SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE JESUCRISTO

SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI

 

1.Lct.:Gn.14,18-20: Melquisedec ofreció pan y vino.

Sal.109,1.2.3.4.:Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec.

2ªLct.:1ª Co.11,23-26:Cada ve que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor

Evangel.:Lc.9,11b-17:Comieron todos y se saciaron.

 

Todos de una u otra manera nos hemos sentido contagiados con el esplendor de las procesiones con el Corpus Christi en nuestros pueblos y ciudades. El tiempo primaveral, las flores, los cantos, el fervor de los creyentes, el entusiasmo de los niños de primera comunión. Todos nos hemos emocionado  cantando “al amor de  los amores”, donde el compositor Ignacio Busca Sagastizábal y el poeta y literato P.Restituto del Valle, agustino, lograron un himno tan inspirado para el XXII Congreso Eucarístico Internacional de Madrid(1911)

El Espíritu Santo de Pentecostés reciente, el impulso de Jesús resucitado nos mueve a adorarlo en su Cuerpo y sangre eucarístícos.”Dios está aquí, venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor…

Con actitud adoradora de honor y alabanza nos sentimos orientados al momento de la institución del sacramento de la Eucaristía en el día de Jueves Santo en que Jesús grave, solemne y al mismo tiempo humilde tomando el pan y la copa les dijo a sus discípulos: ”TOMAD Y COMED ESTO ES MI CUERPO; TOMAD Y BEBED ESE EL  CÁLIZ DE MI SANGRE”.

Jesús con emoción contenida, adelanta en este gesto su posterior entrega de la vida en la cruz por nosotros. De modo que nos invita a “hacer esto en memoria mía”. Actualizar la consagración y comunión de su cuerpo y sangre y la entrega de la vida propia como El. Pues” cada vez que coméis este pan y bebéis de este cáliz a proclamáis la muerte del Señor hasta que vuelva”. Hasta que vuelva y someta todo al Padre, Jesús en sus discípulos, en su Iglesia actualiza su presencia eucarística como alimento y fortaleza para los creyentes impulsados a ser ellos mismos alimento de vida para los demás.

No en vano, Jesús realizó también en la última cena el gesto de lavar los pies a sus discípulos como señal de entrega y servicio.

El fragmento del  Evangelio de San Juan  que nos narra la multiplicación de los panes y peces  solapa dos intenciones del evangelista: preocupado Jesús por la necesidad natural de alimentarse insta a sus discípulos una acción grande e inconmensurable: ”dadle vosotros de comer”. Reconocen que esa acción los desborda. Jesús parece disponer para el milagro: multiplicar la comida y alentar el compartir con los demás. Y al fondo la Institución de la Eucaristía: ”tomo los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos , los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente”. Dios ofrece los bienes de este mundo para que todos puedan comer e insta a una actitud profunda en el hombre para compartir con justicia y caridad. Cuando los hombres actúan con los criterios de Dios y del evangelio es posible realizar la utopía: ”comieron todos y se saciaron y cogieron las sobras: doce cestos”. Hay muchos hombres y mujeres que con cariño y entrega alimentan a sus familias y les falta tiempo para compartir con los necesitados .En este día de la  Caridad con una colecta especial ,anhelamos realizar la palabra de Jesús” dadles vosotros de comer” porque participando en la Eucaristía, memorial de la entrega de su Hijo” notamos la generosidad y abundancia de Dios que multiplica su palabra llena de vida para que todos nos alimentemos y  su cuerpo eucarístico, recordando “que no sólo de pan vive el hombre sin de toda palabra que sale de la boca de Dios”

¿Cómo puede suceder esto?¿Cómo puede el Hijo del Hombre darnos a comer su carne?

Dice Jesús:”Yo vivo por mi Padre, del mismo modo quien me come vivirá por mí”.

Sacramento, sacrificio, banquete, comunión y fuerza para amar compartiendo. “Y yo haré derivar hacia Jerusalén como un río la paz.” Concede a tu iglesia el don de la paz y la unidad, significado en las ofrendas  sacramentales que te presentamos”.

La participación en el banquete de la Eucaristía es anticipo del Banquete eterno, del cielo, de la unidad  consumada. ”La comunión de tu cuerpo y tu de tu sangre, signo del banquete del reino que hemos gustado en nuestras vida mortal nos llene del gozo eterno de la divinidad.  

 

 

 

 

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