V.EL PROBLEMA DE DIOS

V.EL PROBLEMA DE DIOS

 

1.SENDEROS DIVINOS

La peregrinación del espíritu de San Agustín puede resumirse en estas palabras de su gran discípulo San Buenaventura:Domine, exivi a te summo , et venio ad te summum per te summum…Haec est tota nostra metaphysica: de emanatione, de exemplaritate, de consummatione, scilicet, illuminari per radios spirituales et reduci ad summum.Et  sic eris verus metaphysicus:Señor, salí de ti sumo, vengo a ti sumo y por si sumo…Esta es oda neustra metafísica: de la emanación , de la ejemplaridad, de la consumación, es decir, ser iluminados por los rayos espirituales y reducidos al sumo. Y así serás verdadero metafísico(Coll.in Hexaem.,collat.1:Obras de s.Buenaventura,t.III )

“Cuando os busco a Vos, Dios mío, busco la vida bienaventurada .Buscaros he para que viva mi ala. Mi cuerpo vive de mi alma y mi alma vive de Vos”(Conf.X,20)

¿Dónde busca San Agustín a Dios?

Senderos del mundo exterior, llenos de vestigios de la primera causa :”En  todas las cosas, al ver las medidas, los números y el orden, busca a su artífice. Y no hallarás sino a dios, donde está la suma medida, el sumo número y el sumo orden(De gen.contra maniqu.I,16,26)

2.TRES ERRORES

Hay que evitarlos en la interpretación del libro de las criaturas :el panteísmo ,el agnosticismo y el antropomorfismo.

El primero confunde las obras, el arte y el artífice, siendo cosas que deben distinguirse:”…no puede igualarse la criatura con  el Creador:aequari creatura non potest creatori…(Tract.in Joan.XLII,10)

Ha de evitarse una interpretación grosera de la divinidad equiparándola a nosotros y dándole forma humana y pasiones propias de los hombres

También es pernicioso el agnosticismo o las convicción de una imposibilidad del conocimiento de Dios. El procedimiento analógico justifica la objetividad de nuestra ciencia divina.,La analogía del ser entraña una metafísica abisal y conectiva a la vez. Nuestros conceptos muy distantes de la divina realidad, la reflejan con alguna aproximación. El vestigio dista mucho del ser de la persona pero nos da a conocer su paso; el retrato tampoco nos da el vivo resplandor de la hermosura de un rostro, pero sí cierta semejanza, en la que podemos contemplarla.

3.LA FORMA DE LAS FORMAS

El mismo impulso dialéctico recibe la razón al contemplar la forma, especie o número de las cosas.Las formas mudables guían a la forma inmutable y eterna, que, permaneciendo idéntica a sí misma , todo lo renueva.”Todo lo mudable es necesariamente formable; y  llamamos formable a lo que puede formarse. Mas ninguna cosa puede formarse a sí ,y ciertamente formar las cosas es darles forma. Lo que tiene ya forma no necesita recibirla, mas si carece de ella, no puede recibir de sí misma lo que no tiene….Conclúyese que lo mismo  el cuerpo que el alma son formados según cierta forma inmutable y permanente que es la Providencia del mundo. Pues si todas las cosas existentes , substraída su forma, vuelven  la nada, esa Forma invariable por la cual subsiste todo lo mudable, para que realice los números de sus formas es su providencia  ….(De lib.arb.II,17,45)

La forma de las formas es el Verbo de Dios, origen de todo lo hermoso ”Forma simplicísima y simplemente igual al  Principio de que procede , siendo coeterno con El(De trin.XV,15,25)

El proceso anterior coincide totalmente con el aristotélico de la elevación al motor inmóvil por la consideración del movimiento o ser potencial, si bien aquí el ser potencial es el ser formable que exige una forma inmutable y eterna. La visión de Dios se  enriquece interiormente con este aspecto, porque aparece a nuestros ojos como el ejemplar supremo, el reino puro de las ideas creadoras. Y esta elevación dialéctica es muy familiar al genio de san Agustín y al espíritu del cristianismo.

“Si por el verbo fueron cradas todas las cosas y el Verbo es Dios, admira la fábrica hecha por el Verbo y por el edificio aplaude y ensalzael plan divino: Inspice fabricam facatam per Verbum, et ex isto aedificio mirare consilium?¿Qué Verbo será, pues aquel por quien fueron hechos el cielo y la tierra y todos los ornamentos del firmamento , la fecundidad de la tierra, la extensión del mar y la atmósfera, el resplandor de las estrellas,  la claridad del sol y de la luna? Transciende todas estas cosas y los ángeles y sus diversas jerarquías, pues todo es hechura suya”(En.in ps.44,4)

4.LA ESCALA DE LOS BIENES

Así como todo modo de ser reclama un Sumo Ser, medida de cuanto existe, todo número y proporción reclama una mente universal que todo lo racionaliza y toda forma una Forma originaria y ejemplar, y toda especie una superior hermosura, porque omne pulchrum a summa pulchritudinie, quod Deus est, así también toda inclinación al bien todo peso espiritual exige un centro absoluto de quietud y reposo o un sumo bien en quien descanse el corazón del hombre. La inquietud humana es una querella perpetua de la insuficiencia de los bienes finitos y una reclamación del absoluto Bien.

El universo es ordenada variedad :Omnia enem ordine suo crata sunt(De libert.arb II,5,16). Hasta el universo corpóreo sigue  la misma ley:Ab  ipsis siderum choris usque ad numerum capillorum nostrorum gradatim bonarum rerum pulchritudo contexitur(Ibid)

Por la escala de los valores asciende San Agustín al Sumo Valor. La bondad y  perfección de las criaturas son gotas de almíbar que le hacen paladear la dulzura del Señor: ”Una dulzura inexplicable me detiene aquí al oír cuán bueno es el Señor y considerando y recorriendo todas las cosas que ve fuera, procedentes de él, aun cuando en ellas encuentre mi agrado, vuélvome al que las hizo para entender  cuán bueno es el Señor . Y siempre al entrar en él, según mi capacidad, lo hallo interior y superior a mi: de tal modo es bueno que no necesita de estas cosas para serlo…Llamo buenas a todas las cosas pero añadiendo siempre los nombres propios:buen cielo, buena tierra, buen ángel.Mas cuando subo a Dios, no hallo otro nombre que el de bueno .Pues el mismo Jesús lo dijo:nadie es bueno sino Dios…¡Cuán bueno será pues, aquel de quien todos los bienes proceden¡ Porque no hallarás bien alguno que no los ea por la bondad recibida de el(En.in.ps.134,4)

Estos pasajes de inspiración platónica, han servido de base a la prueba de la existencia de Dios, fundada en los grados de los seres. Pero San Agustín más que probar la existencia pugna por la conquista de un concepto en lo posible adecuado a la divina grandeza y supereminencia…Afirmando de dios la pura esencia del bien y removiendo todo límite e imperfección, nos forjaremos un concepto de Dios más o menos próximo ,pero siempre muy distante de la divina realidad

5.LA LUZ ETERNA

“Una es la luz que ilumina, otra la iluminada ;porque también nuestros ojos se llamas luces(lumina)y , sin embargo, abiertos en las tinieblas, nada vean. Pero la luz iluminante por sí misma es luz, y para sí misma es luz, y no necesita de otra luz para lucir antes bien las demás necesitan de ella para brillar (In Joan.XIV,1)”Nuestra mente es como el ojo del alma ,si no es irradiada por la luz de de la Verdad y maravillosamente ilustrada por aquel que ilumina y no es iluminado,. No puede llegar ni a la sabiduría ni a la justicia.”(IbidXXX,3)Pero debe eliminarse toda interpretación ontologista .Malebranche no captó bien el pensamiento de San Agustín .El espíritu humano no puede ver a Dios en esta vida pero debemos avezar los ojos al tenue resplandor, difundido en las obras de la creación particularmente en la imagen espiritual del hombre. Las verdades eternas, cuya visión es rociado el espíritu con la luz de Dios no son la esencia divina.

El espíritu humano necesita de cierta escalas o gradas que le acerquen p a lo divino: tres grados o planos de inteligibilidad. Las criaturas visibles que ostentan impresos los sellos de la omnipotencia, sabiduría y bondad de –Dios o las obras de arte .en ellos descubre el hombre vestigios de razón, normas invariables de belleza o de bondad reguladoras de toda obra estética o moral .Estas leyes universales de estética , de moral, de derecho, de matemática constituyen un segundo plano superior al meramente empírico y sensible. .finalmente superior a ambos existe un reino inteligible, una mente áncora de todo lo real y racional.

Las leyes universales del pensamiento, los principios axiológicos de las ciencias ,las verdades eternas ,necesarias, absolutas ,invariables suponen como apoyo un Espíritu absoluto ,una verdad primera, una luz universal y común que a todas las inteligencias alumbra

San Agustín ha distinguido netamente estos tres órdenes, considerando como objeto de una intuición intelectual el segundo grado, no el tercero o el mundo inteligible de Platón, del que sólo posee una vislumbre la razón humana. La dialéctica agustiniana asciende gradualmente de lo real a lo racional y de lo racional a lo divino, reflejado en las verdades eternas como el resplandor del sol baña los paisajes de la tierra.

La intuición d e las verdades eternas tiene una gran significación en la búsqueda de Dios, cuyo resultado es doble :uno relativo a la existencia ,u otro relativo a la esencia de Dios.El ensayo más completo sobre el primer aspecto se contiene en el segundo libro De libero arbitrio. .La prueba que se apoya en el análisis de una función característica de la razón humana, cual es la de emitir juicios de valor universales y necesarios. Todos los grados jerárquicos del ser- esse, vivier, intelliger- se cifran en el pensamiento que es una forma más noble y perfecta de vivir con la luz de la mente. Las operaciones racionales son suspiros de los sentidos ,más perfectos como la vista y el oído

Lo que admira a San Agustín en el estudio de las operaciones superiores del espíritu, no sólo es la fuerza y potencia de esta, sino su contenido que rebasa al continente o vaso de la razón. Es decir, hallamos en nuestro espíritu verdades comunes eternamente inmutables de las que nos suministran ejemplos la dialéctica, la matemática, la estética, la ética. Las leyes de los números son objeto de una percepción intelectual, inexplicable por el empirismo. De aquí surge un fenómeno maravilloso: la comunidad de espíritus comensales de las mismas certezas absolutas en que no puede mellar la duda.

La presencia de esas verdades  universales ,son necesarias ,eternas ,interdependientes de toda limitación temporal y espacial, existe un fundamento proporcionado, que no es nuestro espíritu. En ese punto, San Agustín se enfrenta con Kant, como antes se enfrentó contra todo empirismo al declarar irreductibles a la experiencias sensibles la vera incommutabilia(Sol.X,28), las verdades inmutables que son objeto de intuición común para todos los espíritus creados .Los caracteres ontológicos de las verdades eternas apuntan a un principio transcendente, superior a nuestro espíritu, el cual siendo variable, contigente ,temporal , no puede engendrar, ni ser fundamento de lo eterno y necesario. Y así como en nuestra percepciones sensoriales comunes los hombres ven tanta diversidad de cosas con una misma luz, de análogo modo en el reino inteligible hay “una luz de sabiduría común a todos los que saben”(Sol.IX,27)Nuestro ser íntimo en continuo flujo vital no puede ser el último fundamento de la verdad inmutable .Esta es superior a nuestra misma razón, ,porque con ella juzgamos de la mente, lo cual es indicio de superioridad .Así San Agustín llega a un espíritu infinito y eterno, manantial de toda luz y de la misma inteligibilidad de las cosas…La fundamentación última de las verdades eterna llevó a San Agustín a la prueba de la existencia de Dios. Como el universo material guía a una primera esencia, causa de todo lo que tiene ser, el universo ideal y el mundo de la conciencia guía a la prima sapientia y prima veritas en conexión con las inteligencias creadas

Esta prueba de la existencia de Dios- dice Grabmann-, fundada en la eternidad de la verdad, no ha quedado sin resonancia en la filosofía de nuestro tiempo .Hallamos reflejos de este pensamiento o proceso de San Agustín en Descartes, Malebranche, Bossuet, Fenelón y Leibnitz.El mismo proceso dialéctico de Kant en su “Tratado sobre el único fundamento posible para una demostración de la existencia de Dios(1762) sigue el esquema de la prueba agustiniana. Igualmente el gran aristotélico berlinés A.Trendelemburg, ha desarrollado la prueba noética de la existencia de Dios .Después se citan otros nombre de apologistas, seguidores de Dan Agustín en este punto:H.Schell, gEsser, a.Seitz, G.Reinhold, s.Weber y filósofos como Kleutgen, Hagemann, enders, Schiffini, Hontheim, Lepidi,  De Munnynk, garrigou Lagrange, Sertillanges.

Dice J.Hessen:”El fundamento y el sentido de la teoría agustiniana del conocimiento consiste en sustentar el edificio del saber con alto fundamento metafísico, empalmando la verdad y su valor con un espíritu absoluto. Y su pensamiento nuclear conserva todavía su contenido de verdad. Lo que hoy aparece más claro en la teoría gnoseológica es la persuasión de que el problema del conocimiento en su más profunda hondura es un problema metafísico y toda gnoseología desemboca a la postre en la ontología. Y la solución agustiniana nos parece tan moderna por su carácter metafísico .No solo Platón ,Aristóteles,Plotino, San Agustín, Sto Tomás y Duns Scoto, sino también los grandes filósofos de la epoca moderna: N.de Cusa, Descartes, Malebranche, Leibnitz, Fichte, Schelling, Hegel, Lotze y E.Harmann no han podido resolver el problema sin el pensamiento de algo absoluto en sentido metafisico sin un retorno a los últimos fundamentos del ser, Y que el pensamiento metafísico actual ha sentido también su fuerza lo prueba sobre todo Max Scheler, la mente más especulativa de la filosofía alemana del siglo XX.Así podemos concluír que el pensamiento de la solución agustiniana posee un eterno derecho de domicilio en la teoría del conocimiento”(Augustrins Metaphysik dere Erkenntnis,pp.119-120,Münster 1932)

La experiencia de la Luz interior sirve para iluminar el misterio del ser divino .Juntamente con los elementos bíblicoaristotélicos, a que hemos aludido en el análisis de otros términos del vestigio, la luz revela el aspecto dinámico de la divinidad y su profunda conexión con el mundo de los espíritus, de los cuales es principio y centro unitivo. Análogas reflexiones se pueden hacer con respecto a la esencia o atributos de Dios, revelados por los caracteres de las verdades .La eternidad, necesidad, inmortalidad, inmensidad, inmutabilidad, espiritualidad del ser divino se vislumbre en las propiedades de las verdades eterno.Cierto que San Agustín ha señalado como ninguno los límites de nuestros conocimientos de Dios y la inaccesibilidad de su esencia .La teología apofática halla en él uno de sus más celosos defensor.es. Todos los conceptos, para aplicarlos al ser divino, hay que mondarlos de sus imperfecciones, inherentes al espíritu humano que los maneja y al mundo finito de donde proceden .Aun los conceptos al parecer de contenido más espiritual como amor, justicia ciencia, etc., entrañan elementos impuros, de los que han de limpiarse. De ahí la necesidad de la transcendencia, el salto de todo lo temporal y espacial, lanzándose a la divina tiniebla después de purificarse bien los ojos interiores para acercarse al puro altísimo.

Con la combinación de todos esos elementos San Agustín ha forjado un concepto complejo y riquísimo de Dios, que ha sido alimentos de la especulación religiosa del cristianismo .

 

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