FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

 

1ªLct.:Is.42,1-4.6-7:Mirad a mi siervo a quien prefiero

Sal.28,1ª.2.3.ac-4.3b y 9b-10:El Señor bendice a su pueblo con la paz.

2ªLct.:Hechos 10,34-38:Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu Santo.

Evangelio: Lc.3,15-16.21-22:Después del bautismo de Jesús el cielo se abrió.

 

Hemos celebrado la Solemnidad de la Epifanía del Señor o Manifestación a los pueblos gentiles, pueblos paganos, pueblos no judíos y hoy estamos celebrando la Fiesta del Bautismo del Señor o manifestación pública de Jesús al pueblo de Israel como Mesías, Cristo o Ungido.

Si con nuestra imaginación seguimos a Jesús camino del Jordán nos topamos con Juan Bautista que predica un bautismo de conversión para el perdón de los pecados y al estar enfrente del “Cordero que quita el pecado del mundo” se resiste a realzarlo con Jesús hasta que éste le persuade de la conveniencia de ser bautizado.

Jesús es bautizado en el Jordán – desde entonces” las aguas corren perfumadas”, expresión querida de algún Padre de la Iglesia- y al punto se abre el cielo, desciende el Espíritu santo en forma de Paloma y se oye la voz del Padre: ”Este es mi Hijo, el amado, el predilecto, escuchadlo”.

Jesús recibe un  bautismo de purificación de los pecados, Él que es Santo, y lo consumará con el sacrificio de su vida para el perdón de los pecados, para la redención de la humanidad y suscita una manifestación gloriosa de la Trinidad. Recibe la Unción del Espíritu Santo, su compañero inseparable en su misión evangelizadora.

Jesús recibe una primera Unción en la eternidad pues entre el Padre y el Hijo hay una relación de amor que es el Espíritu Santo. Recibe una segunda unción del Espíritu Santo en el tiempo, en su Encarnación, pues fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo en el seno de María Virgen y una tercera en este momento del bautismo en el Jordán como presentación pública de su condición de Mesías que anunciaron los profetas.

Este Ungido, Mesías o Cristo tiene la cualidad de Siervo que establece el Reino de Dios con justicia y derecho  como nos ha recordado Isaías y “pasará haciendo el bien, curando enfermedades y dolencias” como nos ha recordado la carta de S.Pedro. Restaurará existencias humanas “pues la caña cascada no la quebrará, ni el pábilo vacilante lo apagará.

Este es el Hijo amado, el predilecto, escuchadle. Este es quien bautizará con Espíritu Santo y fuego que queme toda maldad para producir frutos de justicia y caridad. Éste es quien nos bautizará con Espíritu Santo, nos hará criaturas nuevas  e imprimirá en nuestro corazón la ley nueva del amor como gracia “para pasar haciendo el bien como Él”.

¿Qué trascendencia tiene para nosotros celebrar un año más esta Fiesta del Bautismo de Jesús. ”Que la actualización repetida de nuestra Redención sea para nosotros fuente de gozo incesante”. Precisamente para nosotros que hemos sido bautizados con agua y Espíritu Santo y Confirmados con la Unción  del Espíritu Santo”.

Por eso ahora en esta celebración te invito a que personalmente le pidas a Jesús con fe y humildad: Bautízame, Señor, con tu Espíritu, renuévame, Señor con tu Espíritu y así durante la semana persiste en la súplica pues el Señor te sorprenderá. El Señor no hace cosas nuevas sino nuevas las cosas. El nos renueva, nos anima nos aconseja, nos cura con su Espíritu.

Una nueva experiencia íntima de Dios, la confesión potente de Jesús es el Señor, un amor nuevo a la Palabra de Dios, a la Eucaristía, una devoción singular a la Madre de Dios, un redescubrimiento de los sacramentos, sentido potente de la oración de alabanza, cercanía y simpatía los pastores de la Iglesia y una renovación de dones y carismas del Espíritu Santo para el apostolado de la Iglesia.

A algunos en movimientos de la iglesia, también  a nivel personal a otros  y a muchos en la corriente actual de gracia  que recorre todas las iglesias (Católica, ortodoxa, protestante…)la “Renovación en el Espíritu Santo», afecta este nuevo impulso del Espíritu Santo .Cristianos de todos los estados de vida: Obispos, seglares, sacerdotes, consagrados han sentido en su vida la renovación de la vida cristiana. No es ningún sacramento especial ,ni novedad particular sino la renovación de la vida Cristiana en el Espíritu Santo que se pide con humildad y se asocia a la oración de los hermanos. Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI han saludado a esta gracia actual  y recientemente el Papa Francisco como una «chance» u oportunidad para la vida de la Iglesia.

Ved, en la Eucaristía hay dos efusiones del Espíritu Santo sobre los dones que van a ser consagrados y sobre la comunidad después de la consagración. Una oportunidad para invocar y dejarnos tocar por el Espíritu santo «Señor y dador de vida»

“Concede a  tus hijos de adopción, renacidos del agua y del Espíritu Santo la perseverancia en el cumplimiento de tu voluntad “;”las ofrendas se conviertan en aquel sacrificio con el que Cristo nos purificó del pecado del mundo” ”Que escuchemos con fe la palabra de tu Hijo para que podamos llamarnos y ser en verdad tus hijos”.   

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

diecisiete − diez =

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies