DOMINGO CUARTO DE PASCUA

CUARTO DOMINGO DE PASCUA

1ªLct.:Hech.2,14ª.36-41:Dios lo ha constituido Señor y Mesías.
Sal.22,1-3ª.3b-4.5.6.:El Señor es mi pastor, nada me falta.
2ªLct.:1ªPe.2,20b-25:Habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas.
Ev.:Jn.10,1-10:Yo soy la puerta de las ovejas

Las manifestaciones de Jesús resucitado a sus discípulos desencadenan el testimonio vibrante:”Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías”. “Aceptaron sus palabras, se bautizaron y se les agregaron unos tres mil “.Una ola de alegría y inundó la ciudad.
San Pedro amplía el kerigma o anuncio potente del evangelio:”cargado con nuestros pecados subió al leño para que muertos al pecado vivamos para la justicia. Sus heridas nos han curado. Andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas”.
La alusión al Pastor que busca buenos pastos para su rebaño de ovejas, que las conoce una a una y que da la vida por ellas, sirve como telón de fondo para acercarnos a Jesús resucitado digno de ser amado y seguido “porque El nos ha amado antes”
Las palabras de Jesús ,con esa consoladora imagen de fondo, destacan lo que significa ser sus discípulos y seguidores .En cuanto discípulo tiene el creyente la cualidad de percibir y apreciar la voz de Jesús y el don de sentirse conocido y amado pues sabe que Jesús ha entregado su vida para que nosotros “tengamos vida abundante”.
Ser pastoreados por el Señor crucificado y glorioso, impulsa al creyente a dar la vida, a convertirse en pastor de sus hermanos. Tantos de vosotros. padres, profesores, empleados en el servicio doméstico, religiosos, sacerdotes y tantas profesiones… Todos los trabajos honrados  pueden llevar el tinte del cuidado y pastoreo de los demás. Hace pocos años en medio de la tragedia del seísmo de Lorca, una luz: un hombre libera de los escombros a una madre y sus dos niños pequeños. Y así tantos casos.
En nuestra cultura a veces indiferente, escéptica, insensible a los valores del Reino, pastorear implica escuchar, acompañar, señalar el más allá. Constancia, paciencia, comprensión ,resistencia pacífica al mal acompañan a quienes sintiéndose interpelados por el  amor y la verdad «buscan el reino de Dios y su justicia» y son «clementes y compasivos» con sus hermanos.
La comunidad de Jesús necesita de testigos especiales que consagren su vida a “administrar los misterios de Dios” anunciando su palabra, celebrando los sacramentos y guiando a la comunidad. Son los pastores: diáconos sacerdotes, obispos. Y además otros testigos que imitan a Jesús, pobre, célibe y obediente viviendo en comunidad.Necesitamos hogares cristianos donde se ejercita y se enseña a ejercitar el pastoreo o cuidado de los otros.
Es urgente invocar la presencia poderosa del Espíritu Santo de Jesús resucitado que haga arder fuego de amor y generosidad en los hogares cristianos y que fascine a los jóvenes para seguirle con radicalidad y calurosa alegría.
Señor, has dado a tu iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, concédenos la alegría eterna del reino de tus elegidos “Que la actualización repetida de nuestra redención sea para nosotros fuente de gozo incesante”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

11 + 3 =

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies