DECIMOQUINTO DOMINGO ORDINARIO

DECIMOQUINTO DOMINGO ORDINARIO

1ª Lct.:Isaías 55,10-11:La lluvia hace germinar la tierra
Sal.64,10abcd.103-11.12-13.14:La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.
2ªLct:Rm.8,18-23:La creación expectante aguarda la plena manifestación de los hijos de Dios.
Evangelio: Mt.13,1-23: Salió el sembrador a sembrar.

En el fragmento del profeta Isaías que acabamos de escuchar se manifiesta la fecundidad de la Palabra de Dios que encuentra un terreno abonado y preparado para acogerla. Más aún, se pone de relieve la decisión del Señor: ”la palabra que sale de mi boca no volverá vacía sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo”.
Es la Palabra abundante y creadora de Dios, la Palabra graciosa y gratuita que se expande en la creación y hace brotar una realidad preciosa:
“Tú cuidas de la tierra, la riegas y la enriqueces sin medida”, ”rezuman los pastos del páramo y las colinas se orlan de alegría”, ”los valles se visten de nieve que aclama y cantan”.
Pero esta obra de la creación de Dios “que sometida a la frustración no por su voluntad sino por una que le sometió” nos señala la presencia del mal, del pecado, del desorden. Y así “la creación entera gime aguardando la redención”
Este es el mundo en que vivimos con tantas luces y sombras. Y esta es la gran noticia: Ha venido la Jesucristo, la Palabra de Dios que ilumina todo hombre. En su predicación
Jesús se sirve de parábolas, relatos o narraciones de la vida ordinaria que nos remiten a otro plano de la vida desde donde observar la realidad con su sentido más profundo.
Una parábola es una narración de un hecho de la vida de cada día que nos eleva a otro plano de la realidad más profundo, más transcendente. He aquí el acontecer de la siembra: algo cae en el camino, algo entre zarzas y otra parte de semilla en tierra buena. La cosecha es desigual.
Jesús predica, habla. Él es la Palabra de Dios hecha carne y entonces sus mismas palabras humanas nos elevan a las palabras de Dios.
Una mirada inmediata y espontánea nos hará ver que la vida consiste en nacer, crecer, morir. Una mirada más honda nos dirá que la vida no se reduce a comer y a consumir “pues no sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. El hombre vie de la palabra, del amor, del sentido. En la película Jesús de Nazareth de Zeffirelli hay una escena en la que Juan le dice a Jesús:” antes pensábamos que la vida se reducía a nacer ,vivir ,morir…pero desde que te hemos encontrado nuestro corazón se ha llenado de esperanza”.
La palabra de Dios nos ha dicho pro S.Pablo: ”los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá…gemimos en nuestro interior aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios.
Estar atentos a la Palabra de Dios. La palabra y los acontecimientos humanos son tomados por Jesús y reciben una luz, una iluminación y nos hace ver que todo tiene sentido desde Él.! Qué estupendo que la primera parte de la Eucaristía, la Liturgia de la Palabra sea proclamar, recibir, comer, rumiar la Palabra de Dios.
Hoy se ha extendido por todas las parroquias de España las ediciones del “evangelio de cada día”. ¡Un gesto bellísimo¡ .El Concilio Vaticano II dedicó una importante Constitución” Dei Verbum” sobare la Palabra de Dios e igualmente un Sínodo de los Obispos se ha ocupado del mismo tema.
Si desapareciese todas la Biblias del mundo pero quedase la primera carta de San Juan, en concreto I Jn.4,8:Dios es amor tendríamos la esencia de la Palabra de Dios.
Somos llamados a la vida, a la plenitud,”a la libertad gloriosa de Hijos de Dios”.Somos llamados a la gracia y Él espera apertura y acogida , respuesta y madurez. La tragedia del hombre es el rechazo.
Por eso, Señor que nos llamas a la luz y a la verdad” concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en él se significa”.
Religiosas capuchinas misioneras que cada día realizáis la tarea de atender a los ancianos y la condimentáis con el amor de Dios y la misericordia; ancianos que habéis sembrado con generosidad, dolor y alegría y habéis llegado hasta este momento de vuestra vida; sois signo de la Palabra de Dios que no vuelve “al Señor vacía sino que ha realizado su encargo”.
Señor que muestras la luz de la verdad a los que andan extraviados, que los cristianos rechacemos lo que es indigno de este nombre y cumplíamos lo que significa”. ”Que quienes participamos en los dones de la salvación crezcamos continuamente en santidad”. ”Cuantos en cuantos celebramos el sacramento de la Eucaristía se acreciente el fruto de la salvación”.

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