CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS
1ªLct.:Job 19,1.23-27ª:Ya sin carne veré a Dios.
Sal.26,1.4.7.8b.9ª.13-14:El Señor es mi luz y mi salvación.
2ªLct.:2ªTm.2,8-13: Si morimos con Él, viviremos con Él.
Evangelio: Mc.15,33-39;16,1-6:No está aquí, ha resucitado
Es conmovedor el homenaje que tantas personas dedican a sus seres queridos difuntos especialmente en estos días. Los cementerios se revisten de esplendor por las flores que adornan los lugares donde solo queda eso: Unos restos, unas reliquias.
Con inteligencia y amor y nuestro recuerdo nos impulsa a homenajear los mejor de nuestros seres queridos: su amor que nunca puede morir. Nos resistimos a pensar que la muerte tenga a la última palabra, que nuestro destino sea la nada. Por eso con el paciente Job zarandeado por circunstancias tan adversas, tentado, acrisolado al fin sostenido por la esperanza exclamamos:”Yo sé que está vivo mi Vengador y que al final se alzará sobre el polvo: después que me arranquen la piel, ya sin carne veré a Dios; yo mismo lo veré”.
Jesús ,el Ungido de Dios que pasó haciendo el bien que fue crucificado injustamente, ha perforado el muro de la muerte, difunde su luz sobre el enigma que rodea al hombre pues “al tercer día resucitó de entre los muertos”.
Lo inaudito fue el que unas mujeres queriendo homenajear con amor y piedad el cadáver al llegar a la tumba descubrieron con asombro que el sepulcro estuviera vacío.¡Jesús vive ,ha resucitado¡,no está aquí ¡Por eso la tumba donde Jesús fue sepultado no puede recibir el homenaje de las flores. Ha vencido definitivamente a la muerte.
¿Qué hemos de hacer ante la muerte?.Cuando lloramos la muerte de nuestros seres queridos, Jesús sollozante por la muerte de su amigo Lázaro sale a nuestro encuentro diciéndonos;: “Si crees verás la gloria de Dios”.
En el camino de la fe Jesús resucitado nos va mostrando su gloria y vivifica nuestra memoria y nuestra esperanza para el encuentro definitivo con Él y con nuestros seres queridos.
«Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida».» Una cosa pido: gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo.»
Como viático para la peregrinación: “Acuérdate de Jesucristo resucitado de entre los muertos, :si morimos con Él, viviremos con Él; si sufrimos con Él reinaremos con Él.