DECIMOSEXTO DOMINGO ORDINARIO

  DÉCIMOSEXTO DOMINGO ORDINARIO

 

1ª Lct.:Sabiduría 12,13.16-19:En el pecado das lugar al arrepentimiento

Sal.85,5-6.9-10.15-16ª:Tú, Señor, eres bueno y clemente.

2ªLct.:Rm.8,26-27:El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables.

Evangelio: Mt.13,324-43: Dejadlos crecer juntos hasta la siega.

El centro de la predicación de Jesús es :Convertíos porque el Reino de Dios está en medio de vosotros”. Jesús continúa recurriendo a las parábolas o relatos de acontecimientos fingidos o reales  de la vida que nos remiten a una nueva dimensión de la misma .

Así Jesús nos señala que el Reino de Dios es una realidad misteriosa que crece como la buena semilla pero se encuentra rodeada de cizaña. Los frutos del bien rodeado de tantos males. Nos lamentamos de la muerte, la enfermedad, de la pandemia del coronavirus, de las muertes injustas, de la violencia Ante la presencia de la cizaña, el celo de los labradores será eliminarla, arrancarla. Pero la sabiduría de Dios, el sembrador de la semilla, sugiere otra estrategia, otra táctica pedagógica.

Está claro que una actitud correcta es llamar a las cosas por su nombre: al bien lo llamamos bien y al mal lo llamamos mal. Vemos hoy que en nuestra cultura actual domina un relativismo “a ultranza”, que presenta conductas desordenadas como algo “progresista y bueno”(Uniones homosexuales, descontextualización amorosa de la fecundación, eutanasia, enriquecimiento tramposo, picaresca,falsas noticias…)

Jesús suscita en sus apóstoles una actitud. Frente a la radical conducta de eliminar el mal que podría llevar por delante la buena semilla, despierta a sus discípulos a una nueva percepción de Dios que el libro de la Sabiduría nos describe como ”Providente, justo, soberano, poderoso ,“que reprimes la audacia de los que no lo conocen” y “diste a tus hijos la dulce esperanza de que en el pecado das lugar al arrepentimiento”. El poder de Dios, de la naturaleza(situación de gravísima actualidad ¡ojalá se encuentre la vacuna ¡pues Dios está a favor de la salud del hombre¡) y la paciencia y misericordia de Dios para que los hombres entremos en razón.

En este contexto vital somos llamados a anunciar la verdad, a denunciar el error ,a resistir al pecado y al mal,nos sentimos también requeridos por la paciencia de Dios” que hace llover sobre justos e injustos, sobre buenos y males” y espera la conversión: ”todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: Grande eres tú y haces maravillas, tú eres el único Dios”.

 «Dios —escribe san Agustín—, siendo supremamente bueno, no permitiría jamás que cualquier mal existiera en sus obras, si no fuera lo suficientemente poderoso y bueno, para sacar del mal el mismo el bien» .(S.Agustín.Manual de fe, esperanza y caridad,2.11.)
Las madres y los padres, los tutores, los educadores, los sacerdotes son testigos de cómo al potenciar lo positivo de sus hijos y corrigiendo con pedagogía y paciencia observan sus logros.

En la película “Como Dios” ,un joven periodista que no logra triunfar en su profesión se desespera ante Dios quien por otra parte le concede todo su poder divino pero a condición de que en el ejercicio de tanto poder “no fuerce la libertad de los demás”. Y entonces, a través de escenas cómicas y graciosas ,inclina sus poderes divinos a su favor desencadenando caos y desórdenes a su alrededor. Llega un momento en que no puede más y de nuevo se rinde a Dios deseando que todas las persona sean felices. Termina como animador de “los donantes de sangre” y descubriendo a Dios en un pobre mendigo .

Somos discípulos de Jesús que anuncian y hacen presente el Reino de Dios, sembradores del bien, de la paz de la alegría la paciencia y encontramos nuestra fuerza “en el Espíritu que viene en ayuda de nuestra debilidad e intercede con gemidos inefables”. He aquí otro caudal potente ante nuestra debilidad :“orar en el Espíritu y con el espíritu que habita en nuestros corazones”; dejar que el Espíritu ore en nosotros, asociarnos a los gemidos inenarrables que bullen en nuestro corazón suplicando, dando gracias, clamando, alabando o lamentando. Y dejando que el Espíritu ore en nuestro nombre. La seriedad de la vida, la presencia del mal y del desorden que genera tanto  sufrimiento también nos lleva a suplicar que al final de los tiempos, cuando venga el Hijo del hombre ”los justos brillen como el sol en el reino del Padre” y se cumpla el deseo de Dios que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”

Multiplica sobre tus fieles los dones de tu gracia para que encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren fielmente en el cumplimiento de tu ley». «concédeles abandonar el pecado y pasar a una vida nueva». “Que la oblación que ofrece cada uno de nosotros en honor de tu nombre sirva para la salvación de todos”

 

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