CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

1ªLct:Jb.19,1.23-27ª:Yo sé que está vivo mi Salvador

Sal.26,1.4.7.8b.9ª.13-14:El Señor es mi luz y mi Salvador.

2ªLct:Ap.21,1-5ª.6b-7:No habrá muerte, ni llanto, ni luto, ni dolor.

Evangelio:Lc.24,13-35: Los dos de Emaús.

Después de haber experimentado la riqueza de tierras y de familia. Después de haber sido golpeado por la pérdida de los bienes y de sus hijos y haber sufrido  el veredicto de sus amigos y su mujer:¡Algo habrás hecho y Dios te ha castigado ;después de considerar que su conciencia no le reprocha nada malo y preguntar a Dios Éste le responde:¿Quién eres tú para pedirme cuentas? Job,a pesar de todo sus sufrimientos acepta el misterio de Dios y del dolor y como movido por un resorte enérgico y esperanzado exclama: ”Yo sé que mi Vengador está vivo y “cuando me arranquen la piel, sin  carne ,veré a Dios ,mis ojos lo  verán …desfallezco de amor en mi pecho”. Como Jeremías: ”Algo traigo a la memoria iy me da esperanza: que la misericordia del Señor no termina y su compasión no se acaba; antes bien se renueva cada mañana”(Jr.3,17-26).Por eso con el salmista decimos: Una cosa pido al Señor, habitar en la casa del Señor por años sin término, gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo”(Sal.26).

Nuestra vida con tantos momentos de luz y de alegría, de fiesta y de familia, de amor y de amistad se siente transida por la enfermedad y muerte que nos hacen sufrir. Se mueren nuestros seres queridos y nos morimos. La muerte de nuestros seres queridos es como un punzón que hiere nuestra persona más íntima y profunda dejándonos un aire de ausencia, soledad y nostalgia. Los echamos de menos .Pero al mismo tiempo ¡cómo no agradecer el bien que nos han hecho fundamentando y apoyando nuestro existir¡

Recibimos con gratitud la gran noticia de la Resurrección: ”Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado…Yo soy el alfa y la omega.”(Ap.)Este mundo hermoso y grande atravesado por lo caduco es recreado en un cielo nuevo y en una tierra nueva. Y la nueva realidad será como una ciudad santa, reconciliada, una nueva Jerusalén, ciudad de la paz en fiesta eterna de bodas.

Hoy recordamos a todos los fieles difuntos, todos los que nos han precedido, a los que nos han querido y queremos y también a  aquellos de los que nadie se acuerde. «Aquellos a los que no hemos dejado de amar con lo mejor de nosotros mismos he aquí que llegan a ser como una bóveda palpitante, invisible pero presentida e incluso rozada, bajo la cual avanzamos cada vez más curvados, más arrancados de nosotros mismos hasta el instante en que todo quedará sepultado en el amor»(G.Marcel).

Ante la muerte, nuestra propia muerte, la de los seres queridos, la de todos nos ponemos al lado de los discípulos de Emaús acogiendo a Jesús en persona, al que no reconocían para que nos ayude a interpretar y explicar los momentos tan problemáticos y dolorosos de nuestra existencia mediante la Palabra de Dios «que enardece nuestro corazón» y la «fracción del pan», experiencia viva de comunión con Dios y con los hermanos sin los cuales no podemos vivir.

A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron pero él desapareció porque vive glorioso. «En verdad ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».

«Aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad porque la vida de los que en ti creemos no termina, se transforma» rezamos en el Prefacio para la misa por los Difuntos.

«Que al confesar la resurrección de Jesucristo tu Hijo se afiance la esperanza de que todos tus hijos resucitarán» «Recibe a los fieles difuntos en la gloria» ,»que puedan llegar a la mansión de la luz de la paz». 

Cantos: Si vivimos, vivimos para Dios…Aleluya pascual-Vive Jesús el Señor…Santo(Händel)-Por Cristo-Padrenuestro-Acuérdate de Jesucristo-Madre de la esperanza.

 

 

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

 

1ªLct.:Apoc.7,2-4.9-14Unas muchedumbre inmensa que nadie podría contar

Sal.23,1-2,3-4ab.5-6:Estos son los que buscan a al Señor

2ªLct.:Jn.3,1-3:Veremos a Dios tal cual es.

Evangelio: Mt.5,1-12ª: Estad alegres y contentos porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

 

  VUESTRA RECOMPENSA SERÁ GRANDE

 

El apóstol S.Juan, en el libro del Apocalipsis(=revelación) nos invita a transcender nuestra realidad cotidiana a veces prosaica y rutinaria, a veces dolorosa  introduciéndonos en la visión de un mundo maravilloso como es la Ciudad de Dios, la ciudad celeste. Una ciudad reconciliada, plena de paz, donde una multitud que “ha venido de la gran tribulación”,»han lavado y blanqueado sus mantos en la sangre del cordero»,que han vivido el misterio de Jesús crucificado y glorioso ahora no hacen más que alabar, bendecir la gloria de Dios:»Amén.La bendición,la gloria,la sabiduría y la acción de gracia y el honor,y el poder,yla fuerza son de nuestro Dios por los siglos de los siglos.Amén». Pues en el decir de S.Agustín, el hombre encuentra gozo en la alabanza de Dios ya que “nos hiciste, Señor para ti y neutro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”(Cof.1,1)

Hoy al celebrar la Solemnidad de Todos los Santos, los bienaventurados en la presencia del Señor, al gozarnos por “los mejores hijos de la Iglesia” se actualiza para nosotros una palabra que nos llena de esperanza y regocijo, una palabra reveladora de nuestro futuro: ”somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Cuando se manifieste seremos semejantes a Él porque lo veremos tal cual es”(1ªJn.3,1-3).San Agustín se expresa pletórico de gozo y acierto al decirnos: ”pues si ahora en esperanza sentimos un gozo profundo ¡qué será cuando lo poseamos¡

Esta es la riqueza inmensa de nuestra fe en Jesucristo: somos hijos de Dios llamados  participar un día de la plenitud del amor.

Cada día de nuestra vida hemos de recordar, traer a la memoria el encuentro definitivo con Dios, el ámbito donde tantos hermanos nuestros participan ya de la gloria de Dios. En Jesús muerto y resucitado, el reino de Dios se ve realizado en su persona y en tantos jóvenes, adultos, matrimonios, hombres, mujeres…pobres de espíritu, misericordiosos, sufridos, justos perseguidos que han buscado el Reino de Dios y sus justicia y ahora es suyo el reino de los cielos.

Todas las bienaventuranzas reflejan el rostro de Jesús, entregado a Dios y a los demás.

Sta Teresa del Niño Jesús se alegraba porque veía la Iglesia como un jardín de variadas flores: doctores, confesores, mártires, vírgenes, casados pero ella no se sentía reflejada. Más un día al leer el capítulo 13 de la 1ª carta a los Corintios encontró la luz: ahora en el corazón de la iglesia seré amor. Todos tenemos un lugar en la comunidad de la iglesia y recordarnos:”si me falta el amor no soy nada.”

Una simpática historia narrada por un escritor alemán moderno nos ayuda a tener un sentido de la vida eterna más que todos los intentos de explicación racional. En un monasterio medieval vivían dos monjes unidos entre sí por una profunda amistad espiritual. Uno se llamaba Rufus y el otro Rufinus. En todo su tiempo libre no hacían otra cosa que tratar de imaginar y describir cómo sería la vida eterna en la Jerusalén celestial. Rufus, que era capataz, se la imaginaba como una ciudad con puertas de oro, constelada de piedras preciosas; Rufinus que era organista, como toda resonando melodías  celestes.
Al final hicieron un pacto: el que de ellos muriera primero volvería la noche siguiente, para garantizar al amigo que las cosas eran precisamente como las habían imaginado. Habría bastado una palabra. Si era como habían pensado, diría simplemente: taliter!, es decir, precisamente así; si —pero la cosa era totalmente imposible— fuera otra cosa, diría: aliter, distinto!
Una tarde, mientras estaba al órgano, el corazón de Rufino se paró. El amigo veló tembloroso toda la noche, pero nada; esperó con vigilias y ayunos durante semanas y meses, y nada. Finalmente, en el aniversario de la muerte, de noche, en un halo de luz, el amigo entra en su celda. Viendo que calla, es él quien le pregunta, seguro de la respuesta afirmativa: taliter? Es así ¿verdad? Pero el amigo sacude la cabeza en signo negativo. Desesperado, grita: aliter? ¿Es diferente? De nuevo un signo negativo con la cabeza. Y finalmente de los labios cerrados del amigo salen, como en un soplo, dos palabras: Totaliter aliter: ¡Totalmente distinto! ¡Es algo muy diverso! Rufus entiende volando que el cielo es infinitamente más de lo que habían imaginado, que no se puede describir, y poco después muere también él, por el deseo de alcanzarlo .
El hecho, naturalmente, es una leyenda, pero su contenido es al menos bíblico. «El ojo no vio ni oído oyó, ni nunca entró en el corazón de hombre lo que Dios ha preparado para aquellos que lo aman» (cf. 1 Cor 2,9). 

«Concédenos, Señor, por esta multitud de intercesores la deseada abundancia de tu misericordia y perdón». «Que sintamos interceder por nuestra salvación a todos aquellos que ya gozan de la gloria de la inmortalidad». «Imploramos tu misericordia ,que realicemos nuestra santidad por la participación en la plenitud de tu amor y pasemos de esta mesa de tu iglesia peregrina al banquete del Reino de los cielos».

 

 

 

 

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