SOLEMNIDAD DE CRISTO REY DEL UNIVERSO

                            JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

1ªLct.:Ez.34,11-12.15-17:A vosotras, ovejas mías, os voy a juzgar

Sal.22,1-2ª.2b-3.5-6:El señor es mi pastor , nada me falta.

2ªLct.:1ªCo.15,20-26ª.28:Devolverá el reino de Dios Padre, para que Dios sea todo en todo.

Evangelio. Mt.25,31-46:Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros.

 

Con la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, termina el ciclo litúrgico y nos disponemos a comenzar otro con el tiempo de Adviento.

Para sondear el alcance y significado de esta celebración nos propone nuestra madre, la Iglesia ,la palabra de Dios que ha sido proclamada.

El profeta Ezequiel nos muestra la imagen de Dios como un pastor que sigue el rastro de su rebaño.  Dios pastor que cuida su rebaño,  se preocupa,  sufre y  ama. Un Dios que tiene sentimientos, que es compasivo .Al mismo tiempo nos presenta la imagen de un rebaño descarriado, herido, enfermo. Dios solícito pastor:”El mismo apacentará a sus ovejas”.

Una leyenda cuenta que a un hijo depravado le pidieron el corazón de su madre y el aturdido muchacho después de asesinarla y tomar su corazón. Huyendo para presentar  su abominable credencial tropezó y cayó. Al punto una voz le susurró: ¿te has hecho daño ,hijo mío?. Así son los sentimientos de Dios Padre , Jesús su Hijo y del Espíritu.

El salmista nos sitúa en el corazón del creyente que percibe a Dios como pastor bueno que procura pastos nutritivos,  fortalece , orienta y  unge con el perfume del Espíritu Santo hasta preparar una morada” por años sin término”, feliz y eterna.

Afirmada la gracia de Dios y el pastoreo del Señor que es compasivo, la palabra de Dios, con un sano realismo apunta a la tragedia del hombre, de la familia humana. Herida por la muerte y fragmentada ,corriente arriba, llega al pecado del primer hombre, de Adán, que hace que la persona humana viva curvada sobre sí misma. Ávida y tentada siempre de satisfacer su propio ego ,hace que en su corazón se originan tantas consecuencias de desorden y maldad: »tuve hambre y no me disteis de comer, estuve en la cárcel y no me visitasteis, forastero y no me hospedasteis». “Por un hombre vino la muerte, por Adán todos murieron…”Así resume S. Pablo el “misterio de iniquidad”. Y el mundo sufre por falta de amor.

Pero Dios no se ha arrepentido de haber creado al hombre por eso el mismo en persona en su Hijo Jesús, el Nuevo Adán ,ha realizado un camino inverso: “siendo de condición divina se anonadó, se hizo obediente, cargó con nuestros crímenes y tuvo una muerte ignominiosa. Todo como expresión del sumo amor y entrega. Así  expresa S.Agustín el misterio de la persona de Jesús: “Victor quia víctima”, Vencedor porque fue víctima. Aquí se encuentra el meollo del Reinado de Jesús:”si por uno hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección; si por Adán todos murieron ,por Cristo todos volverán a la vida”.

Jesús resucitado es primicia de todos los que han muerto.”Cristo tiene que reinar hasta que haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte”

El camino humilde y confiado del creyente cristiano mira a Jesucristo su Señor, lo contempla crucificado y glorioso, Siervo doliente a quien Dios le ha dado la razón en todo, en el ejercicio de entrega y amor:”el que quiera ser el primero sea vuestro servidor”, ”cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos conmigo lo hicisteis”.

El Reinado de Jesús, el Señorío de Jesús y el juicio de Jesús sobre la humanidad será de justicia , de paz y de amor. Un amor tan claro y concreto como hacer el bien incluso a los enemigos: ”porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber… estuve en la cárcel y me visitasteis…”

La gracia, la bondad, el pastoreo de Dios y de Jesús en modo alguno cierra los ojos ante la maldad del hombre que se autocondena encerrándose en sí mismo :”porque tuve hambre y no me distéis de comer, tuve sed y no me distéis de beber, estuve enfermo y no me visitasteis…”.Por todo ello para que no se frustre el proyecto el deseo salvífico de Dios sobre toda la creación y el Reinado Universal de su Hijo Jesucristo la ferviente e incesante súplica de la Iglesia:”haz que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te glorifique sin fin”, “que tu Hijo conceda a todos los pueblos el don de la paz y la unidad”.

Más allá de los entresijos y vaivenes de la historia, a veces tan trágicos y oscuros, el sano y esperanzado optimismo del creyente sueña que “el último enemigo aniquilado será la muerte cuando Cristo lo entregue todo al Padre”.

Renovado el deseo de conocer cada día más y más el misterio de Jesucristo,¡ ojalá¡ que cada día decidamos hacer el bien, amar como Jesús

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