DOMINGO VIGÉSIMO SEGUNDO

                      DOMINGO VIGÉSIMO SEGUNDO ORDINARIO

1ªLct.:Jr.20,7-9:La Palabra del Señor se volvió oprobio para mí

Sal.62,2.3-4.5-6.8-9:Mi alma está sedienta de ti,   Señor, Dios mío

2ªLct.:Rm.12,1-2:Ofreceos vosotros mismos como sacrificio vivo.

 Evangelio: Mt.16,21-27:El que quiera venirse conmigo que se niegue a así mismo.

La explicación que Jesús da a sus discípulos y la reprimenda dirigida a Pedro nos señala el profundo realismo de su identidad personal.

Se puede apreciar cómo Jesús asume en su vida la voluntad del Padre, lo que supone vivir la condena, el rechazo de las autoridades religiosas, la pasión,  la cruz y la muerte.

Ante toda tentativa de negar la humanidad de Jesús, la Encarnación del Verbo, estas palabras ponen de relieve que Jesús es hombre. Ya les había dicho que no dijeran a nadie que Él era el Mesías por temor a confusiones sobre su identidad. Ahora no les impone silencio sino les explica, les habla claramente de quién es y a dónde va.

En este fragmento evangélico que ha sido proclamado se superponen dos imágenes del Mesías que laten ya en el A.Testamento: el Siervo doliente y el Hijo del Hombre que viene con poder. En lo que dice y hace apreciamos esta identificación con el Siervo doliente.

Los apóstoles, los amigos de Jesús,  se sentirían orgullosos de acompañar a aquel hombre que tantos signos y prodigios hacía, que era bien visto por el pueblo.

Pero Jesús va directamente al meollo de su misión y la de sus discípulos:”quien quiera ser mi amigo, tome su cruz  y me siga, Se ha de desposeer, despegar y me ha de  seguir. Dar la vida ,entregarse.

Rechazamos el aspecto doloroso de la vida, pensamos en clave de confort, y bienestar aunque tarde o temprano nos damos de bruces con el dolor

Todos los días los medios de comunicación nos ofrecen sucesos dolorosos de muertes violentas. En estos días estamos celebrando el tercer aniversario del accidente aéreo en Madrid.¡Cuánto dolor en las familias que han perdido seres queridos. Dolor de los que fallecieron, de los responsables de la empresa. Dolor de los que han abrazado el dolor: Policías, bomberos, personal sanitario…Ante tanto dolor: o desesperación o esperanza activa dando amor y mirando a Jesús doliente: “al que traspasaron” pero también al que transfigurado dijo: “todo se cumplirá…”y al tercer día resucitará”

Dejemos que la Palabra de Dios “sea para nosotros fuego ardiente”, que como a Jeremías nos alimente y nos afecte tanto que exclamemos:”intentaba contenerla y no podía”.O con el salmista:”mi carne tiene ansia de ti como tierra reseca, agotada sin agua”,”me saciaré como de enjundia y de manteca y mis labios te alabarán jubilosos”,¡Oh Dios tu eres mi Dios ,por ti madrugo¡ Que el amor con que nos alimentas fortalezca nuestros corazones.

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