iglesia a mediodía noté que quedaba una persona cercana al presbiterio ,un joven sonriente con quien entablé un sencillo diálogo. Me dijo: la verdad es que solo nos acordamos de Dios en momentos difíciles .Estoy orando. Y yo estoy seguro que el Señor te responderá. Estoy dando gracias porque es que ya me ha respondido. Lo noté feliz y se fue contento. El Señor continúa bendiciendo, sanando, curando y si las personas dieran testimonio sería maravilloso y acrecentaría nuestra fe.

Nos contaba un misionero a quien el Señor le había dispensado para el ministerio de anunciar el evangelio el carisma de la sanción y había recorrido muchas naciones ,que apreciaba que en los países pobres donde él había predicado se constaban más curaciones. El Señor como que intervenía más allí donde había más carencias de medicina. En una Eucaristía de oración por los enfermos en Centroáfrica –nos decía-hubo muchas curaciones de paralíticos, sordos… Al día siguiente una mamá daba testimonio de que su hija de 7 años, ciega, ha había recibido la vista y en el moverse de la gente al comenzar a ver preguntó ¿Quién es mi mamá? Ahora identificaba visualmente a quien tantas veces había oído.  Y exclamó la niña: Oh¡ qué guapa eres, mamá¡  La gente se quedaba estupefacta, viendo visiones. Jesús continúa realizando signos. Haced la prueba en esta Eucaristía. Pídele una bendición, un signo y sin más dale gracias.

Una eñora catalana allí en Alcobendas ,en la Eucaristía celebrada al aire libre estaba sentada al pie de una columna con otras personas y que cuando el sacerdote anunciaba que a alguien, allí, junto a aquella columna, el Señor  estaba curando  un brazo paralizado ,ella-nos contó al día siguiente- se volvió para ver quién era y al terminar la ceremonia se dio cuenta de que era ella. Es verdad Jesús está pasando derramando bendiciones¡¡Gloria al Señor¡

Que hoy, ahora, toque nuestro corazón su palabra: Levántate, tu fe te ha salvado.

San Pablo nos ha terminado de recordar el núcleo, la sustancia, la buena noticia, el kerigma o anuncio potente de nuestra fe: «Haz memoria de Jesucristo, el Señor, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David». Este ha sido mi evangelio. La palabra de Dios no está encadenada .Es doctrina segura: si con Él morimos, viviremos con Él si con Él sufrimos reinaremos con él.

“Señor, que tu gracia continuamente no preceda y acompañe.” ”que esta eucaristía celebrada con amor nos lleve a la gloria del cielo” “Así como nos alimentas con el cuerpo y la sangre de tu Hijo, nos hagas participar de su naturaleza divina”.    

 

 

 

 

 

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