VIGESIMOCUARTO DOMINGO ORDINARIO

DOMINGO VIGÉSIMO CUARTO ORDINARIO

 

1ªLct:Ex.32,7-11.13-14:El Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado

Sal.50,3-4.12-13.17 y 19:Me pondré en camino adonde está mi padre.

2ªLct:Tim.1,12-17:Jesus vino al mundo para salvar a los pecadores.

Evangelio. Lc.15,1-32:Habrá alegría en el cielo por uno solo pecador que se convierta

LA ENTRAÑABLE MISERICORDIA DE NUESTRO DIOS

Venimos a acoger la luz que el Señor nos envía por su Palabra. El gran dramaturgo Antonio Buero, recurría a personajes ciegos para mostrar la tragedia humana y en alguna ocasión se expresó diciendo que a Dios, si lo pudiera definir, lo afirmaría como luz. Una cálida luz que nos envuelve, nos anima  y eleva. Jesús dijo: Yo soy la luz del mundo.

En el libro del Éxodo se nos narra uno de los encuentros de Dios con Moisés que actúa de intercesor ante Dios en favor de su pueblo. Después de recibir una reprimenda por su idolatría: «Anda, baja del monte que se ha pervertido tu pueblo, el que tu sacaste de Egipto. Pronto se ha desviado del camino que yo les había señalado»; Moisés poniéndose de parte del pueblo, recurre a un-digámoslo así-chantaje:¿Por qué Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto con gran poder y mano robusta?…»Moisés acude al mundo de los sentimientos para despertar la debilidad de Dios:»¿Cómo vas destruir a tu pueblo que es tuyo, que es tu elegido?En alguna ocasión también el salmista se expresará así: «Y en el abismo, en hades¿quién te alabará?». 

Moisés recibe una gran revelación, pues el Señor a veces airado, celoso, es «rico en misericordia»: «se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo». Nosotros que confesamos «la comunión de los santos», «la comunión con la Stma Trinidad», «la comunión con las cosas santas: Escrituras, Sacramentos, gracia», vivimos en comunión con aquellos que han recibido la gracia de la salvación, las cosas santas. Estos son santos: los cristianos, el pueblo santo  en que conviven justos y pecadores» y por eso somos intercesores unos por otros. Vosotros, dice un espiritual  de nuestros días, «cuando estéis ante el Señor poneos de parte de los hombres y cuando estéis ante los hombres poneos de parte de Dios».

Otro predicador decía: Cuando subo al púlpito, a veces soy como un león reivindicando los derechos de Dios ,pero luego en el confesonario soy como uno corderillo ayudando a mis hermanos pecadores.

 «Que Dios pueda perdonar no significa que se haya convertido en un abuelito o indiferente. Dios perdona al hombre pero no en contra de su obstinación. Solamente puede recibir respuesta el ansia viva del perdón. Y este ansia viva del perdón tiene una forma muy concreta: la disposición al perdón y al amor»(Ratzinger)

 La Palabra de Dios nos vuelve a enviar al territorio del mundo donde el hombre se debate entre el misterio de la gracia y el misterio de la iniquidad, donde Dios puede ser para él, Plenitud o Tragedia pues al gozar de la debilidad de Dios que le ha hecho libre, en tantas ocasiones usa mal de este hilo grandioso pero también de vértigo(Abysus abysum invocat: el abismo llama al abismo y enloquece al hombre ávido de vivencias arrolladoras y placenteras)

En esta pugna en que es un hecho la existencia del mal en sus distintas manifestaciones (enfermedad, muerte, injusticias, pobreza, desórdenes respecto al orden moral),el hombre  se pierde pues piensa que no es posible conciliar al Dios bueno con el sufrimiento ,especialmente, de los inocentes. Aunque también se puede pensar que  si es difícil conciliar la existencia del mal con Dios, más difícil explicar el mal sin Dios.

Y en esta situación trágica el hombre vive su historia de derelicición, extrañamiento, desorden, pecado. Vive extraviado, descarriado, lejos de Dios.

El hombre ha recurrido a la violencia para resolver sus problemas, incluso del pueblo de Dios y ha caído en uno círculo vicioso(Hasta Elías recurrió a la violencia para salvar la puridad de la religión de Israel. Los profetas tuvieron que denunciar las malas estrategias de los reyes con los extranjeros y sufrieron el destierro, anhelaron un nuevo David y quedaron frustradas sus esperanzas.Los mimos discípulos de Jesús pidieron azufre y fuego sobre los samaritanos que no les acogieron y Jesús tuvo que poner calma.O Pedro con su espada o Pablo tal como él nos cuenta de su persecución a la iglesia de Jesús.Hasta que los profetas,en nombre de Dios, abrieron una luz nueva con un Siervo que mediante su sufrimiento nos cura o ,en la plenitud, Jesús que cura enfermedades y dolencias, expulsa demonios y no se enfrenta al pecado y al mal destruyéndolos aparatosamente sino cargando con ellos. La sangre de Jesús entregada de una vez para siempre ,es como una diálisis lenta y purificadora de la sangre humana envenenada. ¿Nos parece lento el proceso?¿Querríamos hacer despare4cer el mal y el pecado de un día para otro?

Este es el camino creyente, humilde y lleno de esperanza. Dios, Jesús, no desesperan de la conversión de los pecadores como una madre no desespera de su hijo. Ya Sto Tomás apuntaba que la voluntad de Dios es que el policía busque y detenga al delincuente y la voluntad de Dios es  que la madre y la esposa lo oculten pues sólo ellas no desesperan de que un día  vuelva a la verdad.

En todo caso, la oveja perdida, la perla hallada, el pecador que se arrepiente y los 99 que hacen penitencia o el hijo pródigo ,son alentadoras parábolas que muestran el corazón misericordioso de nuestro Dios.Un senador protestaba porque en la ciudad habían fundado un centro de acogida para adolescentes desnortados, que no daría resultado. Otro le contesta. Para mi es razón suficiente el que pudiera redimirse mi hijo o el suyo¡¡¡

Así es el tono de S.Pablo, dirigiéndose a Timoteo. Primero se reconoce blasfemo, perseguidor y violento que recibe la compasión de Dios «porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía» y recibe también  la revelación de  «Jesús que  vino al mundo para salvar a los pecadores» y ahora es decidido ministro para anunciarlo. También esta palabra nos impulsa a ser intercesores en favor de los hombres para lo que necesitamos un sumo grado de paciencia y fe en Jesús «que se compadeció de mi, para que en mi, el primero, mostrara Cristo toda su paciencia y pudiera ser modelo de todos los que creerán en él y tendrán vida eterna».

Jesús dirigiéndose a los fariseos que alardean de ser cumplidores de la ley para obtener beneficios o méritos ante Dios, El es gracia, amor que pide de nosotros la misma gratuidad. Sta Teresa del Niño Jesús no se sentía gran pecadora pero oraba por los pecadores pues la gran misericordia de Dios para con ella era haberla prevenido del pecado.

«Señor, míranos, para que sintamos el efecto de tu amor, concédenos servirte de todo corazón». «Que la oblación que cada uno ofrece en tu honor de tu nombre sirva para la salvación de todos» Que la acción de este sacramento penetre en nuestro cuerpo y en nuestro espíritu para que sea su fuerza y no nuestro sentimiento, quien mueva nuestra vida»

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