PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

          I DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo B

                   VELAD MIENTRAS ESPERÁIS AL SEÑOR

1ªLect.:Is.63,16b-17;64,1.3b-8:¡Ojalá rasgases el cielo y bajases¡

Sal.79,2ac y 3b.15-16.18-19: Señor, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve¡

2ªLect.:1ªCo 1,3-9:Aguardamos la manifestación de Ntro Sr.Jesucristo

Evangelio:Mc.13,33-37:Velad pues no sabéis cuando vendrá el dueño de la casa

El color morado de los paramentos en las celebraciones al comienzo del nuevo año litúrgico ,despierta en nosotros la atención para contemplar el Misterio de Jesucristo que llega .El Adviento (adventus: llegada) es el tiempo litúrgico comprendido entre el primer Domingo de los 4 que lo componen y la vigilia de la Navidad. Este  tiempo lleva un marcado acento de expectación, de espera confiada, de esperanza ,ante la llegada del Señor y nuestra madre la Iglesia nos ofrece la Palabra de Dios en los profetas, especialmente en el gran profeta Isaías vibrante y esperanzado.

El fragmento del profeta Isaías que ha sido proclamado y que forma parte, según los estudiosos de la Biblia, del largo poema 63,7-64,11, tiene una forma de un salmo de súplica colectiva , semejante a los salmos 44 y 89 y a las Lamentaciones. Las referencias de 63,18 y 64,9-10 a la ruina de Jerusalén y del templo el año 587,indican que el recuerdo de la catástrofe está aún próximo. El poema data de los comienzos del destierro. La evocación de la historia pasada (63,7-14)está de acuerdo con la teología del deuteronomista: DIOS CASTIGA A SU PUEBLO REBELADO Y LUEGO LO SALVA.

El profeta ,como un vidente de penetrante mirada y de amplia y profunda visión, detecta el mal de la comunidad en la que vive: la injusticia, fruto de un corazón endurecido, curvado sobre sí y lejos de Dios. Creados para Dios viven lejos de Dios. La ardorosa súplica del profeta ante la maldad del hombre pide una intervención contundente y poderosa para desarmar al hombre pecador “entregado al poder de su culpa”:”¡Ojalá rasgases el cielo y bajases derritiendo los montes con tu presencia. Como la lucha de tantos sacerdotes, siquiatras y sicólogos con obsesivos compulsivos, de tantas madres con esposos o hijos alcohólicos, drogadictos o violentos o de tantos educadores con niños y jóvenes difíciles.

Luego el profeta recurre a un sutil chantaje, acude a los sentimientos de Dios: Señor, Tú eres nuestro padre, nosotros somos la arcilla y Tú el alfarero. Somos obra de sus manos. ¡Mira que somos tu pueblo¡¿Qué van a decir los pueblos extranjeros?

La bondad de Dios con nosotros se ha manifestado gratuitamente llamándonos por su Hijo Jesucristo a participar en su vida íntima y hemos sido enriquecidos con toda clase de bienes y de dones y ahora “aguardamos la manifestación de Ntro Señor Jesucristo” .”El nos mantendrá firmes hasta el final para que no tengan de qué acusarnos en el tribunal de Jesucristo, Señor nuestro.

Por eso mientras peregrinamos, sometidos a pruebas y dificultades, la palabra ardiente y sazonada de Jesús se actualiza de nuevo para cada uno y para todos: Mirad, vigilad, velad pues “no sabéis cuando vendrá el dueño”. No se trata de una espera obsesiva y paralizante, de querer dominarlo y saberlo todo o de vivir con angustia y temor ante el futuro ,sino con una saludable tensión de rica y optimista esperanza. En cada día de nuestra vida se hace presente  Señor quien juzga las obras del amor o del egoísmo.

Hoy ,especialmente en nuestra sociedad tan plural y relativista, dominada por las modas y “lo políticamente correcto”, hemos de vivir vigilantes, atentos, informados, sanamente críticos para que nos no sintamos atrapados y anestesiados por el fulgor momentáneo de la posesión, de la apariencia, de la mentira rentable. También los cristianos podemos ceder a lo que un mundo engañoso y aparente nos presenta como verdadero. Junto a hombres de buena voluntad: escritores, artistas, periodistas, intelectuales, informados y atentos  que se resisten a las imposiciones ideológicas del momento, servimos responsablemente a la sociedad con el ejercicio de una crítica sana y razonable .Con realismo esperanzado nos preocupamos por la buena salud moral de nuestra sociedad, tan fácilmente manipulable. Nuestra conciencia personal y comunitaria nos pide buscar no sólo la salvación personal sino también la de todos nuestros hermanos

Todos recordamos el cuento de Christian Andersen. Unos supuestos sastres acuden al palacio del Rey para hacerle un traje especial. Hacen creer al monarca y a los cortesanos, bajo la amenaza de algún castigo, que el rey lleva un traje bellísimo, a todas luces invisible, y se organiza un desfile solemne para que la gente crea ver al rey elegantísimo hasta que un niño entre la multitud grita: El Rey va desnudo. La historia humana también nos presenta situaciones de un autoengaño colectivo por interés o por miedo a  la verdad y a la libertad.

En está actitud y disposición vigilante interiorizamos la oración de nuestra madre la Iglesia: ”Aviva el deseo de salir al encuentro de Cristo, acompañados por las buenas obras”. ”Que la Eucaristía sea para nosotros prenda de salvación” .”Que en esta vida moral descubramos el valor de los bienes eternos y a poner en ellos nuestro corazón.

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

13 − 5 =

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies