DOMINGO VIGESIMOSEXTO ORDINARIO

DOMINGO VIGÉSIMO SEXTO ORDINARIO

 

1ªLct.:Nm.11,25-29:¡Ojalá todo el pueblo del Señor sea profeta¡

Sal.18,8.10.12-13.14:Los mandatos del Señor alegran el corazón

2ªLct.:Santiago 5,1-6:Vuestra riqueza está corrompida

Evangelio: Mc.9,37-42.44.46-47:El que no está contra nosotros está a favor nuestro

 

El fragmento del libro de los Números que ha sido proclamado, nos presenta a Moisés, lleno del Espíritu de Dios, compartiéndolo con 70 ancianos que se pusieron a profetizar en el campamento y que también alcanzó a Eldad y Medad que estaban fuera de la tienda. Alguien se dio cuenta y asustado lo comunicó a Josué que a su vez lo traslada a Moisés que no pudo por menos de exclamar: ¿Ojalá todo el pueblo de Dios fuera profeta.

Y ¿quién es un profeta?¿Quién es un nabi?.Alguien que iluminado, conmovido por el Espíritu de Dios emite una palabra o un discurso inspirado que encuentra eco en los corazones de algunos oyentes. El profeta anuncia uno mensaje, denuncia pecados, pronostica futuros, aconseja, instruye, consuela.

En días pasados el profeta Ageo pensando en la reconstrucción del templo de Jerusalén emitía este discurso: Ánimo Zorobabel, ánimo pueblo de Dios, a la obra

Hoy también al escuchar a Santiago vemos el ejercicio profético del apóstol dirigido a quienes mueven su riqueza desde la corrupción y el desorden y lamenta el pecado “que clama al cielo” defraudando el salario o jornal del operario o trabajador.

Nos alegramos por los signos proféticos de verdad, honradez  que se dan en las distintas profesiones en la sociedad, hombres y mujeres creyentes y también de correcta conciencia que son testigos de la verdad frente a la corrección política o a la moda del momento.

A veces se tilda a esas personas de retrógradas, anticuadas. A veces se reprocha a la iglesia que no vaya de acuerdo con los tiempos y que debiera rebajar sus exigencias .Tendría que mundanizarse, modernizarse. La iglesia tendría que decir sí al mundo y entonces ¿qué pinta la iglesia rebajando sus ofertas? El mundo ya se rige por sí mismo¡

La verdadera renovación o reforma  cristiana ha de responder a la pregunta  ¿QUÉ ES LO PROPIAMENTE CRISTIANO? No a la pregunta ¿Cuáles SON LAS EXIGENCIAS DEL LOS TIEMPOS MODERNOS? ).

La fe cristiana es la medicina que no se ha de administrar según gustos de los clientes sino que  ha de exigirles apartarse de necesidades imaginarias que constituyen la verdadera enfermedad y confíen en la orientación de la fe  

En Salamanca, en el siglo XVI, el predicador y  notable monje agustino  de la ciudad S.Juan de Sahagún, en una ocasión desde el púlpito, con la presencia de nobles y el Duque de Alba, denunció el retraso de los salarios a los empleados y trabajadores. El Duque exclamó: Padre, no habéis frenado vuestra lengua…Y entonces, contesto Fr.Juan Subo al púlpito para anunciar el evangelio, la buena noticia de Jesucristo y no para adular y halagar. Algún disgusto le costó a S.Juan de Sahagún esta profecía denunciante .

Este es el riego de los profetas y nosotros bautizados y confirmados, u ordenados sacerdotes presbíteros, somos un pueblo de profetas que anuncian la buena noticia de Dios.

Jesús en el evangelio reconoce que algunos que no son de su grupo de discípulos actúan en su nombre expulsando demonios. Y los discípulos le avisan extrañados pero Jesús responde que quien no está contra El está a su favor. Y Jesús celebra el que alguien dé un vaso de agua a sus pequeños, a sus necesitados.

Mas también es contundente, enérgico, profético denunciando el escándalo causado a los pequeños.    

El viernes santo de 2005 el Papa Juan Pablo II no pudo asistir como todos los años al Via Crucis en el Coliseo. Se le pudo ver sólo de espaldas rezando en su capilla. Las meditaciones y oraciones las redactó el cardenal Ratzinger .Un ejercicio de profetismo, quemando como la sal, pues en la tercera caída hace alusión al sufrimiento  por su misma Iglesia: ¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él! … La traición de los discípulos, la recepción indigna de su Cuerpo y de su Sangre es ciertamente el mayor dolor del Redentor, el que le traspasa el corazón. No nos queda más que gritarle desde lo más profundo del alma: Kyrie, eleison – «Señor, sálvanos» (cf. Mt 8,25).

Por eso si tu mano, tu brazo, tu organismo, tu deseo incolmable quiere desatarse, dominarte y hacerte esclavo de cualquier vicio a pecado, reprímelo, dómalo, domínalo pues más te vale entrar tuerto en el cielo que con dos ojos en el infierno.

Como nunca terminamos de convertirnos  y estamos en camino siguiendo a Jesús junto a las denuncias que el Señor hace de  nuestras mediocridades y  pecados ponemos la súplica de nuestra madre la iglesia quien se dirige así: “Señor, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la  misericordia”, renueva nuestro cuerpo y nuestro espíritu para que participemos de la herencia gloriosa de tu Hijo”

 

 

 

 

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